La xenofobia derriba las barreras cívicas y éticas de la gente buena y nos convierte en canallas llenos de miedo y odio contra el otro, que siempre es más débil. Ni los valores cívicos, ni los valores religiosos aguantan ante el miedo fóbico inducido. El tipo de argumentación que los islamofobos aportan no nos lleva a la reflexión y al mejor conocimiento de la realidad social actual, a lo que conducen es a poner en marcha nuestras bajas emociones. Personas cultas y pacíficas se están convirtiendo en bestias, el ser humano como lobo para el ser humano.
La crisis de nuestros principios morales y la confusión del momento social de nuestra civilización hacen que una manifestación del Mal sea el miedo al otro y la xenofobia. La islamofobia es la forma que estos males toma en nuestro entorno.
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