El papa Juan Pablo II beatifico a tres carmelitas asesinadas en Guadalajara en 1936, y casi tres
años despues hizo lo mismo con veintiseis pasionistas ejecutados elmismo año.
Y aunque todo ello apunta al perfil ultra catolico y a la propaganda religiosa de la que se valia Franco, tras el escaparate de la dictadura uno se encuentra con personajes misteriosos, ideas mesianicas, masoneria, asociaciones esotericas que influyeron poderosamente en el dictador y
extrañas construcciones que guardan un lenguaje oculto para nada relacionado con el machacado catolicismo del regimen.
Uno de los lugares misteriosos donde mas claramente se observa esa intencionalidad mistica y esoterica es la tumba-santuario del Valle de los Caidos. Situado a unos 57 km de Madrid -en plena sierra del Guadarrama-, el lugar ya era conocido hace siglos como "la boca del infierno". No
en vano, Felipe II erigio su majestuoso y tambien enigmatico monasterio de El Escorial, a 7 km de alli.
En realidad se trata de una especie de bunker donde la sensacion de agobio y oscuridad se respira y se percibe ya desde el amplio y tenebroso tunel que da entrada al mausoleo subterraneo. Un lugar diseñado solo para aludir a la eterna lucha del bien contra el mal, con el apocalipsis como continuo tema de fondo.
Nada mas traspasar la gigantesca puerta acerada principal, el visitante se encuentra a ambos lados con dos nichos que soportan unos grandes y majestuosos arcangeles vigilantes: san Gabriel y san Miguel, que en los Evangelios aparecen luchando contra la Bestia del Apocalipsis.
Mas adelante, en la galeria principal, aparece algo mas que sorprendente y que probablemente representa una de las claves esotericas del lugar. Se trata de ochotapices que fueron realizados en 1549 por el bruselense Guillermo Pannemaker son una representacion con detalles esotericos muy significativos sobre el Apocalipsis de san Juan y el fin del mundo.
Franco penso en el Valle de los Caidos mucho antes de terminar laguerra.
En las primeras semanas de septiembre de 1940 el arquitecto Luis Moya, el escultor Manuel Laviada y el militar Vizconde de Uzqueta, sintieron "la necesidad de combatir de un modo espiritual por un orden". El resultado fueron los primeros esbozos de lo que deberia haber sido el Valle de los Caidos. Pero para sorpresa de muchos esa idea inicial consistio en una gigantesca
piramide tan grande como la de Keops, y cuyo interior estarfa hueco. Al parecer a Franco no le disgusto la idea, aunque finalmente se opto par no construirla.
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