Si vas a la soledad callado, compartiras el silencio de los mudos. Pero si vas a la soledad con tu corazón silencioso, el silencio de la creación te hablará más alto que las lenguas de los hombres y de los ángeles.
El silencio de la lengua y de la imaginación desbarata la barrera interpuesta entre nosotros y la paz de las cosas que existen sólo para Dios y no para ellas mismas. Pero el silencio de todos los deseos desordenados deshace la barrera interpuesta entre nosotros y Dios. Es entonces cuando vivimos solamente en Él.
Entonces los seres mudos ya no nos hablan solamente con su silencio: es el Señor quien nos habla, con un silencio mucho más profundo, con un silencio escondido en medio de nuestro yo.
- Thomas Merton - Los hombres no son islas
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