Entre junio del 40 y agosto del 44, fueron saqueadas en Francia 203 colecciones particulares, es decir, un tercio de todo el arte francés en manos privadas. Un total de más de 100000 obras de
arte, 500000 muebles y más de 1 millón de libros y manuscritos robados convirtieron a Francia en el país más saqueado de Europa Occidental. Los nazis andaban a la búsqueda de obras de arte alemán o germano, para nutrir colecciones privadas de los grandes jerarcas como Hermann Goering o el mismo Hitler y para sus proyectos de museos “arios”. Las obras robadas se llevaban al Museo del Jeu de Paume en París, donde 60 personas, historiadores, fotógrafos y contables entre otros, se ocupaban de hacer inventario de las confiscaciones nazis. Asimismo, entre abril del 41 y julio del 44, salieron de allí 29 convoyes cargados con obras de arte con dirección a Berlín. Allí era donde se organizaban exposiciones privadas para que el número dos del régimen,
Hermann Goering, escogiera lo que más le gustara.
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