domingo, 13 de marzo de 2011

Víctor Brossa

Teniendo en cuenta que lo que vemos reflejado en el plano material, es consecuencia de nuestras propias creaciones en los planos más sutiles, es obvio que mi propósito está creando su realización en sí mismo con el simple hecho de desarrollarlo en lo virtual. Eso es la magia y todos tenemos el poder para realizar cualquier cosa que nos propongamos.

Si tu corazón te lo pide, no dejes que algo te detenga. No temas no saber, no temas no creerte digno, no temas no tener los medios, porque toda esa apariencia desaparecerá cuando abraces tu propia creatividad, esa que te mostrará caminos insospechados que te llevarán al verdadero encuentro contigo mismo. No dejes que la mente o la voz del mundo te limiten. La única voz que debes seguir es la voz de tu corazón. Ella jamás te engañará.

Si algo puedo afirmar con certeza es que todos y cada uno de nosotros somos artistas de un poder infinito, pues creamos y recreamos nuestra realidad todo el tiempo, aun cuando no somos conscientes de ello. Lo hacemos desde nuestros pensamientos y emociones. Desde lo que creemos y decretamos cada día.

Devolver el arte a su lugar sagrado es recuperar la consciencia desde donde todos somos uno con el Absoluto, e irradiar desde allí la chispa única y perfecta que cada uno de nosotros contenemos. Nuestra obra estará entonces a la altura de nuestra verdadera soberanía, perfección y fractalidad.


Recuperar el poder es tomar la responsabilidad desde la consciencia del ser y escoger lo que creer y lo que crear, pues
solo siendo soberanos de nuestras vidas podremos abrazar la posibilidad de crear un nuevo mundo de Hombres y Mujeres de Consciencia. Un mundo que ya vive en lo sutil, dentro de muchos de nuestros corazones, esperando la señal para materializarse en el ahora.





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