miércoles, 30 de marzo de 2011

Lakabe


Lakabe es una pequeña comunidad ubicada el norte de navarra. Hace 25 años decidieron ocupar un pueblo y diseñar una mini sociedad. Construyeron un pueblo alternativo.
Lakabe es un proyecto vital que se ha forjado a sí mismo. Ha hecho un largo camino para llegar a este punto en el que ha logrado consolidar una estructura comunitaria, con una base material segura desde la propia comunidad, que no ha necesitado enviar a nadie a trabajar fuera, que es autosuficiente en diversas áreas y económicamente siempre ha ido a la alza.




Don Miguel Ángel Ruiz

El chamán, Don Miguel Ángel Ruiz ha sido cirujano hasta que tuvo una experiencia cercana a la muerte que lo llevó a buscar respuestas en tradiciones ancestrales de los Toltecas de los que su madre era una curandera, y su abuelo un nahual (o chaman) quien, después de morir, continuó enseñando a Ruiz en sus sueños.
En su más famoso e influyente obra Los Cuatro Acuerdos dice:

1. El Primer Acuerdo consiste en ser impecable con tus palabras.
Parece muy simple, pero es sumamente poderoso.
¿Por qué tus palabras? Porque constituyen el poder que tienes
para crear. Son un don que proviene directamente de Dios. En
la Biblia, el Evangelio de San Juan empieza diciendo: “En el
principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo
era Dios”. Mediante las palabras expresas tu poder creativo, lo
revelas todo. Independientemente de la lengua que hables, tu
intención se pone de manifiesto a través de las palabras. Lo que
sueñas, lo que sientes y lo que realmente eres, lo muestras por
medio de las palabras.

2. El Segundo Acuerdo consiste en no tomarte nada personalmente.
Suceda lo que suceda a tu alrededor, no te lo tomes
personalmente. Utilizando un ejemplo anterior, si te encuentro
en la calle y te digo: “¡Eh, eres un estúpido!”, sin conocerte, no
me refiero a ti, sino a mí. Si te lo tomas personalmente, tal vez
te creas que eres un estúpido. Quizá te digas a ti mismo:
“¿Cómo lo sabe? ¿Acaso es clarividente o es que todos pueden
ver lo estúpido que soy?”.
Te lo tomas personalmente porque estás de acuerdo con
cualquier cosa que se diga. Y tan pronto como estás de
acuerdo, el veneno te recorre y te encuentras atrapado en el
sueño del infierno. El motivo de que estés atrapado es lo que
llamamos “la importancia personal”. La importancia personal, o
el tomarse las cosas personalmente, es la expresión máxima
del egoísmo, porque consideramos que todo gira a nuestro
alrededor. Durante el periodo de nuestra educación (o de
nuestra domesticación), aprendimos a tomarnos todas las cosas
de forma personal. Creemos que somos responsables de todo.
iYo, yo, yo y siempre yo!
Nada de lo que los demás hacen es por ti. Lo hacen por ellos
mismos. Todos vivimos en nuestro propio sueño, en nuestra
propia mente; los demás están en un mundo completamente
distinto de aquel en que vive cada uno de nosotros. Cuando nos
tomamos personalmente lo que alguien nos dice, suponemos
que sabe lo que hay en nuestro mundo e intentamos
imponérselo por encima del suyo.
Incluso cuando una situación parece muy personal, por ejemplo
cuando alguien te insulta directamente, eso no tiene nada que
ver contigo. Lo que esa persona dice, lo que hace y las
opiniones que expresa responden a los acuerdos que ha
establecido en su propia mente. Su punto de vista surge de toda
la programación que recibió durante su domesticación.
3. El Tercer Acuerdo consiste en no hacer suposiciones.
Tendemos a hacer suposiciones sobre todo. El problema es
que, al hacerlo, creemos que lo que suponemos es cierto.
Juraríamos que es real. Hacemos suposiciones sobre lo que los
demás hacen o piensan -nos lo tomamos personalmente-, y
después, los culpamos y reaccionamos enviando veneno
emocional con nuestras palabras. Este es el motivo por el cual
siempre que hacemos suposiciones, nos buscamos problemas.
Hacemos una suposición, comprendemos las cosas mal, nos lo
tomamos personalmente y acabamos haciendo un gran drama
de nada.
Toda la tristeza y los dramas que has experimentado tenían sus
raíces en las suposiciones que hiciste y en las cosas que te
tomaste personalmente. Concédete un momento para
considerar la verdad de esta afirmación. Toda la cuestión del
dominio entre los seres humanos gira alrededor de las
suposiciones y el tomarse las cosas personalmente. Todo
nuestro sueño del infierno se basa en ello.
Producimos mucho veneno emocional haciendo suposiciones y
tomándonoslas personalmente, porque, por lo general,
empezamos a chismorrear a partir de nuestras suposiciones.
Recuerda que chismorrear es nuestra forma de comunicarnos y
enviarnos veneno los unos a los otros en el sueño del infierno.
Como tenemos miedo de pedir una aclaración, hacemos
suposiciones y creemos que son ciertas; después, las
defendemos e intentamos que sea otro el que no tenga razón.
Siempre es mejor preguntar que hacer una suposición, porque
las suposiciones crean sufrimiento.
El gran mitote de la mente humana crea un enorme caos que
nos lleva a interpretar y entender mal todas las cosas. Sólo
vemos lo que queremos ver y oímos lo que queremos oír. No
percibimos las cosas tal como son. Tenemos la costumbre de
soñar sin basarnos en la realidad. Literalmente, inventamos las
cosas en nuestra imaginación. Como no entendemos algo,
hacemos una suposición sobre su significado, y cuando la verdad
aparece, la burbuja de nuestro sueño estalla y descubrimos
que no era en absoluto lo que nosotros creíamos.
Un ejemplo: Andas por el paseo y ves a una persona que te
gusta. Se vuelve hacia ti, te sonríe después se aleja. Sólo con
esta experiencia puedes hacer muchas suposiciones. Con ellas
es posible crear toda una fantasía. Y tú verdaderamente quieres
creerte la fantasía y convertirla en realidad. Empiezas a crear un
sueño completo a partir de tus suposiciones, y puede que te lo
creas: “Realmente le gusto mucho”. A partir de esto, en tu
mente empieza una relación entera. Quizás, en tu mundo de
fantasía, hasta llegues a casarte con esa persona. Pero la
fantasía está en tu mente, en tu sueño personal.
Hacer suposiciones en nuestras relaciones significa buscarse
problemas. A menudo, suponemos que nuestra pareja sabe lo
que pensamos y que no es necesario que le digamos lo que
queremos. Suponemos que hará lo que queremos porque nos
conoce muy bien. Si no hace lo que creemos que debería hacer,
nos sentimos realmente heridos y decimos: “Deberías haberlo
sabido”.
Otro ejemplo: Decides casarte y supones que tu pareja ve el
matrimonio de la misma manera que tú. Después, al vivir juntos,
descubres que no es así. Esto crea muchos conflictos; sin
embargo, no intentas clarificar tus sentimientos sobre el
matrimonio. El marido regresa a casa del trabajo. La mujer está
furiosa y el marido no sabe por qué. Quizá sea porque la mujer
hizo una suposición. No le dice a su marido lo que quiere
porque supone que él la conoce tan bien que ya lo sabe, como
si pudiese leer su mente. Se disgusta porque él no satisface sus
expectativas. Hacer suposiciones en las relaciones conduce a
muchas disputas, dificultades y malentendidos con las personas
que supuestamente amamos.
En cualquier tipo de relación, podemos suponer que los demás
saben lo que pensamos y que no es necesario que digamos lo
que queremos. Harán lo que queremos porque nos conocen
muy bien. Si no lo hacen, si no hacen lo que creemos que
deberían hacer, nos sentimos heridos y pensamos: Cómo ha
podido hacer eso, Debería haberlo sabido,'. Suponemos que la
otra persona sabe lo que queremos. Creamos un drama
completo porque hacemos esta suposición y después añadimos
otras más encima de ella.
El funcionamiento de la mente humana es muy interesante.
Necesitamos justificarlo, explicarlo y comprenderlo todo para
sentirnos seguros. Tenemos millones de preguntas que
precisan respuesta porque hay muchas cosas que la mente
racional es incapaz de explicar. No importa si la respuesta es
correcta o no; por sí sola, bastará para que nos sintamos
seguros. Esta es la razón por la cual hacemos suposiciones.
Si los demás nos dicen algo, hacemos suposiciones, y si no nos
dicen nada, también las hacemos para satisfacer nuestra
necesidad de saber y reemplazar la necesidad de
comunicarnos. Incluso si oímos algo y no lo entendemos,
hacemos suposiciones sobre lo que significa, y después,
creemos en ellas. Hacemos todo tipo de suposiciones porque
no tenemos el valor de preguntar.
La mayoría de las veces, hacemos nuestras suposiciones con
gran rapidez y de una manera inconsciente, porque hemos
establecido acuerdos para comunicarnos de esta forma. Hemos
acordado que hacer preguntas es peligroso, y que la gente que
nos ama debería saber qué queremos o cómo nos sentimos.
Cuando creemos algo, suponemos que tenemos razón hasta el
punto de llegar a destruir nuestras relaciones para defender
nuestra posición.
Suponemos que todo el mundo ve la vida del mismo modo que
nosotros. Suponemos que los demás piensan, sienten, juzgan y
maltratan como nosotros lo hacemos. Esta es la mayor suposición
que podemos hacer, y es la razón por la cual nos da
miedo ser nosotros mismos ante los demás, porque creemos
que nos juzgarán, nos convertirán en sus víctimas, nos
maltratarán y nos culparán como nosotros mismos hacemos. De
modo que, incluso antes de que los demás tengan la
oportunidad de rechazarnos, nosotros ya nos hemos rechazado
a nosotros mismos. Así es como funciona la mente humana.
4. El Cuarto Acuerdo se refiere a la realización de los tres primeros:
Haz siempre lo máximo que puedas.
Bajo cualquier circunstancia, haz siempre lo máximo que
puedas, ni más ni menos. Pero piensa que eso va a variar de un
momento a otro. Todas las cosas están vivas y cambian
continuamente, de modo que, en ocasiones, lo máximo que
podrás hacer tendrá una gran calidad, y en otras no será tan
bueno. Cuando te despiertas renovado y lleno de vigor por la
mañana, tu rendimiento es mejor que por la noche cuando estás
agotado. Lo máximo que puedas hacer será distinto cuando
estés sano que cuando estés enfermo, o cuando estés sobrio
que cuando hayas bebido. Tu rendimiento dependerá de que te
sientas de maravilla y feliz o disgustado, enfadado o celoso.
En tus estados de ánimo diarios, lo máximo que podrás hacer
cambiará de un momento a otro, de una hora a otra, de un día a
otro. También cambiará con el tiempo. A medida que vayas
adquiriendo el hábito de los cuatro nuevos acuerdos, tu
rendimiento será mejor de lo que solía ser.
Independientemente del resultado, sigue haciendo siempre lo
máximo que puedas, ni más ni menos. Si intentas esforzarte
demasiado para hacer más de lo que puedes, gastarás más
energía de la necesaria, y al final tu rendimiento no será
suficiente. Cuando te excedes, agotas tu cuerpo y vas contra ti,
y por consiguiente te resulta más difícil alcanzar tus objetivos.
Por otro lado, si haces menos de lo que puedes hacer, te
sometes a ti mismo a frustraciones, juicios, culpas y reproches.
Limítate a hacer lo máximo que puedas, en cualquier
circunstancia de tu vida. No importa si estás enfermo o
cansado, si siempre haces lo máximo que puedas, no te
juzgarás a ti mismo en modo alguno. Y si no te juzgas, no te
harás reproches, ni te culparás ni te castigarás en absoluto. Si
haces siempre lo máximo que puedas, romperás el fuerte
hechizo al que estás sometido.
Había una vez un hombre que quería trascender su sufrimiento,
de modo que se fue a un templo budista para encontrar a un
maestro que le ayudase. Se acercó a él y le dijo: “Maestro, si
medito cuatro horas al día, ¿cuánto tiempo tardaré en alcanzar
la iluminación?”. EL maestro le miró y le respondió: “Si meditas
cuatro horas al día, tal vez lo consigas dentro de diez años”.
El hombre, pensando que podía hacer más, le dijo: “Maestro, y
si medito ocho horas al día, ¿cuánto tiempo tardaré en alcanzar
la iluminación?”.
El maestro le miró y le respondió: “Si meditas ocho horas al día,
tal vez lo lograrás dentro de veinte años”.
“Pero ¿por qué tardaré más tiempo si medito más?”, preguntó el
hombre.
El maestro contestó: “No estás aquí para sacrificar tu alegría ni
tu vida. Estás aquí para vivir, para ser feliz y para amar. Si
puedes alcanzar tu máximo nivel en dos horas de meditación,
pero utilizas ocho, sólo conseguirás agotarte, apartarte del
verdadero sentido de la meditación y no disfrutar de tu vida. Haz
lo máximo que puedas, y tal vez aprenderás que
independientemente del tiempo que medites, puedes vivir, amar
y ser feliz”.
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Si haces lo máximo que puedas, vivirás con gran intensidad.
Serás productivo, y serás bueno contigo mismo porque te
entregarás a tu familia, a tu comunidad, a todo. Pero la acción
es lo que te hará sentir inmensamente feliz. Siempre que haces
lo máximo que puedes, actúas. Hacer lo máximo que puedas
significa actuar porque amas hacerlo, no porque esperas una
recompensa. La mayor parte de las personas hacen
exactamente lo contrario: sólo emprenden la acción cuando
esperan una recompensa, y no disfrutan de ella. Y ese es el
motivo por el que no hacen lo máximo que pueden.
Por ejemplo, la mayoría de las personas van a trabajar y
piensan únicamente en el día de pago y en el dinero que
obtendrán por su trabajo. Están impacientes esperando a que
llegue el viernes o el sábado, el día en el que reciben su salario
y pueden tomarse unas horas libres. Trabajan por su
recompensa, y el resultado es que se resisten al trabajo.
Intentan evitar la acción; ésta entonces se vuelve cada vez más
difícil, y esos hombres no hacen lo máximo que pueden.
Trabajan muy duramente durante toda la semana, soportan el
trabajo, soportan la acción, no porque les guste, sino porque
sienten que es lo que deben hacer. Tienen que trabajar porque
han de pagar el alquiler y mantener a su familia. Son hombres
frustrados, y cuando reciben su paga, no se sienten felices.
Tienen dos días para descansar, para hacer lo que les
apetezca, ¿y qué es lo que hacen? Intentan escaparse. Se
emborrachan porque no se gustan a sí mismos. No les gusta su
vida. Cuando no nos gusta cómo somos, nos herimos de muy
diversas maneras.
Sin embargo, si emprendes la acción por el puro placer de
hacerlo, sin esperar una recompensa, descubrirás que disfrutas
de cada cosa que llevas a cabo. Las recompensas llegarán,
pero té no estarás apegado a ellas. Si no esperas una
recompensa, es posible que incluso llegues a conseguir más de
lo que hubieses imaginado. Si nos gusta lo que hacemos y si
siempre hacemos lo máximo que podemos, entonces
disfrutamos realmente de nuestra vida. Nos divertimos, no nos
aburrimos y no nos sentimos frustrados.
Cuando haces lo máximo que puedes, no le das al Juez la
oportunidad de que dicte sentencia y te considere culpable. Si
has hecho lo máximo que podías y el Juez intenta juzgarte
basándose en tu Libro de la Ley, tú tienes la respuesta: “Hice lo
máximo que podía”. No hay reproches. Esta es la razón por la
cual siempre hacemos lo máximo que podemos. No es un
acuerdo que sea fácil de mantener, pero te hará realmente libre.
Cuando haces lo máximo que puedes, aprendes a aceptarte a ti
mismo, pero tienes que ser consciente y aprender de tus
errores. Eso significa practicar, comprobar los resultados con
honestidad y continuar practicando. Así se expande la
conciencia.
Cuando haces lo máximo que puedes no parece que trabajes,
porque disfrutas de todo lo que haces. Sabes que haces lo
máximo que puedes cuando disfrutas de la acción o la llevas a
cabo de una manera que no te repercute negativamente. Haces
lo máximo que puedes porque quieres hacerlo, no porque
tengas que hacerlo, ni por complacer al Juez o a los demás.





martes, 29 de marzo de 2011

Paz intracraneal

En griego, el término hésica se utiliza para designar a la vez la paz y el estilo de vida de los solitarios la experiencia de la hésica dio lugar al hesicasmo, que impregnó con su perfume toda la mística de la Iglesia de Oriente. Otro término que significa tranquilidad es apathéia, la ausencia de pasiones. No se trata en absoluto de la apatía, estado de pereza, sino de un estado de pureza donde los movimientos de la mente se paran. Es un estado de supraconsciencia, analogo al samadhi hindú. Para los Padres el amerimnia –ausencia completa de preocupaciones- se revela prácticamente siempre como una virtud. En este sentido también, una mujer sabia de nuestro siglo, Ma Anandamayi, decía en palabras simples: “La no-preocupación, he aquí la meditación suprema”. Otra palabra que significa tranquilidad es érémia, parecida enormemente, obviando los acentos, a érémia, el desierto. En ambas palabras las dos nociones se asocian. En latín, paz se dice pax, y tiene una importancia tan grande en el desarrollo del monaquismo occidental que se ha convertido en la divisa de la orden benedictina.

Cambiar las gafas para mirar el mundo


Una nueva cultura de la sostenibilidad aborda una serie de conceptos y maneras de ver referidas a aspectos esenciales como son la energía, la tecnología, la información, la realidad virtual, la economía, la movilidad, el crecimiento, las necesidades humanas, el trabajo de las mujeres o la educación, entre otras, que han de ser revisadas e incluso dadas la vuelta. Propone, también, formas de mirar alternativas, construidas desde la perspectiva de una cultura de la sostenibilidad y de la justicia social.





Jacques Mesrine

Jacques Mesrine es un criminal francés que operó principalmente en Francia , también en Quebec , en España y una en Suiza y de Italia . Era apodado "El Hombre de las Mil Caras", o  "el Robin Hood francés ". Declarado "enemigo público número uno" a principios de 1970 , fue conocido en Francia por robos.

Participó en numerosos robos a la edad de veintitrés años, con su viejo amigo Tony Ferreira.
Fue asesinado en posesión de granadas y armas de fuego ocultas a sus pies. Su compañero resultó gravemente herido, perdiendo un ojo en el tiroteo. Mesrine es el primer caso de cuestionar la legítima defensa invocada por la policía, ya que habría abierto fuego sin previo aviso. .
Jacques Mesrine fue enterrado en el cementerio norte de Clichy-la-Garenne , la ciudad de su nacimiento.

domingo, 27 de marzo de 2011

Frank Kinslow

El misticismo cuántico es la creencia de que las leyes de la mecánica cuántica incorporan ideas místicas similares a aquellas encontradas en ciertas tradiciones religiosas. En estas tradiciones místicas, y también para algunos científicos de renombre, la mente consciente es vista como un ente separado, que existe en un reino no descrito por las leyes físicas. A finales de 1980, Frank Kinslow desarrolló un sistema de auto-exploración que permitía a una persona dar la experiencia de profunda paz a otro, con el objetivo de despertar una profunda conciencia interior. El resultado fue la Curación Cuántica que es un proceso de de sanación mental, fìsica y espiritual. Se basa en las teorías de que toda la vida sea simplemente forma y energía a la que le damos un nombre. Kinslow dice que a traves de este método se encuentra la conciencia pura que ya está en cada uno. No se lo puede ganar ni perder. Por eso no se tiene que prometer nada. Según Kinslow siempre funciona, pero no siempre como se piensa. Su método puede ayudar en superar traumas de larga duración y el malestar emocional.
Según las leyes de la física cuántica todo está formado por luz e información. La aplicación del método de 2 puntos aprovecha este conocimiento. Con una mano se toca con el índice un punto en el cuerpo de la persona con un problema. La misma persona tiene que pensar en su problema mientras que el aplicador mantiene su músculo tensamente.
Con la segunda mano se busca el punto de liberación en algún lugar concreto del cuerpo. En un campo energético siempre existen varios puntos de liberación. El segundo punto se localiza al sentir una intensificación en el primer punto, o incluso en el segundo. Se puede tratar de un “tirón”, calor presión o un ligero cosquilleo. Mientras se encuentra este punto, se debe hacer consciente simultáneamente de las puntas de los dedos de la primera mano y de la mano que “busca”.
Cuando el terapeuta ha encontrado ambos puntos, tiene que establecer la intención de ayudar al receptor. También tiene que espirar lentamente mientras que desenfoca la mirada y desvia su atención mental a un tema con el que se sienta bien.
La importancia de desapegarse durante un “tratamiento mágico” se resalta en muchas escuelas chamánicas. Desde el punto de vista de la física cuántica se diría que se genera una onda cuando no se está observando.


http://www.youtube.com/watch?v=jutju-K8CUk&feature=related

Camisa de hierro


Hace miles de años, los maestros taoístas descubrieron los centros de Chi (energía) del cuerpo, mediante la observación interior. Para ello había que apartarel cuerpo de los estímulos externos y meditar, para que, de este modo, se activasen los sentidos internos. Mediante procesos de relajación mental y física y utilizando sus sentidos interiores, los maestros descubrieron que algunas partes del cuerpo tienen más Chi que otras. Sirven como puntos de acumulación de nutrientes para unos órganos y glándulas concretos. Estos centros pueden recibir el Chi de fuentes externas, como la fuerza electromagnética, la vibración de la tierra, la luz y la frecuencia o sonido de la luna, el sol y las estrellas. A este alimento se añade la Fuerza Universal, bajo la forma de la luz roja y violeta del amor incondicional.

Los maestros descubrieron que estos centros se conectan para formar un circuito al que llamaron Órbita Microcósmica. For entonces, no tenían el conocimiento que tenemos nosotros de la electricidad y, apesar de todo, fueron capaces de acceder al flujo de energía electromagnética del cuerpo (CHI).

Los maestros aprendieron a utilizar la mente y el ojo interior para guiar el Chi por este circuito. Lo utilizaban para curarse ellos mismos estableciendo así la base de un trabajo espiritual. Según iban desarrollando sus sentidos internos para distinguir y catalogar el Chi dependiendo de sus diversas fuentes (el sol, la luna, las estrellas, etc.), aprendieron a absorber más Chi de cada una de estas fuentes para pasarlo a su cuerpo.

El circuito de la Órbita Microcósmica está formado por dos canales principales, a los que se llama Gobemadory Funcional. El Canal Gobemador sube desde el perineo, pasando por la espina dorsal, hasta la coronilla de la cabeza, para terminar en el paladar de la boca. El Canal Funcional va desde el perineo hasta la punta de la lengua, pasando por la parte delantera del cuerpo. Tocando el paladar con la punta de la lengua, se conectan los dos canales.

La Órbita Microcósmica es como un gran depósito de Chi que abastece de Chi nutritive al resto del cuerpo. En primer lugar, llena los Canales Extraordinarios o Ancestrales (en total, son ocho los Canales Extraordinarios, siendo los dos primeros el Gobemador y el Funcional, que forman la Órbita Microcósmica. Estos alimentan los otros seis). Después, llena losdoce Canales Ordinarios: los seis Yin ylos seis Yang. Los canales Yin y los Yang están todos conectados con alguno de los órganos vitales. Así es cómo la meditación de la Órbita Microcósmica envía Chi nutritive a todo el cuerpo.

Todo el mundo ha nacido con el circuito de la Órbita Microcósmica abierto y con flujo. Incluso en el seno matemo, el Chi de un feto fluye por su propia órbita Microcósmica. Después de nacer, este camino está libre y abierto, hasta que aparece la pubertad, cuando el cuerpo siente las presiones del cambio hormonal y el desarrollo físico y las emociones se hacen más fuertes durante la delicada fase de la adolescencia. El estrés es uno de los principales factores que producen los bloqueos de Chi que aparecen en los canales del cuerpo cuando se es adulto. Al volver a abrir conscientemente la Órbita Microcósmica, aurnentamos la eficacia de nuestro consurno de energía y empezamos a rellenar las pérdidas de Chi.

Como las cualidades espirituales, o virtudes, están vinculadas a nuestros órganos vitales, la instrucción taoísta hace que se restabiezca el cuerpo ffsico y se mantenga sano, como base del trabajo espiritual. Cuando un órgano no recibe Chi suficiente, puede deteriorarse su estado físico y, al mismo tiempo, puede resultar más difícil que se manifieste la virtud propia de este órgano.

El Chi actua como un eslabón que une el cuerpo físico, el cuerpo de energía (alma) y el cuerpo de espfritu, del mismo modo que el combustible del motor de una embarcación produce la fuerza que la empuja por el agua. El Chi hace de combustible para cada uno de estos tres cuerpos. Lo mismo que puede pararse un barco por falta de gasolina, tambíen pueden verse bloqueados el cuerpo, el alma y el espíritu por estar bajos de energía.

Esto no quiere decir que las personas enfermas sean incapaces de seguir un crecimiento espiritual. Es más difícil concentrarse en la espiritualidad cuando la necesidad de salud es grande; pero el pro- ceso regenerative puede serde por sí una experiencia espiritual, si se acepta sin reservas.

Alquimia interior: trabajar con las emociones y el Chi
En el sistema taoísta de la Alquimia Interior, el trabajo emocional va de la mano del trabajo de la energía. Muchos bloqueos que se producen en los canales están creados por emociones negativas o tienen alguna relación con ellas. Con la Sonrisa Interior y los Seis Sonidos Curativos, aprendemos a escuchar nuestros cuerpos y entrar mejor en contacto con nuestras emociones, tanto positivas como negativas. Adquirir energías virtuosas ayuda a eliminar bloqueos, mejorar la salud y acumular más energía.

Además, al practicar la meditación de la Órbita Microcósmica, podemos descubrir tensiones físicas en diversos puntos importantes de energía. Las tensiones físicas son muchas veces consecuencia de emociones negativas a las que nos aferramos. Cuando podemos mover el Chi por esos puntos, aprendemos a liberar sus tensiones, lo que nos ayuda a transformar sus emociones negativas, devolviendo esa energía atrapada al flujo de la vida.

Cuando ya hemos eliminado las emociones negativas y hemos transformado la energía bloqueada en Chi utilizable, podemos potenciar las cualidades naturales de los órganos: las virtudes, que son las energías naturales de los mismos órganos. En otras palabras, cuando se están manifestando las virtudes, el Chi de sus órganos correspondientes está en su punto culminante. Esta energía pura y natural se convierte en alimento para el refinamiento y desarrollo de los cuerpos del alma y el espíritu.

Si no nos ocupamos de nutrir nuestras buenas emociones y nos limitamos a aportar más energía al cuerpo, podemos estar potenciando nuestras emociones negativas, haciéndolas más poderosas y más difíciles de controlar y transformar. Por eso es por lo que se corrompen algunos dirigentes espirituales: están encantadoscon el poder y se olvidan de la práctica diaria de refinar su Chi y nutrir sus energías virtuosas. Debemos seguir adquiriendo virtudes hasta que se convierta en un proceso automático. Sólo entonces podremos comprender de verdad lo que significaque llamen a uno maestro.

Desarrollo del poder de la mente

Todos los sistemas de meditación pretenden relajar la mente y alimentar el espíritu. Cuando la mernte está agitada, se desbordan las ideas y los sentimientos, reaccionando ante todo, a veces de forma exagerada, haciendo que se disperse la fuerza vital. Como la mente está tan ocupada con este flujo, no puede dar toda su fuerza a ninguna idea o senti- miento, pierde agudeza y se dispersa y distrae. Es eomo los rayos del sol, si están extendidos, dan calor, pero si se concentran con una lente, tienen el poder suficiente para quemar un papel. Del mismo modo, cuando tranquilizamos la mente con la meditación, esta se concentra y fortalece con el flujo del Chi. Es lo que llamamos "poder de la mente".

Regeneración del cuerpo físico: Hacerse como un niño para volver a la Fuente Original

La base fundamental de la práctica taoísta está en aprender a conservar la energía física en nues- tros cuerpos para que deje dedispersarse y debilitarse como consecuencia de la influencia del mundo. Una independencia espiritual plena requiere que evitemos vaciamos de esta energía por los oíos, los, oídos, la nariz y la boca, o por un exceso de actividad sexual. El novicio del Sistema Taoísta empieza con una amplia gama de ejercicios que desarrollan el cuerpo físico, haciendo de él un organismo sano y eficiente, capaz de vivir en el mundo y mantenerse libre y al margen de las tensiones y el estrés de la vida diaria. Uno aspira a volver a un estado infantil de inocencia y vitalidad, para recuperar la Fuerza Original a la que tenemosderecho por el hecho de nacer. Los objetivos propios de este nivel son: aprender a curarse a sí mismo, a amarse a sí mismo y a amar a los demás.

Ejercicios fundamentales:
Conservar la energía para seguir la luz

El primer nivel de los ejercicios se dedica al desarrollo de un cuerpo sano, para lo que puede necesitarse hasta 12 meses de entrenamiento diligente. Durante este proceso, aprendemos a conden- sar y conservar nuestra fuerza vital mediante la meditación de la Órbila Microcósmica, la práctica del Amor Curativo, la Sonrisa Interior, Los Sen Sonidos Curatives y el ChiKung de Cairnsa de Hierro. Aprendemos a acumular y refinar nuestra fuerza vital en una Bola de Chi (esfera de energía) para que no se disipe cuando estemos preparados para dejar este mundo. Según va envejeciendo uno, la energía vital se va debilitando, produciendo a veces enfermedades y sufrimiento. El uso de drogas para combatir la enfermedad consume tanta fuerza vital de nuestro cuerpo que puede darse el caso de que no quede suficiente energía para seguir la luz primordial (luz clara) hacia el CHI WU (nuestra Fuente Original = Dios) en el momento de la muerte. Las prácticas básicas del Tao Regenerativo aseguran que conservamos suficiente energía vital para hacer ese viaje.

1. Detenció de la pérdida de energía mediante la conservación y el reciclaje.
La Órbita Microcósmica es el principal canal de la energía delcuerpo. En él hay nueve aperturas. Si aprendemos a sellarlas bien cuando no las utilizamos, con este simple acto de conservación tendremos inmediatamente mbs energía. Esta Órbita básica se ensefla con más detalle en mi primer libro, Despierta la energía curatwa a través del Tao.

La meditación de la Órbita Microcósmica es el primer paso para alcanzar estos objetivos, ya que desarrolla el poder del control de la mente, conser- va, recicia y transforma el Qi - pronunciado Chi (el término chino utilizado para designar la energía o fuerza vital) y lo dirige por los canales primarios de acupuntura del cuerpo. Si sabemos manejar el Chi de un modo eficaz, lograremos controlar mejor nuestras vidas y, si sabemos utilizar nuestras energías con sabiduría, descubriremos que ya tenemos abundancia de Chi.

Con la Órbita avanzada se aprende a conectar con la fuente ilimitada de Amor Universal y sacar energfa de ella: un Orgasmo Cósmico formado por la unión de las tres fuentes principales de Chi a las que tiene accesoel hombre (la Fuerza Universal, la Fuerza de la Tierra y la Fuerza (Cósmica) del Yo Superior). Este proceao es, a la vez, energetizante y equilibrante. Prepara a uno para trabajar con mayores cantidades de Chi en los niveles superiores de la práctica meditativa, especialmente para el desarrollo del cuerpo de energía.

2.Transformación de la energía negativa en virtudes: Apertura del corazón.
La Sonrisa interior y los Seis sonidos curativos son ejercicios sencillos, aunque poderosos, que nos enseñan a relajar y curar los órganos vitales y transformar de nuevo las emociones negativas en una rica fuente de energía. Ayudan a abrir el centro del corazón y a conectar con el ilimitado Amor Universal, mejorando día a día las influencias y facilitando un vehículo para las virtudes que proceden de los órganos internos. Los taoístas consideran que el corazón es la sede del Amor Universal. También es una caldera en la que se combinan y fortalecen las energías de nuestras virtudes. Mediante la Sonrisa Interior, notarás cómo se gene- ran estas energías virtuosas desde sus respectivos órganos. Entonces las acumularás en el corazón para que se refinen y sc mezelen para formar la compasión, que es la más elevada de todas las virtudes. Es un medio muy eficaz para potenciar nuestras mejores cualidades.

3. Conservación, reciclaje y transformación de la energia sexual.
Aplicando la instrución taoísta se aumenta la fortaieza mediante la conservación y el reciclaje de la energía sexual, tal como se explica en mis dos libros, Secretes taoístas del amor (para hombres) y Amor curatívo a través del Tao (para mujeres). Cuando se acumula, la energía sexual (Chi Ching) se convierte en una increíble fuente de fuerza que se puede utilizar individualmente o compartir formando pareja, por el camino de la Órbita Microcósmica, durante la unión sexual. Con la práctica, se puede aprender a intensificar el placer sexual individualmente y por parejas. La energi'a sexual acumulada y transformada es un importante catalizador alquímico utilizado en meditaciones superiores. Cuando tienes energía sexual en abundancia, puedes conectar con el Orgasmo Cósmico ilimitado que siente en todo momento tu Yo Superior, que es la energía más básics de cada célula de tu cuerpo.

4, Control y re-canalización de la fuerza vital.
Con los ejercicios de Chi Kung de camisa de Hierro y el Tai Chi Chi Kung se aprende a alinear la estructura ósea con la gravedad para conseguir un flujo de energía suave y fuerte. Si tenemos fuerza en los músculos, los tendones y la médula espinal y nuestra estructura mecánica es buena, podemos controlar mejor nuestra fuerza vital. El cuerpo consigue también una sensación de arraiganaiento en la tierra, con lo que podemos sacar fuerza curativa de la Madre Tierra.

5. Chi Nei Tsang. El Chi Nei Tsang es la mejor técnica para curarse a uno mismo o a los demás, sin agotar las energías propias.
El Chi Nei Tsang es un sistema taoísta de masaje abdominal para liberar bloqueos que podrían impedir el flujo normal de energía en cualquiera de los sistemas del cuerpo. Estos sistemas pueden ser el linfático, los órganos, los meridianos, el circulatorio y el nervioso.

6. Nutrición de cinco elementos.
El concepto taoísta se basa en la determinación de las necesidades del cuerpo para satisfacerlas según los cinco elementos de la naturaleza, que mantienen los cinco órganos principales del cuerpo. Este sistema descubre y fortalece cualquier órgano débil, equilibrando la ingestión de alimentos para potenciar y compensar los elementos deficientes. No elimina la mayoría de los alimentos placenteros (incluidos los dulces), sino que, en cambio, hace un programa en el que estos alimentos ayudan a mantener el equilibrio intemo del cuerpo, en vez de perturbarlo. Elegir y combinar los alimentos de este modo puede ayudarnos a evitar los antojos sin dejar que estos nos dominen.







Ba Duan Jin



El Ba Duan Jin o Las Ocho Piezas del Brocado de Seda, Las Ocho Joyas y Las Ocho Piezas del Brocado Dorado es uno de los ejercicios de Chi Kung más antiguos. Esto a influido para que con el transcurrir del tiempo se hallan desarrollado diferentes formas de realizarlos.




Simone Weil


Cuando Simone Weil escuchó la noticia de que una terrible hambruna había devastado China lloró. Simone Weil era ademas de fiolosofa pacifista radical, luego sindicalista revolucionaria, finalmente llegará a pensar que sólo es posible un reformismo revolucionario: los pobres están tan explotados que no tienen la fuerza de alzarse contra la opresión y, sin embargo, es absolutamente imprescindible que ellos mismos tomen la responsabilidad de su revolución. Por eso es necesario crear condiciones menos opresivas mediante avances reformistas para facilitar una revolución responsable, menos precipitada y violenta.
A pesar de ser de familia judia no tuvo formación judía alguna. Sus escritos religiosos son netamente cristianos, si bien sumamente heterodoxos. Su posición frente al judaísmo y a la identidad comunitaria judía es de rechazo explícito y total, lo cual ha resultado en que haya sido acusada de "auto-odio" por estudiosos de perspectiva sionista.

Es el período final de su breve vida encuentra el mensaje evangélico de Jesús de Nazareth. Es una cristiana que plantea preguntas embarazosas a los cristianos y será rechazada por los teóricos de la Iglesia que la acusan de no haber comprendido bien la historia de la misma.





http://www.youtube.com/watch?v=fU1rVBa83cc

Castoriadis

Su influencia sobre el Mayo Francés es considerada como de "inspiración espiritual", reconocido públicamente por Daniel Cohn-Bendit, y ligado a la famosa frase La imaginación al poder, lo que para Fernando Savater es una trascripción casi "literal" del último artículo de Castoriadis en Socialisme ou Barbarie. Al mismo tiempo que definía su campo de acción, se distinguió por su alejamiento con otras escuelas francesas 'pre' y 'post' Mayo '68, cuando en 1976 escribe en Topique, a partir del libro Un destin si funeste de François Roustang, un largo artículo criticando el pensamiento estructuralista tanto en las versiones de Michel Foucault, Roland Barthes, Louis Althusser, Gilles Deleuze y Félix Guattari, así como el método y posturas lacanianas.
A partir de 1974 comenzó a ejercer como psicoanalista. Ya en 1980, Castoriadis es nombrado director de estudios de la École des hautes études en sciences sociales, donde continua los trabajos publicados desde 1978 con Les Carrefours du labyrinthe, completando cinco volúmenes y uno más póstumo; estos pretendían ser trabajos “de semilla”, analizando fenómenos muy específicos a partir de lo ya expuesto en La institución imaginaria de la sociedad. En 1997, Castoriadis muere en París de una enfermedad del corazón y es enterrado en el Cementerio de Montparnasse.



Espinoza

Descartes había considerado la existencia de tres sustancias: el pensamiento, la extensión y Dios. Spinoza reduce estas tres sustancias a una sola: sustancia divina infinita, que según la perspectiva que se adopte, se identifica bien con Dios o bien con la Naturaleza.
Para Spinoza, la substancia es la realidad, que es causa de sí misma y a la vez de todas las cosas; que existe por sí misma y es productora de toda la realidad; por tanto, la naturaleza es equivalente a Dios. Dios y el mundo, su producción, son entonces idénticos. Todos los objetos físicos son los "modos" de Dios contenidos en el atributo extensión. Del mismo modo, todas las ideas son los "modos" de Dios contenidas en el atributo pensamiento. Las cosas o modos son naturaleza naturada, mientras que la única substancia o Dios es naturaleza naturante. Las cosas o modos son finitas, mientras que Dios es de naturaleza infinita y existencia necesaria y eterna.



.http://www.youtube.com/watch?v=_kyce4aBsU8

viernes, 25 de marzo de 2011

La inteligencia colectiva




Para evitar que un grupo de personas inteligentes funcione como un grupo cejijunto lo mejor es usar la inteligencia colectiva, una forma de inteligencia que surge de la colaboración y concurso de muchos individuos. La inteligencia colectiva puede ser fomentada para superar el pensamiento de grupo y los sesgos cognitivos individuales para permitir a un colectivo cooperar en un proceso mientras alcanza un rendimiento intelectual mejorado.



Teologia del valle de lagrimas

Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, en cuyo corazón están tus caminos. Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, cuando la lluvia llena los estanques. Tomamos agua para apaciguar la sed, y las aguas son útiles para regar los campos. Mas Jehová dice que primeramente debemos atravesar muchos valles de lágrimas para llenar los estanques.

lunes, 14 de marzo de 2011

Tecnosfera

Tecnosfera, es el conjunto de los medios artificiales que soportan el desarrollo de la sociedad humana y que evoluciona hacia una analogía de la biosfera con la que interactúa. La película Surplus aporta argumentos a favor del capitalismo y el progreso tecnológico , tales como una mayor eficiencia que dejaría más tiempo y haria posible trabajar menos, para constatar en última instancia, que este objetivo no se alcanza.










Vandana Shiva

Vandana Shiva es autora de más de 20 libros. Se formó como física y participó en el violento movimiento Chipko en la década de 1970. El movimiento, algunos de cuyas principales participantes eran mujeres, formaron de círculos humanos alrededor de los árboles para impedir su tala. Ella es uno de los líderes y miembros de la junta del Foro Internacional sobre Globalización , (junto con Jerry Mander , Edward Goldsmith , Ralph Nader , Jeremy Rifkin , et al.), y una figura del movimiento alter-globalización. Aboga por la sabiduría de muchas prácticas tradicionales.





domingo, 13 de marzo de 2011

Víctor Brossa

Teniendo en cuenta que lo que vemos reflejado en el plano material, es consecuencia de nuestras propias creaciones en los planos más sutiles, es obvio que mi propósito está creando su realización en sí mismo con el simple hecho de desarrollarlo en lo virtual. Eso es la magia y todos tenemos el poder para realizar cualquier cosa que nos propongamos.

Si tu corazón te lo pide, no dejes que algo te detenga. No temas no saber, no temas no creerte digno, no temas no tener los medios, porque toda esa apariencia desaparecerá cuando abraces tu propia creatividad, esa que te mostrará caminos insospechados que te llevarán al verdadero encuentro contigo mismo. No dejes que la mente o la voz del mundo te limiten. La única voz que debes seguir es la voz de tu corazón. Ella jamás te engañará.

Si algo puedo afirmar con certeza es que todos y cada uno de nosotros somos artistas de un poder infinito, pues creamos y recreamos nuestra realidad todo el tiempo, aun cuando no somos conscientes de ello. Lo hacemos desde nuestros pensamientos y emociones. Desde lo que creemos y decretamos cada día.

Devolver el arte a su lugar sagrado es recuperar la consciencia desde donde todos somos uno con el Absoluto, e irradiar desde allí la chispa única y perfecta que cada uno de nosotros contenemos. Nuestra obra estará entonces a la altura de nuestra verdadera soberanía, perfección y fractalidad.


Recuperar el poder es tomar la responsabilidad desde la consciencia del ser y escoger lo que creer y lo que crear, pues
solo siendo soberanos de nuestras vidas podremos abrazar la posibilidad de crear un nuevo mundo de Hombres y Mujeres de Consciencia. Un mundo que ya vive en lo sutil, dentro de muchos de nuestros corazones, esperando la señal para materializarse en el ahora.





Nacionalismo vasco como invento masonico

Según jon Juaristi, la figura legendaria de Aitor como padre mitológico del pueblo vasco, es creación del masón Agostin Chaho, así como como la promoción que hizo de la cultura popular vasca, por la que se interesó sinceramente, organizando junto al filántropo y acaudalado Antoine D'Abadie juegos florales y festivales anuales de marcado carácter folclórico, así como certámenes literarios en lengua eusquérica que contribuyeron grandemente a dignificar, por primera vez en la historia, la literatura vasca, siendo pionero en el enaltecimiento del hecho cultural genuinamente éuscaro.

Biomimetismo

El biomimetismo es el proceso de entender y aplicar a problemas humanos, soluciones procedentes de la naturaleza en forma de principios biológicos, biomateriales, o de cualquier otra tipo. Estudia a la naturaleza como fuente de inspiración, nuevas tecnologías innovadoras para resolver aquellos problemas humanos que la naturaleza ha resuelto, mediante los modelos de sistemas (mecánica), procesos (química) y elementos que imitan o se inspiran en ella.

Este método, tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de la humanidad. Además se basa en la sustentabilidad socio-económicas; mediante el fundamento que la naturaleza es el único modelo que perdura por millones de años.
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El Transhumanismo

El Transhumanismo es al mismo tiempo un concepto filosófico como un movimiento intelectual internacional que apoya el empleo de las nuevas ciencias y tecnologías para mejorar las capacidades mentales y físicas con el objeto de corregir lo que considera aspectos indeseables e innecesarios de la condición humana, como el sufrimiento, la enfermedad, el envejecimiento o incluso en última instancia la mortalidad.




Autocontencion

¿Qué tienen que decir la filosofía, la economía, la psicología sobre la cuestión de las necesidades humanas, en el contexto de crisis ecológico-social donde nos hallamos? ¿Cómo fundamentar políticas de suficiencia, austeridad, autocontención? ¿Cómo propiciar cambios en los comportamientos y en las pautas sociales?







lunes, 7 de marzo de 2011

Indignificacion

La prostitución es la actividad a la que se dedica quien mantiene relaciones sexuales con otras personas, a cambio de dinero o cualquier otro tipo de retribución.
Al hablar de prostitución, se sobreentiende que la persona que la ejerce no aplica más criterio en la elección del cliente que el de recibir el pago correspondiente, es decir, que no existe ningún tipo de emoción ni relación afectiva. De modo que, en un sentido más genérico y coloquial de la palabra, se dice también que se prostituye, por extensión, cualquier persona que "vende" sus servicios profesionales (no sexuales) por una causa que no le importa o incluso que considera indigna, con el único aliciente de recibir un pago.





El viaje de Ibrahima

En El viaje de Ibrahima uno de los miles de jóvenes africanos que cada año se juegan la vida intentando buscar un futuro en Europa para mantener a su familia sale de senegal con banda sonora de Ismael Lo y llega a Barcelona con musica de Manu Chao. El programa sigue paso a paso una de esas largas travesias que empiezan en una aldea de África subsahariana y termina en cualquier suburbio europeo.




Morir en la calle


En nuestro país, la Constitución reconoce, entre otros, el derecho de todos los ciudadanos a tener una vivienda digna y adecuada, a la protección social, económica y jurídica y a la salud.

Sin embargo, a día de hoy, muchas personas, unas 30.000 en España, no pueden ejercer estos derechos. No tienen acceso a una vivienda digna teniendo que depender de centros de acogida y de otros recursos para poder dormir, alimentarse, asearse, vestirse... Al final de esta cadena están las personas que viven y duermen en la calle, aquellas que más allá de no tener un hogar, no tienen ni siquiera un techo en el que resguardarse. Es más, por no tener un lugar donde vivir, muchos mueren en la calle.

El año pasado, fue el año europeo de lucha contra la pobreza y la exclusión social y, en los próximos años, se pretende luchar para que nadie duerma en la calle.



domingo, 6 de marzo de 2011

Mujeres judías y no judías como esclavas sexuales en campos de concentraciónn


Las SS utilizaron a miles de mujeres judías y no judías como esclavas sexuales. Su número oscilaría en 35.000 y fueron abusadas por los soldados y guardianes de los campos. Estas esclavas fueron reclutadas en todos los países capturados por los nazis y sirvieron para ellos como fuente de ingresos.Se trata de un capítulo oscuro de la historia de la Alemania nazi que no fue muy conocido en especial por la negativa de las mujeres mancilladas para contar, por temor y verguenza, lo que les pasó en la guerra. No se trata de hechos aislados sino de un sistema creado por órdenes de la SS y que permitió engrosar la caja de esta organización demencial. Hasta el momento ninguna mujer llevó a cabo acciones legales contra Alemania por el daño sufrido. Para los SS había una contradicción entre el apego a la ideología del cuidado de la pureza de la raza y la necesidad de satisfacer los instintos de los soldados en el frente, en los países conquistados y en los campos de concentración. En las primeras etapas de la guerra los nazis se abstenían de acercarse a las mujeres judías pero rápidamente vencieron sus reservas y las limitaciones de las leyes de Nuremberg. En la retaguardia los acercamientos eran castigados pero en el frente los SS tenían sus reglas. Los nazis trataron a estas mujeres como botín de guerra.
Yan Liban, uno de los sobrevivientes de la Lista de Schindler, recordó en la TV alemana como las SS capturaban mujeres y las llevaban a los prostíbulos. La TV alemana logró ubicar a varias mujeres sometidas por los nazis. Varios testimoniaron de incognito. A los 65 años del fin de la guerra continuan los reportajes y las declaraciones de los victimarios y víctimas.
La prostitución obligada no sólo fue instrumentada por placer cínico de los nazis sino por necesidades económicas y como excusa para estimular el trabajo esclavo en los campos de concentración. En 1942 el directorio de la firma E.G.Farben, que utilizaba centenas de esclavos, le pidió a los líderes de la SS un permiso para autorizar a los "trabajadores sobresalientes" a que sean "premiados" con asistencia a los burdeles. Himmler aceptó y en cada campamento se erigieron burdeles en lugares reservados. El campo de concentración de mujeres de Ravensbruck sirvió de "fuente de abastecimiento" de mujeres para las SS. Olga Lotar, que llegó al campo como prisionera política, recuerda la selección que se hizo con las mujeres. "Llegaron oficiales de la SS y comenzaron a mirar a las mujeres. Las clasificaban por peso, altura,color de cabello; para diversos gustos. Al principio los nazis engañaron a las mujeres y les decían que si trabajaban 6 meses como prostitutas serían liberadas. Varios creyeron estas promesas pero luego se dieron cuenta de las mentiras. Luego de ser utilizadas las devolvieron desechas a Ravensbruck. Regresaban con el cuerpo roto y los ojos apagados",dice Lotar. "Perdieron todo atisbo de esperanza. Su mundo fue destruido y no tenían voluntad para vivir". Muchas mujeres jamás se atrevieron a contar las humillaciones que sufrieron en los burdeles de las SS. El testimonio dramático de una de las esclavas sexuales en Mathausen echa luz sobre las terribles condiciones: "En las cabañas había pequeñas habitaciones con números. Los hombres antes y después de cada visita se descontaminaban. Cada mujer recibía por día entre 10 a 20 hombres. Los guardianes de las SS nos vigilaban por pequeñas agujeros en las puertas. Los hombres debían pagar a los oficiales que se quedaban con el dinero".





http://www.youtube.com/watch?v=cAobCarcMbA

sábado, 5 de marzo de 2011

Mario Javier Saban

Mario Javier Saban (1966) nació en Buenos Aires (Argentina) de una familia de descendientes de judíos españoles refugiados en el Imperio Otomano en 1492. En el año 1987 comienza sus investigaciones históricas sobre los orígenes judíos de las familias tradicionales argentinas, publicando su primera obra Judíos conversos (1990), con gran resonancia en toda la sociedad y con varias reediciones que llevan a este libro al grado de best seller.

En el año 1991 publica su segundo libro Los hebreos nuestros hermanos mayores o Judíos conversos II, que es la continuación de la investigación de la primera obra. En 1992 publica su tercer libro Los marranos y la economía en el Río de la Plata o Judíos conversos III. En 1993 publica su cuarto libro Mil preguntas y respuestas sobre el judaísmo español y portugués. En 1994 publica su quinta obra Las raíces judías del cristianismo. Entre los años 1995 y 2000 es profesor de Historia del Derecho Argetino en la Universidad de Buenos Aires. En el año 2002 se instala en España donde publica su sexta obra El judaísmo de San Pablo (2003).





A algunos solo les preocupa que se fuma en Cabello




Letra en español

Cuando la Luna esté en la Casa 7,
y Júpiter se alinée con Marte,
entonces la Paz guiará los Planetas,
y el Amor conducirá las Estrellas.

Es el amanecer de la Era de Acuario…
la Era de Acuario
¡Acuario!¡Acuario!

Abundarán la armonía y la comprensión,
la simpatía y la confianza,
no habrá más engaños ni más burlas:
una vida dorada, sueños de visiones,
una revelación mística cristalina,
y la auténtica liberación de la mente

¡Acuario!¡Acuario!

Cuando la Luna esté en la Casa 7,
y Júpiter se alinée con Marte,
entonces la Paz guiará los Planetas,
y el Amor conducirá las Estrellas.

Es el amanecer de la Era de Acuario…
la Era de Acuario
¡Acuario!¡Acuario


Letra en inglés

When the moon is in the Seventh House
And Jupiter aligns with Mars
Then peace will guide the planets
And love will steer the stars

This is the dawning of the Age of Aquarius
The Age of Aquarius
Aquarius! Aquarius!

Harmony and understanding
Sympathy and trust abounding
No more falsehoods or derisions
Golden living, dreams of visions
Mystic crystal revelation
And the mind’s true liberation
Aquarius! Aquarius!

When the moon is in the Seventh House
And Jupiter aligns with Mars
Then peace will guide the planets
And love will steer the stars

This is the dawning of the Age of Aquarius
The Age of Aquarius
Aquarius! Aquarius!








http://www.elblogalternativo.com/2009/02/18/el-amanecer-de-la-era-de-acuario/

tetralema

El tetralema expresa razonamiento patrones lógicos de una: Además de los dos polos del dilema evidente, todavía hay una posición "tanto" representa los puntos en común, y una posición "Tampoco", la relación es que los dilemas que están fuera y puede haber causado. A esto se añade un quinto puesto que "todos los no- e incluso que no es "se representó a proseguir la lógica continuación, se eleva más allá de esto, y tan a menudo el punto focal de las ideas creativas es.

El tetralema se puede generalizar también a situaciones de toma de decisiones con más de dos alternativas, como las extensiones son posibles, en particular hincapié en la búsqueda de nuevas ideas. Es intuitivamente útil, lógico y racional de las demandas, pero también influyó en la gente mucho y continuamente se presentan los resultados más sorprendentes.

Matthias Varga von Kibed



Matthias Varga von Kibed es el fundador de las Constelaciones Estructurales y del fascinante Tetralemma, un instrumento de raíz hindú que traducido en constelación, sirve de manera rápida y eficaz para la TOMA DE DECISIONES Y LA GESTIÓN DEL CAMBIO (personal, profesional, empresarial...), abre NUEVAS PERSPECTIVAS en los problemas y ayuda a entender y solucionar en su raíz un sinfin de dificultades. Las constelaciones sistémicas estructurales pueden crear las bases para la búsqueda de soluciones: con el método de la pregunta milagro podemos llegar desde el nivel del problema al nivel de la solución. Las diversas formas de las constelaciones sistémicas estructurales, como el enfoque objetivo o problema de instalación, la creación del tema oculto, el establecimiento de polaridad religiosa y lema tetra nos ayudará a superarnos en el camino para resolver nuestras limitaciones mentales. Nos ayuda de manera práctica, a descubrir los recursos ocultos disponibles en los obstáculos y usar nuestras fuentes de energía natural.
Las constelaciones Sistémicas son caminos simples y complejos a las soluciones.




NOVO ORDO SECLORUM


10 años antes del 11 de Septiembre de 2001 el 11 de Septiembre de 1991 George Bush comunicaba al mundo que comenzaba el "Nuevo Orden Mundial" .

Nos encontramos hoy ante un momento único y extraordinario. La crisis del Golfo Pérsico, por grave que sea, ofrece una rara ocasión de avanzar hacia un periodo histórico de cooperación. De estos tiempos confusos puede emerger nuestro objetivo: un nuevo orden mundial, una nueva época, más libre de amenazas y de terror, más fuerte en la búsqueda de la justicia y más segura en la búsqueda de la paz, una era en la que las naciones del mundo -Este y Oeste, Norte y Sur- puedan prosperar y vivir en armonía.

Nassim Haramein

Nassim Haramein, nacido en Ginebra es uno de los jóvenes científicos que está revolucionando parte de la comunidad científica con la presentación de su Teoría Unificada del Todo. Es una teoría ambiciosa que se centra en las matemáticas fractales (holográficas), en la geometría sagrada y en la asunción de que los agujeros negros son el centro de cualquier estructura en el universo: galaxias, planetas, átomos y también nosotros mismos. Nos gusta las teorías que contemplan el universo en términos holográficos, dan importancia a los legados de civilizaciones antiguas y consideran al ser humano en la ecuación.
theresonanceproject

http://www.youtube.com/watch?v=CfT3RaIcC5c

La Religión Rastafari



La religión Rastafari se inicio en África. Casi siempre esta asociada con la población mas pobre de Jamaica. No es tan solo una religión, sino un modo de vida.
La creencia mas básica de los rastafaris es que Haile Selassie es el Dios viviente de la raza negra. Selassie, mejor conocido como Ras Tafari, era el emperador negro de Ethiopia. Las profecias Rastafaris hablan de el como "El pelo de aquel era como lana (El pelo de un hombre de la raza negra), Quien tiene los pies como latón quemado (Piel negra)".
Selassie en realidad no era un Rastafari. Era un Cristiano devoto. En realidad, nadie realmente sabia que era lo que el pensaba del movimiento Rastafari. Cuando un grupo de Rastas fueron a Etiopia a honorarlo, un oficial del palacio les dijo que se fueran! Esto no hizo que los Rastas dudaran de sus creencias, solo los hizo mas creyentes. Un Dios no debe saber que es un Dios.
Cuando conocieron la muerte de Haile Selassie, los Rastas no lo podían creer. Ellos pensaban que era un truco del los medios para tratar de que perdieran su fe. Los Rastafaris creían que Haile Selassie se había convertido en la carne perfecta, y que se sentaba en el punto mas alto de Mount Zion donde el y la Emperatriz Menen esperaban la hora del juicio
El nombre del Dios Rastafari es Jah.

Babylon es el termino Rastafari para describir la estructura del poder político que a mantenido a la raza negra pisoteada por siglos. En el pasado, los Rastas ven que los negros eran dominados por los grilletes de la esclavitud, en el presente, los Rastas sienten que los negros siguen dominados através de la pobreza, ignorancia y la injusticia de los blancos.
Ethiopia, específicamente, África en general, es considerado el cielo en la tierra de los Rastas. No existe otra vida o el infierno como creen los Cristianos. Los Rastas creen que Jah va a mandar la señal y ayudar al éxodo negro de regreso a Ethipia, su tierra natal.



El hombre más rico de Babilonia

El hombre más rico de Babilonia es un clásico moderno en materia de ahorro y planificación financiera. Describe las claves para adquirir, mantener y reproducir el dinero, en un lenguaje sencillo, informativo y motivador.

Clason emplea parábolas e historias babilónicas que muestran cómo esta antigua civilización logró acumular riquezas y un desarrollo económico sin comparación para su época.

El libro muestra un camino hacia la prosperidad y la felicidad, ofreciendo análisis y soluciones prácticas para los problemas financieros personales que todos enfrentamos a diario.








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viernes, 4 de marzo de 2011

George Kavassilas

El momento del Gran Cambio ya está aquí, y es el motivo por el cual nos embarcamos en este viaje hace eones. Todos los que habéis elegido estar aquí en este momento estáis a punto de experimentar una transformación de una magnitud que pocos sobre la Tierra puedan imaginar, y qué sepáis que existen multitudes de seres en el universo que sienten hacia vosotros una grandísima admiración. El resultado final de este largo viaje será la transformación de nuestra divina Madre Tierra y de su humanidad en Seres de Luz y Creadores Universales


http://www.youtube.com/watch?v=BvUz3WBN59U&feature=player_embedded

SUZANNE POWELL

Suzanne Powell es psiquiatra filosófa, da conferencias de nutrición alimentación de la nueva era, cursos gratuitos de sanación zen control del sistema nervioso, meditación y respiración consciente

http://vimeo.com/19738315

Baltasar Gracián

Ni al justo leyes, ni al sabio consejos; pero ninguno supo bastantemente para sí. Unacosa me has de perdonar y otra agradecer: el llamar Oráculo a este epítome de aciertos delvivir, pues lo es en lo sentencioso y lo conciso; el ofrecerte de un rasgo todos los doce Gracianes,tan estimado cada uno, que El Discreto apenas se vio en España cuando se logró en Francia,traducido en su lengua e impreso en su Corte. Sirva éste de memorial a la razón en el banquetede sus sabios, en que registre los platos prudenciales que se le irán sirviendo en las demás obraspara distribuir el gusto genialmente.1. Todo está ya en su punto, y el ser persona en el mayor. Más se requiere hoy para unsabio que antiguamente para siete; y más es menester para tratar con un solo hombre en estostiempos que con todo un pueblo en los pasados.2. Genio e ingenio. Los dos ejes del lucimiento de prendas: el uno sin el otro, felicidad amedias. No basta lo entendido, deséase lo genial. Infelicidad de necio: errar la vocación en elestado, empleo, región, familiaridad.3. Llevar sus cosas con suspensión. La admiración de la novedad es estimación de losaciertos. El jugar a juego descubierto ni es de utilidad ni de gusto. El no declararse luegosuspende, y más donde la sublimidad del empleo da objeto a la universal expectación; amagamisterio en todo, y con su misma arcanidad provoca la veneración. Aun en el darse a entender seha de huir la llaneza, así como ni en el trato se ha de permitir el interior a todos. Es el recatadosilencio sagrado de la cordura. La resolución declarada nunca fue estimada; antes se permite a lacensura, y si saliere azar, será dos veces infeliz. Imítese, pues, el proceder divino para hacer estara la mira y al desvelo.4. El saber y el valor alternan grandeza. Porque lo son, hacen inmortales; tanto es unocuanto sabe, y el sabio todo lo puede. Hombre sin noticias, mundo a oscuras. Consejo y fuerzas,ojos y manos: sin valor es estéril la sabiduría.5. Hacer depender. No hace el numen el que lo dora, sino el que lo adora: el sagaz másquiere necesitados de sí que agradecidos. Es robarle a la esperanza cortés fiar del agradecimientovillano, que lo que aquella es memoriosa es éste olvidadizo.Más se saca de la dependencia que dela cortesía: vuelve luego las espaldas a la fuente el satisfecho, y la naranja exprimida cae del oroal lodo. Acabada la dependencia, acaba la correspondencia, y con ella la estimación. Sea lección,y de prima en experiencia, entretenerla, no satisfacerla, conservando siempre en necesidad de síaun al coronado patrón; pero no se ha de llegar al exceso de callar para que yerre, ni hacerincurable el daño ajeno por el provecho propio.6. Hombre en su punto. No se nace hecho: vase de cada día perfeccionando en la persona,en el empleo, hasta llegar al punto del consumado ser, al complemento de prendas, deeminencias. Conocerse ha en lo realzado del gusto, purificado del ingenio, en lo maduro deljuicio, en lo defecado de la voluntad. Algunos nunca llegan a ser cabales, fáltales siempre un algo;tardan otros en hacerse. El varón consumado, sabio en dichos, cuerdo en hechos, es admitido yaun deseado del singular comercio de los discretos.7. Excusar victorias del patrón. Todo vencimiento es odioso, y del dueño, o necio, o fatal.Siempre la superioridad fue aborrecida, cuanto más de la misma superioridad. Ventajas vulgaressuele disimular la atención, como desmentir la belleza con el desaliño. Bien se hallará quienquiera ceder en la dicha, y en el genio; pero en el ingenio, ninguno, cuanto menos una soberanía.Es éste el atributo rey, y así cualquier crimen contra él fue de lesa Majestad. Son soberanos, yquieren serlo en lo que es más. Gustan de ser ayudados los príncipes, pero no excedidos, y que elaviso haga antes viso de recuerdo de lo que olvidaba que de luz de lo que no alcanzó. Enséñannosesta sutileza los astros con dicha, que aunque hijos, y brillantes, nunca se atreven a loslucimientos del sol.8. Hombre inapasionable, prenda de la mayor alteza de ánimo. Su misma superioridad leredime de la sujeción a peregrinas vulgares impresiones. No hay mayor señorío que el de símismo, de sus afectos, que llega a ser triunfo del albedrío. Y cuando la pasión ocupare lopersonal, no se atreva al oficio, y menos cuanto fuere más: culto modo de ahorrar disgustos, y aunde atajar para la reputación.9. Desmentir los achaques de su nación. Participa el agua las calidades buenas o malas delas venas por donde pasa, y el hombre las del clima donde nace. Deben más unos que otros a suspatrias, que cupo allí más favorable el cenit. No hay nación que se escape de algún originaldefecto: aun las más cultas, que luego censuran los confinantes, o para cautela, o para consuelo.Victoriosa destreza corregir, o por lo menos desmentir estos nacionales desdoros: consíguese elplausible crédito de único entre los suyos, que lo que menos se esperaba se estimó más. Haytambién achaques de la prosapia, del estado, del empleo y de la edad, que si coinciden todos en unsujeto y con la atención no se previenen, hacen un monstruo intolerable.10. Fortuna y Fama. Lo que tiene de inconstante la una, tiene de firme la otra. La primerapara vivir, la segunda para después; aquella contra la envidia, esta contra el olvido. La fortuna sedesea y tal vez se ayuda, la fama se diligencia; deseo de reputación nace de la virtud. Fue, y eshermana de gigantes la fama; anda siempre por extremos, o monstruos, o prodigios, deabominación, de aplauso.11. Tratar con quien se pueda aprender. Sea el amigable trato escuela de erudición, y laconversación enseñanza culta; un hacer de los amigos maestros, penetrando el útil del aprendercon el gusto del conversar. Altérnase la fruición con los entendidos, logrando lo que se dice en elaplauso con que se recibe, y lo que se oye en el amaestramiento. Ordinariamente nos lleva a otrola propia conveniencia, aquí realzada. Frecuenta el atento las casas de aquellos héroes cortesanos,que son más teatros de la heroicidad que palacios de la vanidad. Hay señores acreditados dediscretos que, a más de ser ellos oráculos de toda grandeza con su ejemplo y en su trato, el cortejode los que los asisten es una cortesana academia de toda buena y galante discreción.12. Naturaleza y arte; materia y obra. No hay belleza sin ayuda, ni perfección que no déen bárbara sin el realce del artificio: a lo malo socorre y lo bueno lo perfecciona. Déjanoscomúnmente a lo mejor la naturaleza, acojámonos al arte. El mejor natural es inculto sin ella, y lesfalta la mitad a las perfecciones si les falta la cultura. Todo hombre sabe a tosco sin el artificio, yha menester pulirse en todo orden de perfección.13. Obrar de intención, ya segunda, y ya primera. Milicia es la vida del hombre contra lamalicia del hombre, pelea la sagacidad con estratagemas de intención. Nunca obra lo que indica,apunta, sí, para deslumbrar; amaga al aire con destreza y ejecuta en la impensada realidad, atentasiempre a desmentir. Echa una intención para asegurarse de la émula atención, y revuelve luegocontra ella venciendo por lo impensado. Pero la penetrante inteligencia la previene conatenciones, la acecha con reflejas, entiende siempre lo contrario de lo que quiere que entienda, yconoce luego cualquier intentar de falso; deja pasar toda primera intención, y está en espera a lasegunda y aun a la tercera. Auméntase la simulación al ver alcanzado su artificio, y pretendeengañar con la misma verdad: muda de juego por mudar de treta, y hace artificio del no artificio,fundando su astucia en la mayor candidez. Acude la observación entendiendo su perspicacia, ydescubre las tinieblas revestidas de la luz; descifra la intención, más solapada cuanto más sencilla.De esta suerte combaten la calidez de Pitón contra la candidez de los penetrantes rayos de Apolo.14. La realidad y el modo. No basta la sustancia, requiérese también la circunstancia.Todo lo gasta un mal modo, hasta la justicia y razón. El bueno todo lo suple: dora el no, endulzala verdad y afeita la misma vejez. Tiene gran parte en las cosas el cómo, y es tahúr de los gustos elmodillo. Un bel portarse es la gala del vivir, desempeña singularmente todo buen término.15. Tener ingenios auxiliares. Felicidad de poderosos: acompañarse de valientes deentendimiento que le saquen de todo ignorante aprieto, que le riñan las pendencias de ladificultad. Singular grandeza servirse de sabios, y que excede al bárbaro gusto de Tigranes, aquelque afectaba los rendidos reyes para criados. Nuevo género de señorío, en lo mejor del vivir hacersiervos por arte de los que hizo la naturaleza superiores. Hay mucho que saber y es poco el vivir,y no se vive si no se sabe. Es, pues, singular destreza el estudiar sin que cueste, y mucho pormuchos, sabiendo por todos. Dice después en un consistorio por muchos, o por su boca hablantantos sabios cuantos le previnieron, consiguiendo el crédito de oráculo a sudor ajeno. Hacenaquellos primero elección de la lección, y sírvenle después en quintas esencias el saber. Pero elque no pudiere alcanzar a tener la sabiduría en servidumbre, lógrela en familiaridad.16. Saber con recta intención. Asegura fecundidad de aciertos. Monstruosa violencia fuesiempre un buen entendimiento casado con una mala voluntad. La intención malévola es unveneno de las perfecciones y, ayudada del saber, malea con mayor sutileza: (infeliz eminencia laque se emplea en la ruindad! Ciencia sin seso, locura doble.17. Variar de tenor en el obrar. No siempre de un modo, para deslumbrar la atención, ymás si émula. No siempre de primera intención, que le cogerán la uniformidad, previniéndole, yaun frustrándole las acciones. Fácil es de matar al vuelo el ave que le tiene seguido, no así la quele tuerce. Ni siempre de segunda intención, que le entenderán a dos veces la treta. Está a la esperala malicia; gran sutileza es menester para desmentirla. Nunca juega el tahúr la pieza que elcontrario presume, y menos la que desea.18. Aplicación y Minerva. No hay eminencia sin entrambas, y si concurren, exceso. Másconsigue una medianía con aplicación que una superioridad sin ella. Cómprase la reputación aprecio de trabajo; poco vale lo que poco cuesta. Aun para los primeros empleos se deseó enalgunos la aplicación: raras veces desmiente al genio. No ser eminente en el empleo vulgar porquerer ser mediano en el sublime, excusa tiene de generosidad; pero contentarse con ser medianoen el último, pudiendo ser excelente en el primero, no la tiene. Requiérense, pues, naturaleza yarte, y sella la aplicación.19. No entrar con sobrada expectación. Ordinario desaire de todo lo muy celebrado antes,no llegar después al exceso de lo concebido. Nunca lo verdadero pudo alcanzar a lo imaginado,porque el fingirse las perfecciones es fácil, y muy dificultoso el conseguirlas. Cásase laimaginación con el deseo, y concibe siempre mucho más de lo que las cosas son. Por grandes quesean las excelencias, no bastan a satisfacer el concepto, y como le hallan engañado con laexorbitante expectación, más presto le desengañan que le admiran. La esperanza es granfalsificadora de la verdad: corríjala la cordura, procurando que sea superior la fruición al deseo.Unos principios de crédito sirven de despertar la curiosidad, no de empeñar el objeto. Mejor salecuando la realidad excede al concepto y es más de lo que se creyó. Faltará esta regla en lo malo,pues le ayuda la misma exageración; desmiéntela con aplauso, y aun llega a parecer tolerable loque se temió extremo de ruin.20. Hombre en su siglo. Los sujetos eminentemente raros dependen de los tiempos. Notodos tuvieron el que merecían, y muchos, aunque le tuvieron, no acertaron a lograrle. Fuerondignos algunos de mejor siglo, que no todo lo bueno triunfa siempre; tienen las cosas su vez, hastalas eminencias son al uso. Pero lleva una ventaja lo sabio, que es eterno; y si este no es su siglo,muchos otros lo serán.21. Arte para ser dichoso. Reglas hay de ventura, que no toda es acasos para el sabio;puede ser ayudada de la industria. Conténtanse algunos con ponerse de buen aire a las puertas dela fortuna y esperan a que ella obre. Mejor otros, pasan adelante y válense de la cuerda audacia,que en alas de su virtud y valor puede dar alcance a la dicha, y lisonjearla eficazmente. Pero, bienfilosofado, no hay otro arbitrio sino el de la virtud y atención, porque no hay más dicha ni másdesdicha que prudencia o imprudencia.22. Hombre de plausibles noticias. Es munición de discretos la cortesana gustosaerudición: un práctico saber de todo lo corriente, más a lo noticioso, menos a lo vulgar. Tener unasazonada copia de sales en dichos, de galantería en hechos, y saberlos emplear en su ocasión, quesalió a veces mejor el aviso en un chiste que en el más grave magisterio. Sabiduría conversablevalioles más a algunos que todas las siete, con ser tan liberales.23. No tener algún desdoro. El sino de la perfección. Pocos viven sin achaque, así en lomoral como en lo natural, y se apasionan por ellos pudiendo curar con facilidad. Lastímase laajena cordura de que tal vez a una sublime universalidad de prendas se le atreva un mínimodefecto, y basta una nube a eclipsar todo un sol. Son lunares de la reputación, donde para luego, yaun repara, la malevolencia. Suma destreza sería convertirlos en realces. De esta suerte supoCésar laurear el natural desaire.24. Templar la imaginación. Unas veces corrigiéndola, otras ayudándola, que es el todopara la felicidad, y aun ajusta la cordura. Da en tirana: ni se contenta con la especulación, sino queobra, y aun suele señorearse de la vida, haciéndola gustosa o pesada, según la necedad en que da,porque hace descontentos o satisfechos de sí mismos. Representa a unos continuamente penas,hecha verdugo casero de necios. Propone a otros felicidades y aventuras con alegredesvanecimiento. Todo esto puede, si no la enfrena la prudentísima sindéresis.25. Buen entendedor. Arte era de artes saber discurrir: ya no basta, menester es adivinar, ymás en desengaños. No puede ser entendido el que no fuere buen entendedor. Hay zahoríes delcorazón y linces de las intenciones. Las verdades que más nos importan vienen siempre a mediodecir; recíbanse del atento a todo entender: en lo favorable, tirante la rienda a la credulidad; en loodioso, picarla.26. Hallarle su torcedor a cada uno. Es el arte de mover voluntades; más consiste endestreza que en resolución: un saber por dónde se le ha de entrar a cada uno. No hay voluntad sinespecial afición, y diferentes según la variedad de los gustos. Todos son idólatras: unos de laestimación, otros del interés, y los más del deleite. La maña está en conocer estos ídolos para elmotivar, conociéndole a cada uno su eficaz impulso: es como tener la llave del querer ajeno. Hasede ir al primer móvil, que no siempre es el supremo, las más veces es el ínfimo, porque son másen el mundo los desordenados que los subordinados. Hásele de prevenir el genio primero, tocarleel verbo después, cargar con la afición, que infaliblemente dará mate al albedrío.27. Pagarse más de intensiones que de extensiones. No consiste la perfección en lacantidad, sino en la calidad. Todo lo muy bueno fue siempre poco y raro, es descrédito lo mucho.Aun entre los hombres, los gigantes suelen ser los verdaderos enanos. Estiman algunos los librospor la corpulencia, como si se escribiesen para ejercitar antes los brazos que los ingenios. Laextensión sola nunca pudo exceder de medianía, y es plaga de hombres universales por quererestar en todo, estar en nada. La intensión da eminencia, y heroica si en materia sublime.28. En nada vulgar. No en el gusto. (Oh, gran sabio el que se descontentaba de que suscosas agradasen a los muchos!: hartazgos de aplauso común no satisfacen a los discretos. Sonalgunos tan camaleones de la popularidad, que ponen su fruición no en las mareas suavísimas deApolo, sino en el aliento vulgar. Ni en el entendimiento, no se pague de los milagros del vulgo,que no pasan de espantaignorantes, admirando la necedad común cuando desengañando laadvertencia singular.29. Hombre de entereza. Siempre de parte de la razón, con tal tesón de su propósito, queni la pasión vulgar, ni la violencia tirana le obliguen jamás a pisar la raya de la razón. Pero )quiénserá este fénix de la equidad?, que tiene pocos finos la entereza. Celébranla muchos, mas no porsu casa; síguenla otros hasta el peligro; en él los falsos la niegan, los políticos la disimulan. Norepara ella en encontrarse con la amistad, con el poder, y aun con la propia conveniencia, y aquí esel aprieto del desconocerla. Abstraen los astutos con metafísica plausible por no agraviar, o larazón superior, o la de estado; pero el constante varón juzga por especie de traición el disimulo;préciase más de la tenacidad que de la sagacidad; hállase donde la verdad se halla; y si deja lossujetos, no es por variedad suya, sino de ellos en dejarla primero.30. No hacer profesión de empleos desautorizados. Mucho menos de quimera, que sirvemás de solicitar el desprecio que el crédito. Son muchas las sectas del capricho, y de todas ha dehuir el varón cuerdo. Hay gustos exóticos, que se casan siempre con todo aquello que los sabiosrepudian: viven muy pagados de toda singularidad, que aunque los hace muy conocidos, es máspor motivos de la risa que de la reputación. Aun en profesión de sabio no se ha de señalar elatento, mucho menos en aquellas que hacen ridículos a sus afectantes, ni se especifican, porquelas tiene individuadas el común descrédito.31. Conocer los afortunados, para la elección; y los desdichados, para la fuga. Lainfelicidad es de ordinario crimen de necedad, y de participantes: no ay contagión tan apegadiza.Nunca se le ha de abrir la puerta al menor mal, que siempre vendrán tras él otros muchos, ymayores, en celada. La mejor treta del juego es saberse descartar: más importa la menor carta deltriunfo que corre que la mayor del que pasó. En duda, acierto es llegarse a los sabios y prudentes,que tarde o temprano topan con la ventura.32. Estar en opinión de dar gusto. Para los que gobiernan, gran crédito de agradar: realcede soberanos para conquistar la gracia universal. Esta sola es la ventaja del mandar: poder hacermás bien que todos. Aquellos son amigos que hacen amistades. Al contrario, están otros puestosen no dar gusto, no tanto por lo cargoso cuanto por lo maligno, opuestos en todo a la divinacomunicabilidad.33. Saber abstraer, que si es gran lección del vivir el saber negar, mayor será sabersenegar a sí mismo, a los negocios, a los personajes. Hay ocupaciones extrañas, polillas del preciosotiempo, y peor es ocuparse en lo impertinente que hacer nada. No basta para atento no serentremetido, mas es menester procurar que no le entremetan. No ha de ser tan de todos, que nosea de sí mismo. Aun de los amigos no se ha de abusar, ni quiera más de ellos de lo que leconcedieren. Todo lo demasiado es vicioso, y mucho más en el trato. Con esta cuerda templanzase conserva mejor el agrado con todos, y la estimación, porque no se roza la preciosísimadecencia. Tenga, pues, libertad de genio, apasionado de lo selecto, y nunca peque contra la fe desu buen gusto.34. Conocer su realce rey: la prenda relevante, cultivando aquella, y ayudando a lasdemás. Cualquiera hubiera conseguido la eminencia en algo si hubiera conocido su ventaja.Observe el atributo rey, y cargue la aplicación: en unos excede el juicio, en otros el valor.Violentan los más su Minerva, y así en nada consiguen superioridad: lo que lisonjea presto lapasión desengaña tarde el tiempo.35. Hacer concepto. Y más de lo que importa más. No pensando se pierden todos losnecios: nunca conciben en las cosas la mitad; y como no perciben el daño, o la conveniencia,tampoco aplican la diligencia. Hacen algunos mucho caso de lo que importa poco, y poco de loque mucho, ponderando siempre al revés.Muchos, por faltos de sentido, no le pierden. Cosas hayque se deberían observar con todo el conato y conservar en la profundidad de la mente. Haceconcepto el sabio de todo, aunque con distinción cava donde hay fondo y reparo; y piensa tal vezque hay más de lo que piensa, de suerte que llega la reflexión adonde no llegó la aprehensión.36. Tener tanteada su fortuna: para el proceder, para el empeñarse. Importa más que laobservación del temperamento, que si es necio el que a cuarenta años llama a Hipócrates para lasalud, más el que a Séneca para la cordura. Gran arte saberla regir, ya esperándola, que tambiéncabe la espera en ella, ya lográndola, que tiene vez y contingente, si bien no se le puede coger eltenor, tan anómalo es su proceder. El que la observó favorable prosiga con despejo, que sueleapasionarse por los osados; y aun, como bizarra, por los jóvenes. No obre el que es infeliz,retírese, ni le dé lugar de dos infelicidades. Adelante el que le predomina.37. Conocer y saber usar de las varillas. Es el punto más sutil del humano trato.Arrójanse para tentativa de los ánimos, y hácese con ellas la más disimulada y penetrante tientadel corazón. Otras hay maliciosas, arrojadizas, tocadas de la yerba de la envidia, untadas delveneno de la pasión: rayos imperceptibles para derribar de la gracia, y de la estimación. Cayeronmuchos de la privanza superior y inferior, heridos de un leve dicho de estos, a quienes toda unaconjuración de murmuración vulgar y malevolencia singular no fueron bastantes a causar la másleve trepidación. Obran otras, al contrario, por favorables, apoyando y confirmando en lareputación. Pero con la misma destreza con que las arroja la intención las ha de recibir la cautela yesperarlas la atención, porque está librada la defensa en el conocer y queda siempre frustrado eltiro prevenido.38. Saberse dejar ganando con la fortuna. Es de tahúres de reputación. Tanto importa unabella retirada como una bizarra acometida; un poner en cobro las hazañas cuando fuerenbastantes, cuando muchas. Continuada felicidad fue siempre sospechosa; más segura es lainterpolada, y que tenga algo de agridulce, aun para la fruición. Cuanto más atropellándose lasdichas, corren mayor riesgo de deslizar y dar al traste con todo. Recompénsase tal vez la brevedadde la duración con la intensión del favor. Cánsase la fortuna de llevar a uno a cuestas tan a lalarga.39. Conocer las cosas en su punto, en su sazón, y saberlas lograr. Las obras de lanaturaleza todas llegan al complemento de su perfección; hasta allí fueron ganando, desde allíperdiendo. Las del arte, raras son las que llegan al no poderse mejorar. Es eminencia de un buengusto gozar de cada cosa en su complemento: no todos pueden, ni los que pueden saben. Hasta enlos frutos del entendimiento hay ese punto de madurez; importa conocerla para la estimación y elejercicio.40. Gracia de las gentes. Mucho es conseguir la admiración común, pero más la afición;algo tiene de estrella, lo más de industria; comienza por aquella y prosigue por esta. No basta laeminencia de prendas, aunque se supone que es fácil de ganar el afecto, ganado el concepto.Requiérese, pues, para la benevolencia, la beneficencia: hacer bien a todas manos, buenaspalabras y mejores obras, amar para ser amado. La cortesía es el mayor hechizo político degrandes personajes. Hase de alargar la mano primero a las hazañas y después a las plumas, de lahoja a las hojas, que hay gracia de escritores, y es eterna.41. Nunca exagerar. Gran asunto de la atención, no hablar por superlativos, ya por noexponerse a ofender la verdad, ya por no desdorar su cordura. Son las exageracionesprodigalidades de la estimación, y dan indicio de la cortedad del conocimiento y del gusto.Despierta vivamente a la curiosidad la alabanza, pica el deseo, y después, si no corresponde elvalor al aprecio, como de ordinario acontece, revuelve la expectación contra el engaño ydespícase en el menosprecio de lo celebrado y del que celebró. Anda, pues, el cuerdo muydetenido, y quiere más pecar de corto que de largo. Son raras las eminencias: témplese laestimación. El encarecer es ramo de mentir, y piérdese en ello el crédito de buen gusto, que esgrande, y el de entendido, que es mayor.42. Del natural imperio. Es una secreta fuerza de superioridad. No ha de proceder delartificio enfadoso, sino de un imperioso natural. Sujétansele todos sin advertir el cómo,reconociendo el secreto vigor de la connatural autoridad. Son estos genios señoriles, reyes pormérito y leones por privilegio innato, que cogen el corazón, y aun el discurso, a los demás, en fede su respeto. Si las otras prendas favorecen, nacieron para primeros mobles políticos, porqueejecutan más con un amago que otros con una prolijidad.43. Sentir con los menos y hablar con los más. Querer ir contra el corriente es tanimposible al desengaño cuanto fácil al peligro. Sólo un Sócrates podría emprenderlo. Tiénese poragravio el disentir, porque es condenar el juicio ajeno. Multiplícanse los disgustados, ya por elsujeto censurado, ya del que lo aplaudía. La verdad es de pocos, el engaño es tan común comovulgar. Ni por el hablar en la plaza se ha de sacar el sabio, pues no habla allí con su voz, sino conla de la necedad común, por más que la esté desmintiendo su interior. Tanto huye de sercontradicho el cuerdo como de contradecir, lo que es pronto a la censura es detenido a lapublicidad de ella. El sentir es libre, no se puede ni debe violentar; retírase al sagrado de susilencio; y si tal vez se permite, es a sombra de pocos y cuerdos.44. Simpatía con los grandes varones. Prenda es de héroe el combinar con héroes:prodigio de la naturaleza por lo oculto y por lo ventajoso. Hay parentesco de corazones, y degenios, y son sus efectos los que la ignorancia vulgar achaca bebedizos. No para en solaestimación, que adelanta benevolencia, y aun llega a propensión: persuade sin palabras, yconsigue sin méritos. Hayla activa, y la hay pasiva; una y otra felices, cuanto más sublimes. Grandestreza el conocerlas, distinguirlas y saberlas lograr, que no hay porfía que baste sin este favorsecreto.45. Usar, no abusar, de las reflejas. No se han de afectar, menos dar a entender. Toda artese ha de encubrir, que es sospechosa, y más la de cautela, que es odiosa. Úsase mucho el engaño;multiplíquese el recelo, sin darse a conocer, que ocasionaría la desconfianza; mucho desobliga yprovoca a la venganza, despierta el mal que no se imaginó. La reflexión en el proceder es granventaja en el obrar: no hay mayor argumento del discurso. La mayor perfección de las accionesestá afianzada del señorío con que se ejecutan.46. Corregir su antipatía. Solemos aborrecer de grado, y aun antes de las previstasprendas. Y tal vez se atreve esta innata vulgarizante aversión a los varones eminentes. Corríjala lacordura, que no hay peor descrédito que aborrecer a los mejores: lo que es de ventaja la simpatíacon héroes es de desdoro la antipatía.47. Huir los empeños. Es de los primeros asuntos de la prudencia. En las grandescapacidades siempre hay grandes distancias hasta los últimos trances: hay mucho que andar de unextremo a otro, y ellos siempre se están en el medio de su cordura; llegan tarde al rompimiento,que es más fácil hurtarle el cuerpo a la ocasión que salir bien de ella. Son tentaciones de juicio,más seguro el huirlas que el vencerlas. Trae un empeño otro mayor, y está muy al canto deldespeño. Hay hombres ocasionados por genio, y aun por nación, fáciles de meterse enobligaciones; pero el que camina a la luz de la razón siempre va muy sobre el caso: estima pormás valor el no empeñarse que el vencer, y ya que haya un necio ocasionado, excusa que con élno sean dos.48. Hombre con fondos, tanto tiene de persona. Siempre ha de ser otro tanto más lointerior que lo exterior en todo. Hay sujetos de sola fachada, como casas por acabar, porque faltóel caudal: tienen la entrada de palacio, y de choza la habitación. No hay en estos donde parar, otodo para, porque, acabada la primera salutación, acabó la conversación. Entran por las primerascortesías como caballos sicilianos, y luego paran en silenciarios, que se agotan las palabras dondeno hay perenidad de concepto. Engañan estos fácilmente a otros, que tienen también la vistasuperficial; pero no a la astucia, que, como mira por dentro, los halla vaciados para ser fábula delos discretos.49. Hombre juicioso y notante. Señoréase él de los objetos, no los objetos de él. Sondaluego el fondo de la mayor profundidad; sabe hacer anatomía de un caudal con perfección. Enviendo un personaje, le comprehende y lo censura por esencia. De raras observaciones, grandescifrador de la más recatada interioridad. Nota acre, concibe sutil, infiere juicioso: todo lodescubre, advierte, alcanza y comprehende.50. Nunca perderse el respeto a sí mismo. Ni se roce consigo a solas. Sea su mismaentereza norma propia de su rectitud, y deba más a la severidad de su dictamen que a todos losextrínsecos preceptos. Deje de hacer lo indecente más por el temor de su cordura que por el rigorde la ajena autoridad. Llegue a temerse, y no necesitará del ayo imaginario de Séneca.51. Hombre de buena elección. Lo más se vive de ella. Supone el buen gusto y elrectísimo dictamen, que no bastan el estudio ni el ingenio. No hay perfección donde no haydelecto; dos ventajas incluye: poder escoger, y lo mejor. Muchos de ingenio fecundo y sutil, dejuicio acre, estudiosos y noticiosos también, en llegando al elegir, se pierden; cásanse siempre conlo peor, que parece afectan el errar, y así este es uno de los dones máximos de arriba.52. Nunca descomponerse. Gran asunto de la cordura, nunca desbaratarse: mucho hombrearguye, de corazón coronado, porque toda magnanimidad es dificultosa de conmoverse. Son laspasiones los humores del ánimo, y cualquier exceso en ellas causa indisposición de cordura; y siel mal saliere a la boca, peligrará la reputación. Sea, pues, tan señor de sí, y tan grande, que ni enlo más próspero, ni en lo más adverso pueda alguno censurarle perturbado, sí admirarle superior.53. Diligente e inteligente. La diligencia ejecuta presto lo que la inteligencia prolijamentepiensa. Es pasión de necios la prisa, que, como no descubren el tope, obran sin reparo. Alcontrario, los sabios suelen pecar de detenidos, que del advertir nace el reparar.Malogra tal vez laineficacia de la remisión lo acertado del dictamen. La presteza es madre de la dicha. Obró muchoel que nada dejó para mañana. Augusta empresa, correr a espacio.54. Tener bríos a lo cuerdo. Al león muerto, hasta las liebres le repelan. No hay burlas conel valor: si cede al primero, también habrá de ceder al segundo, y de este modo hasta el último. Lamisma dificultad habrá de vencer tarde, que valiera más desde luego. El brío del ánimo excede aldel cuerpo: es como la espada, ha de ir siempre envainado en su cordura, para la ocasión. Es elresguardo de la persona: más daña el descaecimiento del ánimo que el del cuerpo. Tuvieronmuchos prendas eminentes, que por faltarles este aliento del corazón, parecieron muertos yacabaron sepultados en su dejamiento, que no sin providencia juntó la naturaleza acudida ladulzura de la miel con lo picante del aguijón en la abeja. Nervios y huesos hay en el cuerpo: nosea el ánimo todo blandura.55. Hombre de espera. Arguye gran corazón, con ensanches de sufrimiento. Nuncaapresurarse ni apasionarse. Sea uno primero señor de sí, y lo será después de los otros. Hase decaminar por los espacios del tiempo al centro de la ocasión. La detención prudente sazona losaciertos y madura los secretos. La muleta del tiempo es más obradora que la acerada clava deHércules. El mismo Dios no castiga con bastón, sino con sazón. Gran decir: "El Tiempo y yo, aotros dos". La misma fortuna premia el esperar con la grandeza del galardón.56. Tener buenos repentes. Nacen de una prontitud feliz. No hay aprietos ni acasos paraella, en fe de su vivacidad y despejo. Piensan mucho algunos para errarlo todo después, y otros loaciertan todo sin pensarlo antes. Hay caudales de antiparistasi, que, empeñados, obran mejor:suelen ser monstruos que de pronto todo lo aciertan, y todo lo yerran de pensado; lo que no se lesofrece luego, nunca, ni hay que apelar a después. Son plausibles los prestos, porque arguyenprodigiosa capacidad: en los conceptos, sutileza; en las obras, cordura.57. Más seguros son los pensados. Harto presto, si bien. Lo que luego se hace, luego sedeshace; mas lo que ha de durar una eternidad, ha de tardar otra en hacerse. No se atiende sino ala perfección y sólo el acierto permanece. Entendimiento con fondos logra eternidades. Lo quemucho vale, mucho cuesta, que aun el más precioso de los metales es el más tardo y más grave.58. Saberse atemperar. No se ha de mostrar igualmente entendido con todos, ni se han deemplear más fuerzas de las que son menester. No haya desperdicios, ni de saber, ni de valer. Noecha a la presa el buen cetrero más rapiña de la que ha menester para darle caza. No esté siemprede ostentación, que al otro día no admirará. Siempre ha de haber novedad con que lucir, que quiencada día descubre más, mantiene siempre la expectación y nunca llegan a descubrirle los términosde su gran caudal.59. Hombre de buen dejo. En casa de la fortuna, si se entra por la puerta del placer, se salepor la del pesar, y al contrario. Atención, pues, al acabar, poniendo más cuidado en la felicidad dela salida que en el aplauso de la entrada. Desaire común es de afortunados tener muy favorableslos principios y muy trágicos los fines. No está el punto en el vulgar aplauso de una entrada, queesas todos las tienen plausibles; pero sí en el general sentimiento de una salida, que son raros losdeseados. Pocas veces acompaña la dicha a los que salen: lo que se muestra de cumplida con losque vienen, de descortés con los que van.60. Buenos dictámenes. Nácense algunos prudentes: entran con esta ventaja de lasindéresis connatural en la sabiduría, y así tienen la mitad andada para los aciertos. Con la edad yla experiencia viene a sazonarse del todo la razón, y llegan a un juicio muy templado. Abominande todo capricho como de tentación de la cordura, y más en materias de estado, donde por la sumaimportancia se requiere la total seguridad. Merecen estos la asistencia al governalle, o paraejercicio o para consejo.61. Eminencia en lo mejor. Una gran singularidad entre la pluralidad de perfecciones. Nopuede haber héroe que no tenga algún extremo sublime: las medianías no son asunto del aplauso.La eminencia en relevante empleo saca de un ordinario vulgar y levanta a categoría de raro. Sereminente en profesión humilde es ser algo en lo poco; lo que tiene más de lo deleitable, tienemenos de lo glorioso. El exceso en aventajadas materias es como un carácter de soberanía:solicita la admiración y concilia el afecto.62. Obrar con buenos instrumentos. Quieren algunos que campee el extremo de susutileza en la ruindad de los instrumentos: peligrosa satisfacción, merecedora de un fatal castigo.Nunca la bondad del ministro disminuyó la grandeza del patrón; antes, toda la gloria de losaciertos recae después sobre la causa principal, así como al contrario el vituperio. La famasiempre va con los primeros. Nunca dice: "Aquel tuvo buenos o malos ministros", sino: "Aquelfue buen o mal artífice". Haya, pues, elección, haya examen, que se les ha de fiar una inmortalidadde reputación.63. Excelencia de primero. Y si con eminencia, doblada. Gran ventaja jugar de mano, quegana en igualdad. Hubieran muchos sido fénix en los empleos a no irles otros delante. Álzanse losprimeros con el mayorazgo de la fama, y quedan para los segundos pleiteados alimentos; por másque suden, no pueden purgar el vulgar achaque de imitación. Sutileza fue de prodigiosos inventarrumbo nuevo para las eminencias, con tal que asegure primero la cordura los empeños. Con lanovedad de los asuntos se hicieron lugar los sabios en la matrícula de los heroicos. Quierenalgunos más ser primeros en segunda categoría que ser segundos en la primera.64. Saberse excusar pesares. Es cordura provechosa ahorrar de disgustos. La prudenciaevita muchos: es Lucina de la felicidad, y por eso del contento. Las odiosas nuevas, no darlas,menos recibirlas: hánseles de vedar las entradas, si no es la del remedio. A unos se les gastan losoídos de oír mucho dulce en lisonjas; a otros, de escuchar amargo en chismes; y hay quien nosabe vivir sin algún cotidiano sinsabor, como ni Mitrídates sin veneno. Tampoco es regla deconservarse querer darse a sí un pesar de toda la vida por dar placer una vez a otro, aunque sea elmás propio. Nunca se ha de pecar contra la dicha propia por complacer al que aconseja y se quedafuera; y en todo acontecimiento, siempre que se encontraren el hacer placer a otro con el hacerse así pesar, es lección de conveniencia que vale más que el otro se disguste ahora que no tú despuésy sin remedio.65. Gusto relevante. Cabe cultura en él, así como en el ingenio. Realza la excelencia delentender el apetito del desear, y después la fruición del poseer. Conócese la altura de un caudalpor la elevación del afecto. Mucho objeto ha menester para satisfacerse una gran capacidad; asícomo los grandes bocados son para grandes paladares, las materias sublimes para los sublimesgenios. Los más valientes objetos le temen y las más seguras perfecciones desconfían; son pocaslas de primera magnitud: sea raro el aprecio. Péganse los gustos con el trato y se heredan con lacontinuidad: gran suerte comunicar con quien le tiene en su punto. Pero no se ha de hacerprofesión de desagradarse de todo, que es uno de los necios extremos, y más odioso cuando porafectación que por destemplanza. Quisieran algunos que criara Dios otro mundo y otrasperfecciones para satisfacción de su extravagante fantasía.66. Atención a que le salgan bien las cosas. Algunos ponen más la mira en el rigor de ladirección que en la felicidad del conseguir intento, pero más prepondera siempre el descrédito dela infelicidad que el abono de la diligencia. El que vence no necesita de dar satisfacciones. Noperciben los más la puntualidad de las circunstancias, sino los buenos o los ruines sucesos; y así,nunca se pierde reputación cuando se consigue el intento. Todo lo dora un buen fin, aunque lodesmientan los desaciertos de los medios. Que es arte ir contra el arte cuando no se puede de otromodo conseguir la dicha del salir bien.67. Preferir los empleos plausibles. Las más de las cosas dependen de la satisfacciónajena. Es la estimación para las perfecciones lo que el favonio para las flores: aliento y vida. Hayempleos expuestos a la aclamación universal y hay otros, aunque mayores, en nada expectables;aquellos, por obrarse a vista de todos, captan la benevolencia común; estos, aunque tienen más delo raro y primoroso, se quedan en el secreto de su imperceptibilidad: venerados, pero noaplaudidos. Entre los príncipes, los victoriosos son los celebrados, y por eso los reyes de Aragónfueron tan plausibles por guerreros, conquistadores y magnánimos. Prefiera el varón grande loscélebres empleos que todos perciban y participen todos, y a sufragios comunes quedeinmortalizado.68. Dar entendimiento. Es de más primor que el dar memoria, cuanto es más. Unas vecesse ha de acordar y otras advertir. Dejan algunos de hacer las cosas que estuvieran en su punto,porque no se les ofrecen; ayude entonces la advertencia amigable a concebir las conveniencias.Una de las mayores ventajas de la mente es el ofrecérsele lo que importa. Por falta de esto dejande hacerse muchos aciertos. Dé luz el que la alcanza, y solicítela el que la mendiga: aquel condetención, este con atención; no sea más que dar pie. Es urgente esta sutileza cuando toca enutilidad del que despierta. Conviene mostrar gusto, y pasar a más cuando no bastare; ya se tiene elNo, váyase en busca del Sí con destreza, que las más veces no se consigue porque no se intenta.69. No rendirse a un vulgar humor. Hombre grande el que nunca se sujeta a peregrinasimpresiones. Es lección de advertencia la reflexión sobre sí: un conocer su disposición actual yprevenirla, y aun decantarse al otro extremo para hallar, entre el natural y el arte, el fiel de lasindéresis. Principio es de corregirse el conocerse; que hay monstruos de la impertinencia:siempre están de algún humor y varían afectos con ellos; y arrastrados eternamente de estadestemplanza civil, contradictoriamente se empeñan. Y no sólo gasta la voluntad este exceso, sinoque se atreve al juicio, alterando el querer y el entender.70. Saber negar. No todo se ha de conceder, ni a todos. Tanto importa como el saberconceder, y en los que mandan es atención urgente. Aquí entra el modo: más se estima el no dealgunos que el sí de otros, porque un no dorado satisface más que un sí a secas. Hay muchos quesiempre tienen en la boca el no, con que todo lo desazonan. El no es siempre el primero en ellos, yaunque después todo lo vienen a conceder, no se les estima, porque precedió aquella primeradesazón. No se han de negar de rondón las cosas: vaya a tragos el desengaño; ni se ha de negardel todo, que sería desahuciar la dependencia. Queden siempre algunas reliquias de esperanzapara que templen lo amargo del negar. Llene la cortesía el vacío del favor y suplan las buenaspalabras la falta de las obras. El No y el Sí son breves de decir y piden mucho pensar.71. No ser desigual, de proceder anómalo: ni por natural, ni por afectación. El varóncuerdo siempre fue el mismo en todo lo perfecto, que es crédito de entendido. Dependa en sumudanza de la de las causas y méritos. En materia de cordura, la variedad es fea. Hay algunos quecada día son otros de sí; hasta el entendimiento tienen desigual, cuánto más la voluntad, y aun laventura. El que ayer fue el blanco de su sí, hoy es el negro de su no, desmintiendo siempre supropio crédito y deslumbrando el ajeno concepto.72. Hombre de resolución. Menos dañosa es la mala ejecución que la irresolución. No segastan tanto las materias cuando corren como si estancan. Hay hombres indeterminables, quenecesitan de ajena premoción en todo; y a veces no nace tanto de la perplejidad del juicio, pues lotienen perspicaz, cuanto de la ineficacia. Ingenioso suele ser el dificultar, pero más lo es el hallarsalida a los inconvenientes. Hay otros que en nada se embarazan, de juicio grande y determinado;nacieron para sublimes empleos, porque su despejada comprehensión facilita el acierto y eldespacho: todo se lo hallan hecho, que después de aver dado razón a un mundo, le quedó tiempo auno de estos para otro; y cuando están afianzados de su dicha, se empeñan con más seguridad.73. Saber usar del desliz. Es el desempeño de los cuerdos. Con la galantería de un donairesuelen salir del más intrincado laberinto. Hurtásele el cuerpo airosamente con un sonriso a la másdificultosa contienda. En esto fundaba el mayor de los grandes capitanes su valor. Cortés treta delnegar, mudar el verbo; ni hay mayor atención que no darse por entendido.74. No ser intratable. En lo más poblado están las fieras verdaderas. Es la inaccesibilidadvicio de desconocidos de sí, que mudan los humores con los honores. No es medio a propósitopara la estimación comenzar enfadando. )Qué es de ver uno de estos monstruos intratables,siempre a punto de su fiereza impertinente? Entran a hablarles los dependientes por su desdicha,como a lidiar con tigres, tan armados de tiento cuanto de recelo. Para subir al puesto agradaron atodos, y en estando en él se quieren desquitar con enfadar a todos. Aviendo de ser de muchos porel empleo, son de ninguno por su aspereza o entono. Cortesano castigo para estos: dejarlos estar,hurtándoles la cordura con el trato.75. Elegir idea heroica. Más para la emulación que para la imitación. Hay ejemplares degrandeza, textos animados de la reputación. Propóngase cada uno en su empleo los primeros, notanto para seguir, cuanto para adelantarse. Lloró Alexandro no a Aquiles sepultado, sino a símismo, aun no bien nacido al lucimiento. No hay cosa que así solicite ambiciones en el ánimocomo el clarín de la fama ajena: el mismo que atierra la envidia alienta la generosidad.76. No estar siempre de burlas. Conócese la prudencia en lo serio, que está más acreditadoque lo ingenioso. El que siempre está de burlas nunca es hombre de veras. Igualámoslos a estoscon los mentirosos en no darles crédito: a los unos por recelo de mentira, a los otros de su fisga.Nunca se sabe cuándo hablan en juicio, que es tanto como no tenerle. No hay mayor desaire que elcontino donaire. Ganan otros fama de decidores y pierden el crédito de cuerdos. Su rato ha detener lo jovial; todos los demás, lo serio.77. Saber hacerse a todos. Discreto Proteo: con el docto, docto, y con el santo, santo.Gran arte de ganar a todos, porque la semejanza concilia benevolencia. Observar los genios ytemplarse al de cada uno; al serio y al jovial, seguirles el corriente, haciendo políticatransformación: urgente a los que dependen. Requiere esta gran sutileza del vivir un gran caudal;menos dificultosa al varón universal de ingenio en noticias y de genio en gustos.78. Arte en el intentar. La necedad siempre entra de rondón, que todos los necios sonaudaces. Su misma simplicidad, que les impide primero la advertencia para los reparos, les quitadespués el sentimiento para los desaires. Pero la cordura entra con grande tiento. Son susbatidores la advertencia y el recato, ellos van descubriendo para proceder sin peligro. Todoarrojamiento está condenado por la discreción a despeño, aunque tal vez lo absuelva la ventura.Conviene ir detenido donde se teme mucho fondo: vaya intentando la sagacidad y ganando tierrala prudencia. Hay grandes bajíos hoy en el trato humano: conviene ir siempre calando sonda.79. Genio genial. Si con templanza, prenda es, que no defecto. Un grano de donosidadtodo lo sazona. Los mayores hombres juegan también la pieza del donaire, que concilia la graciauniversal; pero guardando siempre los aires a la cordura, y haciendo la salva al decoro. Hacenotros de una gracia atajo al desempeño, que hay cosas que se han de tomar de burlas, y a veces lasque el otro toma más de veras. Indica apacibilidad, garabato de corazones.80. Atención al informarse. Vívese lo más de información. Es lo menos lo que vemos;vivimos de fe ajena. Es el oído la puerta segunda de la verdad y principal de la mentira. La verdadordinariamente se ve, extravagantemente se oye; raras veces llega en su elemento puro, y menoscuando viene de lejos; siempre trae algo de mixta, de los afectos por donde pasa; tiñe de suscolores la pasión cuanto toca, ya odiosa, ya favorable. Tira siempre a impresionar: gran cuentacon quien alaba, mayor con quien vitupera. Es menester toda la atención en este punto paradescubrir la intención en el que tercia, conociendo de antemano de qué pie se movió. Sea la reflejacontraste de lo falto y de lo falso.81. Usar el renovar su lucimiento. Es privilegio de fénix. Suele envejecerse la excelencia,y con ella la fama. La costumbre disminuye la admiración, y una mediana novedad suele vencer ala mayor eminencia envejecida. Usar, pues, del renacer en el valor, en el ingenio, en la dicha, entodo: empeñarse con novedades de bizarría, amaneciendo muchas veces como el sol, variandoteatros al lucimiento, para que en el uno la privación y en el otro la novedad soliciten aquí elaplauso, si allí el deseo.82. Nunca apurar, ni el mal, ni el bien. A la moderación en todo redujo la sabiduría todaun sabio. El sumo derecho se hace tuerto, y la naranja que mucho se estruja llega a dar lo amargo.Aun en la fruición nunca se ha de llegar a los extremos. El mismo ingenio se agota si se apura, ysacará sangre por leche el que esquilmare a lo tirano.83. Permitirse algún venial desliz. Que un descuido suele ser tal vez la mayorrecomendación de las prendas. Tiene su ostracismo la envidia, tanto más civil cuanto máscriminal. Acusa lo muy perfecto de que peca en no pecar; y por perfecto en todo, lo condena todo.Hácese Argos en buscarle faltas a lo muy bueno, para consuelo siquiera. Hiere la censura, como elrayo, los más empinados realces. Dormite, pues, tal vez Homero, y afecte algún descuido en elingenio, o en el valor, pero nunca en la cordura, para sosegar la malevolencia, no revienteponzoñosa: será como un echar la capa al toro de la envidia para salvar la inmortalidad.84. Saber usar de los enemigos. Todas las cosas se han de saber tomar, no por el corte,que ofendan, sino por la empuñadura, que defiendan; mucho más la emulación. Al varón sabiomás le aprovechan sus enemigos que al necio sus amigos. Suele allanar una malevolenciamontañas de dificultad, que desconfiara de emprenderlas el favor. Fabricáronles a muchos sugrandeza sus malévolos. Más fiera es la lisonja que el odio, pues remedia este eficazmente lastachas que aquella disimula. Hace el cuerdo espejo de la ojeriza, más fiel que el de la afición, ypreviene a la detracción los defectos, o los enmienda, que es grande el recato cuando se vive enfrontera de una emulación, de una malevolencia.85. No ser malilla. Achaque es de todo lo excelente que su mucho uso viene a ser abuso.El mismo codiciarlo todos viene a parar en enfadar a todos. Grande infelicidad ser para nada; nomenor querer ser para todo. Vienen a perder estos por mucho ganar, y son después tanaborrecidos cuanto fueron antes deseados. Rózanse de estas malillas en todo género deperfecciones, que, perdiendo aquella primera estimación de raras, consiguen el desprecio devulgares. El único remedio de todo lo extremado es guardar un medio en el lucimiento: la demasíaha de estar en la perfección y la templanza en la ostentación. Cuanto más luce una antorcha, seconsume más y dura menos. Escaseces de apariencia se premian con logros de estimación.86. Prevenir las malas voces. Tiene el vulgo muchas cabezas, y así muchos ojos para lamalicia y muchas lenguas para el descrédito. Acontece correr en él alguna mala voz que desdorael mayor crédito; y si llegare a ser apodo vulgar, acabará con la reputación. Dásele piecomúnmente con algún sobresaliente desaire, con ridículos defectos, que son plausible materia asus hablillas, si bien hay desdoros echadizos de la emulación especial a la malicia común; que haybocas de la malevolencia, y arruinan más presto una gran fama con un chiste que con undescaramiento. Es muy fácil de cobrar la siniestra fama, porque lo malo es muy creíble y cuestamucho de borrarse. Excuse, pues, el varón cuerdo estos desaires, contrastando con su atención lavulgar insolencia, que es más fácil el prevenir que el remediar.87. Cultura, y aliño. Nace bárbaro el hombre, redímese de bestia cultivándose. Hacepersonas la cultura, y más cuanto mayor. En fe de ella pudo Grecia llamar bárbaro a todo elrestante universo. Es muy tosca la ignorancia; no hay cosa que más cultive que el saber. Pero aunla misma sabiduría fue grosera, si desaliñada. No sólo ha de ser aliñado el entender, también elquerer, y más el conversar. Hállanse hombres naturalmente aliñados, de gala interior y exterior, enconcepto y palabras, en los arreos del cuerpo, que son como la corteza, y en las prendas del alma,que son el fruto. Otros hay, al contrario, tan groseros, que todas sus cosas, y tal vez eminencias,las deslucieron con un intolerable bárbaro desaseo.88. Sea el trato por mayor, procurando la sublimidad en él. El varón grande no debe sermenudo en su proceder. Nunca se ha de individuar mucho en las cosas, y menos en las de pocogusto; porque aunque es ventaja notarlo todo al descuido, no lo es quererlo averiguar todo depropósito. Hase de proceder de ordinario con una hidalga generalidad, ramo de galantería. Esgran parte del regir el disimular. Hase de dar pasada a las más de las cosas, entre familiares, entreamigos, y más entre enemigos. Toda nimiedad es enfadosa, y en la condición, pesada. El ir y venira un disgusto es especie de manía; y comúnmente tal será el modo de portarse cada uno, cualfuere su corazón y su capacidad.89. Comprehensión de sí. En el genio, en el ingenio; en dictámenes, en afectos. No puedeuno ser señor de sí si primero no se comprehende. Hay espejos del rostro, no los hay del ánimo:séalo la discreta reflexión sobre sí. Y cuando se olvidare de su imagen exterior, conserve lainterior para enmendarla, para mejorarla. Conozca las fuerzas de su cordura y sutileza para elemprender; tantee la irascible para el empeñarse. Tenga medido su fondo y pesado su caudal paratodo.90. Arte para vivir mucho: vivir bien. Dos cosas acaban presto con la vida: la necedad o laruindad. Perdiéronla unos por no saberla guardar, y otros por no querer. Así como la virtud espremio de sí misma, así el vicio es castigo de sí mismo. Quien vive aprisa en el vicio, acaba prestode dos maneras; quien vive aprisa en la virtud, nunca muere. Comunícase la entereza del ánimo alcuerpo, y no sólo se tiene por larga la vida buena en la intensión, sino en la misma extensión.91. Obrar siempre sin escrúpulos de imprudencia. La sospecha de desacierto en el queejecuta es evidencia ya en el que mira, y más si fuere émulo. Si ya al calor de la pasión escrupuleael dictamen, condenará después, desapasionado, a necedad declarada. Son peligrosas las accionesen duda de prudencia; más segura sería la omisión. No admite probabilidades la cordura: siemprecamina al mediodía de la luz de la razón. )Cómo puede salir bien una empresa que, aunconcebida, la está ya condenando el recelo? Y si la resolución más graduada con el neminediscrepante interior suele salir infelizmente, )qué aguarda la que comenzó titubeando en la razóny mal agorada del dictamen?92. Seso trascendental: digo en todo. Es la primera y suma regla del obrar y del hablar,más encargada cuanto mayores y más altos los empleos. Más vale un grano de cordura quearrobas de sutileza. Es un caminar a lo seguro, aunque no tan a lo plausible, si bien la reputaciónde cuerdo es el triunfo de la fama: bastará satisfacer a los cuerdos, cuyo voto es la piedra de toquea los aciertos.93. Hombre universal. Compuesto de toda perfección, vale por muchos. Hace felicísimoel vivir, comunicando esta fruición a la familiaridad. La variedad con perfección esentretenimiento de la vida. Gran arte la de saber lograr todo lo bueno; y pues le hizo la naturalezaal hombre un compendio de todo lo natural por su eminencia, hágale el arte un universo porejercicio y cultura del gusto y del entendimiento.94. Incomprehensibilidad de caudal. Excuse el varón atento sondarle el fondo, ya al saber,ya al valer, si quiere que le veneren todos. Permítase al conocimiento, no a la comprehensión.Nadie le averigüe los términos de la capacidad, por el peligro evidente del desengaño. Nunca délugar a que alguno le alcance todo: mayores efectos de veneración causa la opinión y duda deadónde llega el caudal de cada uno que la evidencia de él, por grande que fuere.95. Saber entretener la expectación: irla cebando siempre. Prometa más lo mucho, y lamejor acción sea envidar de mayores. No se ha de echar todo el resto al primer lance: gran treta essaberse templar, en las fuerzas, en el saber, e ir adelantando el desempeño.96. De la gran sindéresis. Es el trono de la razón, basa de la prudencia, que en fe de ellacuesta poco el acertar. Es suerte del cielo, y la más deseada por primera y por mejor: la primerapieza del arnés con tal urgencia, que ninguna otra que le falte a un hombre le denomina falto;nótase más su menos. Todas las acciones de la vida dependen de su influencia, y todas solicitan sucalificación, que todo ha de ser con seso. Consiste en una connatural propensión a todo lo másconforme a razón, casándose siempre con lo más acertado.97. Conseguir y conservar la reputación. Es el usufructo de la fama. Cuesta mucho,porque nace de las eminencias, que son tan raras cuanto comunes las medianías. Conseguida, seconserva con facilidad. Obliga mucho y obra más. Es especie de majestad cuando llega a serveneración, por la sublimidad de su causa y de su esfera; pero la reputación sustancial es la quevalió siempre.98. Cifrar la voluntad. Son las pasiones los portillos del ánimo. El más práctico saberconsiste en disimular; lleva riesgo de perder el que juega a juego descubierto. Compita ladetención del recatado con la atención del advertido: a linces de discurso, jibias de interioridad.No se le sepa el gusto, porque no se le prevenga, unos para la contradicción, otros para la lisonja.99. Realidad y apariencia. Las cosas no pasan por lo que son, sino por lo que parecen. Sonraros los que miran por dentro, y muchos los que se pagan de lo aparente. No basta tener razóncon cara de malicia.100. Varón desengañado: cristiano sabio, cortesano filósofo. Mas no parecerlo, menosafectarlo. Está desacreditado el filosofar, aunque el ejercicio mayor de los sabios. Vivedesautorizada la ciencia de los cuerdos. Introdújola Séneca en Roma, conservóse algún tiempocortesana, ya es tenida por impertinencia. Pero siempre el desengaño fue pasto de la prudencia,delicias de la entereza.101. La mitad del mundo se está riendo de la otra mitad, con necedad de todos. O todo esbueno, o todo es malo, según votos. Lo que éste sigue, el otro persigue. Insufrible necio el quequiere regular todo objeto por su concepto. No dependen las perfecciones de un solo agrado:tantos son los gustos como los rostros, y tan varios. No hay defecto sin afecto, ni se ha dedesconfiar porque no agraden las cosas a algunos, que no faltarán otros que las aprecien; ni aun elaplauso de estos le sea materia al desvanecimiento, que otros lo condenarán. La norma de laverdadera satisfacción es la aprobación de los varones de reputación, y que tienen voto en aquelorden de cosas. No se vive de un voto solo, ni de un uso, ni de un siglo.102. Estómago para grandes bocados de la fortuna. En el cuerpo de la prudencia no es laparte menos importante un gran buche, que de grandes partes se compone una gran capacidad. Nose embaraza con las buenas dichas quien merece otras mayores; lo que es ahíto en unos es hambreen otros. Hay muchos que se les gasta cualquier muy importante manjar por la cortedad de sunatural, no acostumbrado ni nacido para tan sublimes empleos; acedáseles el trato, y con loshumos que se levantan de la postiza honra viene a desvanecérseles la cabeza. Corren gran peligroen los lugares altos, y no caben en sí porque no cabe en ellos la suerte. Muestre, pues, el varóngrande que aún le quedan ensanches para cosas mayores, y huya con especial cuidado de todo loque puede dar indicio de angosto corazón.103. Cada uno la majestad en su modo. Sean todas las acciones, si no de un rey, dignas detal, según su esfera; el proceder real, dentro de los límites de su cuerda suerte: sublimidad deacciones, remonte de pensamientos. Y en todas sus cosas represente un rey por méritos, cuandono por realidad, que la verdadera soberanía consiste en la entereza de costumbres; ni tendrá queenvidiar a la grandeza quien pueda ser norma de ella. Especialmente a los allegados al tronopégueseles algo de la verdadera superioridad, participen antes de las prendas de la majestad quede las ceremonias de la vanidad, sin afectar lo imperfecto de la hinchazón, sino lo realzado de lasustancia.104. Tener tomado el pulso a los empleos. Hay su variedad en ellos: magistralconocimiento, y que necesita de advertencia; piden unos valor y otros sutileza. Son más fáciles demanejar los que dependen de la rectitud, y más difíciles los que del artificio. Con un buen naturalno es menester más para aquellos; para estos no basta toda la atención y desvelo. Trabajosaocupación gobernar hombres, y más, locos o necios: doblado seso es menester para con quien nole tiene. Empleo intolerable el que pide todo un hombre, de horas contadas y la materia cierta;mejores son los libres de fastidio juntando la variedad con la gravedad, porque la alternaciónrefresca el gusto. Los más autorizados son los que tienen menos, o más distante, la dependencia; yaquel es el peor que al fin hace sudar en la residencia humana y más en la divina.105. No cansar. Suele ser pesado el hombre de un negocio, y el de un verbo. La brevedades lisonjera, y más negociante; gana por lo cortés lo que pierde por lo corto. Lo bueno, si breve,dos veces bueno; y aun lo malo, si poco, no tan malo. Más obran quintas esencias que fárragos; yes verdad común que hombre largo raras veces entendido, no tanto en lo material de ladisposición cuanto en lo formal del discurso. Hay hombres que sirven más de embarazo que deadorno del universo, alhajas perdidas que todos las desvían. Excuse el discreto el embarazar, ymucho menos a grandes personajes, que viven muy ocupados, y sería peor desazonar uno de ellosque todo lo restante del mundo. Lo bien dicho se dice presto.106. No afectar la fortuna. Más ofende el ostentar la dignidad que la persona. Hacer delhombre es odioso, bastábale ser invidiado. La estimación se consigue menos cuanto se buscamás; depende del respeto ajeno; y así no se la puede tomar uno, sino merecer la de los otros yaguardarla. Los empleos grandes piden autoridad ajustada a su ejercicio, sin la cual no puedenejercerse dignamente. Conserve la que merece para cumplir con lo sustancial de sus obligaciones:no estrujarla, ayudarla sí, y todos los que hacen del hacendado en el empleo dan indicio de que nolo merecían, y que viene sobrepuesta la dignidad. Si se hubiere de valer, sea antes de lo eminentede sus prendas que de lo adventicio; que hasta un rey se ha de venerar más por la personal que porla extrínseca soberanía.107. No mostrar satisfacción de sí. Viva ni descontento, que es poquedad, ni satisfecho,que es necedad. Nace la satisfacción en los más de ignorancia, y para en una felicidad necia, que,aunque entretiene el gusto, no mantiene el crédito. Como no alcanza las superlativas perfeccionesen los otros, págase de cualquiera vulgar medianía en sí. Siempre fue útil, a más de cuerdo, elrecelo, o para prevención de que salgan bien las cosas, o para consuelo cuando salieren mal; queno se le hace de nuevo el desaire de su suerte al que ya se lo temía. El mismo Homero dormita talvez, y cae Alejandro de su estado y de su engaño. Dependen las cosas de muchas circunstancias;y la que triunfó en un puesto, y en tal ocasión, en otra se malogra; pero la incorregibilidad de lonecio está en que se convirtió en flor la más vana satisfacción, y va brotando siempre su semilla.108. Atajo para ser persona: saberse ladear. Es muy eficaz el trato. Comunícanse lascostumbres y los gustos. Pégase el genio, y aun el ingenio, sin sentir. Procure, pues, el prontojuntarse con el reportado; y así en los demás genios, con este conseguirá la templanza sinviolencia: es gran destreza saberse atemperar. La alternación de contrariedades hermosea eluniverso y le sustenta, y si causa armonía en lo natural, mayor en lo moral. Válgase de estapolítica advertencia en la elección de familiares y de famulares, que con la comunicación de losextremos se ajustará un medio muy discreto.109. No ser acriminador. Hay hombres de genio fiero, todo lo hacen delito, y no porpasión, sino por naturaleza. A todos condenan, a unos porque hicieron, a otros porque harán.Indica ánimo peor que cruel, que es vil, y acriminan con tal exageración, que de los átomos hacenvigas para sacar los ojos: cómitres en cada puesto, que hacen galera de lo que fuera Elisio; pero simedia la pasión, de todo hacen extremos. Al contrario, la ingenuidad para todo halla salida, si node intención, de inadvertencia.110. No aguardar a ser sol que se pone. Máxima es de cuerdos dejar las cosas antes quelos dejen. Sepa uno hacer triunfo del mismo fenecer; que tal vez el mismo sol, a buen lucir, sueleretirarse a una nube porque no le vean caer, y deja en suspensión de si se puso o no se puso. Hurteel cuerpo a los ocasos para no reventar de desaires; no aguarde a que le vuelvan las espaldas, quele sepultarán vivo para el sentimiento, y muerto para la estimación. Jubila con tiempo el advertidoal corredor caballo, y no aguarda a que, cayendo, levante la risa en medio la carrera. Rompa elespejo con tiempo y con astucia la belleza, y no con impaciencia después al ver su desengaño.111. Tener amigos. Es el segundo ser. Todo amigo es bueno, y sabio para el amigo. Entreellos todo sale bien. Tanto valdrá uno cuanto quisieren los demás; y para que quieran, se les ha deganar la boca por el corazón. No hay hechizo como el buen servicio, y para ganar amistades, elmejor medio es hacerlas. Depende lo más y lo mejor que tenemos de los otros. Hase de vivir, ocon amigos o con enemigos. Cada día se ha de diligenciar uno, aunque no para íntimo, paraaficionado, que algunos se quedan después para confidentes, pasando por el acierto del delecto.112. Ganar la pía afición, que aun la primera y suma causa en sus mayores asuntos lapreviene y la dispone. Éntrase por el afecto al concepto. Algunos se fían tanto del valor, quedesestiman la diligencia; pero la atención sabe bien que es grande el rodeo de solos los méritos, sino se ayudan del favor. Todo lo facilita y suple la benevolencia; no siempre supone las prendas,sino que las pone, como el valor, la entereza, la sabiduría, hasta la discreción. Nunca ve lasfealdades, porque no las querría ver. Nace de ordinario de la correspondencia material en genio,nación, parentesco, patria y empleo. La formal es más sublime en prendas, obligaciones,reputación, méritos. Toda la dificultad es ganarla, que con facilidad se conserva. Puédesediligenciar, y saberse valer de ella.113. Prevenirse en la fortuna próspera para la adversa. Arbitrio es hacer en el estío laprovisión para el invierno, y con más comodidad. Van baratos entonces los favores, hayabundancia de amistades. Bueno es conservar para el mal tiempo, que es la adversidad cara, yfalta de todo. Haya retén de amigos y de agradecidos, que algún día hará aprecio de lo que ahorano hace caso. La villanía nunca tiene amigos: en la prosperidad porque los desconoce, en laadversidad la desconocen a ella.114. Nunca competir. Toda pretensión con oposición daña el crédito. La competencia tiraluego a desdorar, por deslucir. Son pocos los que hacen buena guerra, descubre la emulación losdefectos que olvidó la cortesía. Vivieron muchos acreditados mientras no tuvieron émulos. Elcalor de la contrariedad aviva o resucita las infamias muertas, desentierra hediondeces pasadas yantepasadas. Comiénzase la competencia con manifiesto de desdoros, ayudándose de cuantopuede y no debe; y aunque a veces, y las más, no sean armas de provecho las ofensas, hace deellas vil satisfacción a su venganza, y sacude esta con tal aire, que hace saltar a los desaires elpolvo del olvido. Siempre fue pacífica la benevolencia y benévola la reputación.115. Hacerse a las malas condiciones de los familiares; así como a los malos rostros: esconveniencia donde tercia dependencia. Hay fieros genios que no se puede vivir con ellos, ni sinellos. Es, pues, destreza irse acostumbrando, como a la fealdad, para que no se hagan de nuevo enla terribilidad de la ocasión. La primera vez espantan, pero poco a poco se les viene a perder aquelprimer horror, y la refleja previene los disgustos, o los tolera.116. Tratar siempre con gente de obligaciones. Puede empeñarse con ellos, y empeñarlos.Su misma obligación es la mayor fianza de su trato, aun para barajar, que obran como quien son, yvale más pelear con gente de bien que triunfar de gente de mal. No hay buen trato con la ruindad,porque no se halla obligada a la entereza; por eso entre ruines nunca hay verdadera amistad, ni esde buena ley la fineza, aunque lo parezca, porque no es en fe de la honra. Reniegue siempre dehombre sin ella, que quien no la estima, no estima la virtud; y es la honra el trono de la entereza.117. Nunca hablar de sí. O se ha de alabar, que es desvanecimiento, o se ha de vituperar,que es poquedad; y, siendo culpa de cordura en el que dice, es pena de los que oyen. Si esto se hade evitar en la familiaridad, mucho más en puestos sublimes, donde se habla en común, y pasa yapor necedad cualquier apariencia de ella. El mismo inconveniente de cordura tiene el hablar delos presentes por el peligro de dar en uno de dos escollos: de lisonja, o vituperio.118. Cobrar fama de cortés, que basta a hacerle plausible. Es la cortesía la principal partede la cultura, especie de hechizo, y así concilia la gracia de todos, así como la descortesía eldesprecio y enfado universal. Si ésta nace de soberbia, es aborrecible; si de grosería, despreciable.La cortesía siempre ha de ser más que menos, pero no igual, que degeneraría en injusticia.Tiénese por deuda entre enemigos para que se vea su valor. Cuesta poco y vale mucho: todohonrador es honrado. La galantería y la honra tienen esta ventaja, que se quedan: aquélla en quienla usa, ésta en quien la hace.119. No hacerse de mal querer. No se ha de provocar la aversión, que aun sin quererlo,ella se adelanta. Muchos hay que aborrecen de balde, sin saber el cómo ni por qué. Previene lamalevolencia a la obligación. Es más eficaz y pronta para el daño la irascible que la concupisciblepara el provecho. Afectan algunos ponerse mal con todos, por enfadoso o por enfadado genio; y siuna vez se apodera el odio, es, como el mal concepto, dificultoso de borrar. A los hombresjuiciosos los temen, a los maldicientes aborrecen, a los presumidos asquean, a los fisgonesabominan, a los singulares los dejan. Muestre, pues, estimar para ser estimado, y el que quierehacer casa hace caso.120. Vivir a lo práctico. Hasta el saber ha de ser al uso, y donde no se usa, es preciso saberhacer del ignorante. Múdanse a tiempos el discurrir y el gustar: no se ha de discurrir a lo viejo, yse ha de gustar a lo moderno. El gusto de las cabezas hace voto en cada orden de cosas. Ése se hade seguir por entonces, y adelantar a eminencia. Acomódese el cuerdo a lo presente, aunque leparezca mejor lo pasado, así en los arreos del alma como del cuerpo. Sólo en la bondad no valeesta regla de vivir, que siempre se ha de practicar la virtud. Desconócese ya, y parece cosa deotros tiempos el decir verdad, el guardar palabra; y los varones buenos parecen hechos al buentiempo, pero siempre amados; de suerte que, si algunos hay, no se usan ni se imitan. (Oh, grandeinfelicidad del siglo nuestro, que se tenga la virtud por extraña y la malicia por corriente! Viva eldiscreto como puede, si no como querría. Tenga por mejor lo que le concedió la suerte que lo quele ha negado.121. No hacer negocio del no negocio. Así como algunos todo lo hacen cuento, así otrostodo negocio: siempre hablan de importancia, todo lo toman de veras, reduciéndolo a pendencia ya misterio. Pocas cosas de enfado se han de tomar de propósito, que sería empeñarse sin él. Estrocar los puntos tomar a pechos lo que se ha de echar a las espaldas.Muchas cosas que eran algo,dejándolas, fueron nada; y otras que eran nada, por haber hecho caso de ellas, fueron mucho. Alprincipio es fácil dar fin a todo, que después no. Muchas veces hace la enfermedad el mismoremedio, ni es la peor regla del vivir el dejar estar.122. Señorío en el decir y en el hacer. Hácese mucho lugar en todas partes, y gana deantemano el respeto. En todo influye, en el conversar, en el orar, hasta en el caminar; y aun elmirar en el querer. Es gran victoria coger los corazones. No nace de una necia intrepidez, ni delenfadoso entretenimiento, sí en una decente autoridad nacida del genio superior y ayudada de losméritos.123. Hombre desafectado. A más prendas, menos afectación, que suele ser vulgar desdorode todas. Es tan enfadosa a los demás cuan penosa al que la sustenta, porque vive mártir delcuidado, y se atormenta con la puntualidad. Pierden su mérito las mismas eminencias con ella,porque se juzgan nacidas antes de la artificiosa violencia que de la libre naturaleza, y todo lonatural fue siempre más grato que lo artificial. Los afectados son tenidos por extranjeros en lo queafectan; cuanto mejor se hace una cosa se ha de desmentir la industria, porque se vea que se caede su natural la perfección. Ni por huir la afectación se ha de dar en ella afectando el no afectar.Nunca el discreto se ha de dar por entendido de sus méritos, que el mismo descuido despierta enlos otros la atención. Dos veces es eminente el que encierra todas las perfecciones en sí, y ningunaen su estimación; y por encontrada senda llega al término de la plausibilidad.124. Llegar a ser deseado. Pocos llegaron a tanta gracia de las gentes, y si de los cuerdos,felicidad. Es ordinaria la tibieza con los que acaban. Hay modos para merecer este premio deafición: la eminencia en el empleo y en las prendas es segura; el agrado, eficaz. Hácesedependencia de la eminencia, de modo que se note que el cargo le hubo menester a él, y no él alcargo; honran unos los puestos, a otros honran. No es ventaja que le haga bueno el que sucediómalo, porque eso no es ser deseado absolutamente, sino ser el otro aborrecido.125. No ser libro verde. Señal de tener gastada la fama propia es cuidar de la infamiaajena. Querrían algunos con las manchas de los otros disimular, si no lavar, las suyas; o seconsuelan, que es el consuelo de los necios. Huéleles mal la boca a estos, que son los albañares delas inmundicias civiles. En estas materias, el que más escarba, más se enloda. Pocos se escapan dealgún achaque original, o al derecho, o al través. No son conocidas las faltas en los pococonocidos. Huya el atento de ser registro de infamias, que es ser un aborrecido padrón y, aunquevivo, desalmado.126. No es necio el que hace la necedad, sino el que, hecha, no la sabe encubrir. Hanse desellar los afectos, (cuánto más los defectos! Todos los hombres yerran, pero con esta diferencia,que los sagaces desmienten las hechas, y los necios mienten las por hacer. Consiste el crédito enel recato, más que en el hecho, que si no es uno casto, sea cauto. Los descuidos de los grandeshombres se observan más, como eclipses de las lumbreras mayores. Sea excepción de la amistadel no confiarla los defectos; ni aun, si ser pudiese, a su misma identidad. Pero puédese valer aquíde aquella otra regla del vivir, que es saber olvidar.127. El despejo en todo. Es vida de las prendas, aliento del decir, alma del hacer, realce delos mismos realces. Las demás perfecciones son ornato de la naturaleza, pero el despejo lo es delas mismas perfecciones: hasta en el discurrir se celebra. Tiene de privilegio lo más, debe alestudio lo menos, que aun a la disciplina es superior; pasa de facilidad, y adelántase a bizarría;supone desembarazo, y añade perfección. Sin él toda belleza es muerta, y toda gracia, desgracia.Es trascendental al valor, a la discreción, a la prudencia, a la misma majestad. Es político atajo enel despacho, y un culto salir de todo empeño.128. Alteza de ánimo. Es de los principales requisitos para héroe, porque inflama a todogénero de grandeza. Realza el gusto, engrandece el corazón, remonta el pensamiento, ennoblecela condición y dispone la majestad. Dondequiera que se halla, se descuella, y aun tal vez,desmentida de la envidia de la suerte, revienta por campear. Ensánchase en la voluntad, ya que enla posibilidad se violente. Reconócela por fuente la magnanimidad, la generosidad y toda heroicaprenda.129. Nunca quejarse. La queja siempre trae descrédito. Más sirve de ejemplar deatrevimiento a la pasión que de consuelo a la compasión. Abre el paso a quien la oye para lomismo, y es la noticia del agravio del primero disculpa del segundo. Dan pie algunos con susquejas de las ofensiones pasadas a las venideras, y pretendiendo remedio o consuelo, solicitan lacomplacencia, y aun el desprecio. Mejor política es celebrar obligaciones de unos para que seanempeños de otros, y el repetir favores de los ausentes es solicitar los de los presentes, es vendercrédito de unos a otros. Y el varón atento nunca publique ni desaires ni defectos, sí estimaciones,que sirven para tener amigos y de contener enemigos.130. Hacer, y hacer parecer. Las cosas no pasan por lo que son, sino por lo que parecen.Valer y saberlo mostrar es valer dos veces. Lo que no se ve es como si no fuese. No tiene suveneración la razón misma donde no tiene cara de tal. Son muchos más los engañados que losadvertidos: prevalece el engaño y júzganse las cosas por fuera. Hay cosas que son muy otras de loque parecen. La buena exterioridad es la mejor recomendación de la perfección interior.131. Galantería de condición. Tienen su bizarría las almas, gallardía del espíritu, concuyos galantes actos queda muy airoso un corazón. No cabe en todos, porque suponemagnanimidad. Primero asunto suyo es hablar bien del enemigo, y obrar mejor. Su mayorlucimiento libra en los lances de la venganza: no se los quita, sino que se los mejora,convirtiéndola, cuando más vencedora, en una impensada generosidad. Es política también, y aunla gala de la razón de estado. Nunca afecta vencimientos, porque nada afecta, y cuando losalcanza el merecimiento, los disimula la ingenuidad.132. Usar del reconsejo. Apelar a la revista es seguridad, y más donde no es evidente lasatisfacción; tomar tiempo, o para conceder, o para mejorarse: ofrécense nuevas razones paraconfirmar y corroborar el dictamen. Si es en materia de dar, se estima más el don en fe de lacordura que en el gusto de la presteza; siempre fue más estimado lo deseado. Si se ha de negar,queda lugar al modo, y para madurar el No, que sea más sazonado; y las más veces, pasado aquelprimer calor del deseo, no se siente después a sangre fría el desaire del negar. A quien pide aprisa,conceder tarde, que es treta para desmentir la atención.133. Antes loco con todos que cuerdo a solas: dicen políticos. Que si todos lo son, conninguno perderá; y si es sola la cordura, será tenida por locura: tanto importará seguir la corriente.Es el mayor saber a veces no saber, o afectar no saber. Hase de vivir con otros, y los ignorantesson los más. Para vivir a solas ha de tener o mucho de Dios o todo de bestia. Mas yo moderaría elaforismo, diciendo: antes cuerdo con los más que loco a solas. Algunos quieren ser singulares enlas quimeras.134. Doblar los requisitos de la vida. Es doblar el vivir. No ha de ser única ladependencia, ni se ha de estrechar a una cosa sola, aunque singular. Todo ha de ser doblado, ymás las causas del provecho, del favor, del gusto. Es trascendente la mutabilidad de la luna,término de la permanencia, y más las cosas que dependen de humana voluntad, que es quebradiza.Valga contra la fragilidad el retén, y sea gran regla del arte del vivir doblar las circunstancias delbien y de la comodidad: así como dobló la naturaleza los miembros más importantes y másarriesgados, así el arte los de la dependencia.135. No tenga espíritu de contradicción, que es cargarse de necedad y de enfado.Conjurarse ha contra él la cordura. Bien puede ser ingenioso el dificultar en todo, pero no seescapa de necio lo porfiado. Hacen estos guerrilla de la dulce conversación, y así son enemigosmás de los familiares que de los que no les tratan. En el más sabroso bocado se siente más laespina que se atraviesa, y eslo la contradicción de los buenos ratos; son necios perniciosos, queañaden lo fiera a lo bestia.136. Ponerse bien en las materias, tomar el pulso luego a los negocios. Vanse muchos opor las ramas de un inútil discurrir, o por las hojas de una cansada verbosidad, sin topar con lasustancia del caso. Dan cien vueltas rodeando un punto, cansándose y cansando, y nunca llegan alcentro de la importancia. Procede de entendimientos confusos, que no se saben desembarazar.Gastan el tiempo y la paciencia en lo que habían de dejar, y después no la hay para lo que dejaron.137. Bástese a sí mismo el sabio. Él se era todas sus cosas, y llevándose a sí lo llevabatodo. Si un amigo universal basta hacer Roma y todo lo restante del universo, séase uno eseamigo de sí propio, y podrá vivirse a solas. )Quién le podrá hacer falta si no hay ni mayorconcepto ni mayor gusto que el suyo? Dependerá de sí solo, que es felicidad suma semejar a laentidad suma. El que puede pasar así a solas, nada tendrá de bruto, sino mucho de sabio y todo deDios.138. Arte de dejar estar. Y más cuando más revuelta la común mar, o la familiar. Haytorbellinos en el humano trato, tempestades de voluntad; entonces es cordura retirarse al seguropuerto del dar vado. Muchas veces empeoran los males con los remedios. Dejar hacer a lanaturaleza allí, y aquí a la moralidad. Tanto ha de saber el sabio médico para recetar como para norecetar, y a veces consiste el arte más en el no aplicar remedios. Sea modo de sosegar vulgarestorbellinos el alzar mano y dejar sosegar; ceder al tiempo ahora será vencer después. Una fuentecon poca inquietud se enturbia, ni se volverá a serenar procurándolo, sino dejándola. No haymejor remedio de los desconciertos que dejarlos correr, que así caen de sí propios.139. Conocer el día aciago, que los hay: nada saldrá bien; y, aunque se varíe el juego,pero no la mala suerte. A dos lances convendrá conocerla y retirarse, advirtiendo si está de día ono lo está. Hasta en el entendimiento hay vez, que ninguno supo a todas horas. Es ventura acertara discurrir, como el escribir bien una carta. Todas las perfecciones dependen de sazón, ni siemprela belleza está de vez; desmiéntese la discreción a sí misma, ya cediendo, ya excediéndose; y todopara salir bien ha de estar de día. Así como en unos todo sale mal, en otros todo bien y con menosdiligencias. Todo se lo halla uno hecho: el ingenio está de vez, el genio de temple, y todo deestrella. Entonces conviene lograrla y no desperdiciar la menor partícula. Pero el varón juiciosono por un azar que vio sentencie definitivamente de malo, ni al contrario, de bueno, que pudo seraquello desazón y esto ventura.140. Topar luego con lo bueno en cada cosa. Es dicha del buen gusto. Va luego la abeja ala dulzura para el panal, y la víbora a la amargura para el veneno. Así los gustos, unos a lo mejor yotros a lo peor. No hay cosa que no tenga algo bueno, y más si es libro, por lo pensado. Es, pues,tan desgraciado el genio de algunos, que entre mil perfecciones toparán con solo un defecto quehubiere, y ese lo censuran y lo celebran: recogedores de las inmundicias de voluntades y deentendimientos, cargando de notas, de defectos, que es más castigo de su mal delecto que empleode su sutileza. Pasan mala vida, pues siempre se ceban de amarguras y hacen pasto deimperfecciones.Más feliz es el gusto de otros que, entre mil defectos, toparán luego con una solaperfección que se le cayó a la ventura.141. No escucharse. Poco aprovecha agradarse a sí, si no contenta a los demás, y deordinario castiga el desprecio común la satisfacción particular. Débese a todos el que se paga de símismo. Querer hablar y oírse no sale bien; y si hablarse a solas es locura, escucharse delante deotros será doblada. Achaque de señores es hablar con el bordón, del ")digo algo?" y aquel ")eh?"que aporrea a los que escuchan. A cada razón orejean la aprobación o la lisonja, apurando lacordura. También los hinchados hablan con eco, y como su conversación va en chapines deentono, a cada palabra solicita el enfadoso socorro del necio "(bien dicho!"142. Nunca por tema seguir el peor partido, porque el contrario se adelantó y escogió elmejor. Ya comienza vencido, y así será preciso ceder desairado. Nunca se vengará bien con elmal. Fue astucia del contrario anticiparse a lo mejor, y necedad suya oponérsele tarde con lo peor.Son estos porfiados de obra más empeñados que los de palabra, cuanto va más riesgo del hacer aldecir. Vulgaridad de temáticos, no reparar en la verdad, por contradecir, ni en la utilidad, porlitigar. El atento siempre está de parte de la razón, no de la pasión, o anticipándose antes omejorándose después; que si es necio el contrario, por el mismo caso mudará de rumbo,pasándose a la contraria parte, con que empeorará de partido. Para echarle de lo mejor es únicoremedio abrazarlo propio, que su necedad le hará dejarlo y su tema le será despeño.143. No dar en paradojo por huir de vulgar: los dos extremos son del descrédito. Todoasunto que desdice de la gravedad es ramo de necedad. Lo paradojo es un cierto engaño plausiblea los principios, que admira por lo nuevo y por lo picante; pero después con el desengaño del salirtan mal queda muy desairado. Es especie de embeleco, y en materias políticas, ruina de losestados. Los que no pueden llegar o no se atreven a lo heroico por el camino de la virtud, echanpor lo paradojo, admirando necios y sacando verdaderos a muchos cuerdos. Arguye destemplanzaen el dictamen, y por eso tan opuesto a la prudencia; y si tal vez no se funda en lo falso, por lomenos en lo incierto, con gran riesgo de la importancia.144. Entrar con la ajena para salir con la suya. Es estratagema del conseguir. Aun en lasmaterias del cielo encargan esta santa astucia los cristianos maestros. Es un importante disimulo,porque sirve de cebo la concebida utilidad para coger una voluntad: parécele que va delante lasuya, y no es más de para abrir camino a la pretensión ajena. Nunca se ha de entrar a lodesatinado, y más donde hay fondo de peligro. También con personas cuya primera palabra sueleser el No conviene desmentir el tiro, porque no se advierta la dificultad del conceder, mucho máscuando se presiente la aversión. Pertenece este aviso a los de segunda intención, que todos son dela quinta sutileza.145. No descubrir el dedo malo, que todo topará allí. No quejarse de él, que siempresacude la malicia adonde le duele a la flaqueza. No servirá el picarse uno sino de picar el gusto alentretenimiento. Va buscando la mala intención el achaque de hacer saltar: arroja varillas parahallarle el sentimiento, hará la prueba de mil modos hasta llegar al vivo. Nunca el atento se dé porentendido, ni descubra su mal, o personal o heredado, que hasta la fortuna se deleita a veces delastimar donde más ha de doler. Siempre mortifica en lo vivo; por esto no se ha de descubrir, ni loque mortifica, ni lo que vivifica: uno para que se acabe, otro para que dure.146. Mirar por dentro. Hállanse de ordinario ser muy otras las cosas de lo que parecían; yla ignorancia que no pasó de la corteza se convierte en desengaño cuando se penetra al interior.La mentira es siempre la primera en todo, arrastra necios por vulgaridad continuada. La verdadsiempre llega la última, y tarde, cojeando con el tiempo; resérvanle los cuerdos la otra mitad de lapotencia que sabiamente duplicó la común madre. Es el engaño muy superficial, y topan luegocon él los que lo son. El acierto vive retirado a su interior para ser más estimado de sus sabios ydiscretos.147. No ser inaccesible. Ninguno hay tan perfecto, que alguna vez no necesite deadvertencia. Es irremediable de necio el que no escucha; el más exento ha de dar lugar alamigable aviso, ni la soberanía ha de excluir la docilidad. Hay hombres irremediables porinaccesibles, que se despeñan porque nadie osa llegar a detenerlos. El más entero ha de tener unapuerta abierta a la amistad, y será la del socorro; ha de tener lugar un amigo para poder condesembarazo avisarle, y aun castigarle. La satisfacción le ha de poner en esta autoridad, y el granconcepto de su fidelidad y prudencia. No a todos se les ha de facilitar el respeto, ni aun el crédito;pero tenga en el retrete de su recato un fiel espejo de un confidente a quien deba y estime lacorrección en el desengaño.148. Tener el arte de conversar, en que se hace muestra de ser persona. En ningúnejercicio humano se requiere más la atención, por ser el más ordinario del vivir. Aquí es elperderse o el ganarse; que si es necesaria la advertencia para escribir una carta, con serconversación de pensado, y por escrito, (cuánto más en la ordinaria, donde se hace examen prontode la discreción! Toman los peritos el pulso al ánimo en la lengua, y en fe de ella dijo el Sabio:"Habla, si quieres que te conozca". Tienen algunos por arte en la conversación el ir sin ella, que hade ser holgada, como el vestir, entiéndese entre muy amigos; que cuando es de respeto ha de sermás sustancial, y que indique la mucha sustancia de la persona. Para acertarse se ha de ajustar algenio y al ingenio de los que tercian. No ha de afectar el ser censor de las palabras, que serátenido por gramático, ni menos fiscal de las razones, que le hurtarán todos el trato y le vedarán lacomunicación. La discreción en el hablar importa más que la elocuencia.149. Saber declinar a otro los males. Tener escudos contra la malevolencia, gran treta delos que gobiernan. No nace de incapacidad, como la malicia piensa, sí de industria superior, teneren quien recaiga la censura de los desaciertos, y el castigo común de la murmuración. No todopuede salir bien, ni a todos se puede contentar. Haya, pues, un testa de yerros, terrero deinfelicidades, a costa de su misma ambición.150. Saber vender sus cosas. No basta la intrínseca bondad de ellas, que no todosmuerden la sustancia, ni miran por dentro. Acuden los más adonde hay concurso, van porque venir a otros. Es gran parte del artificio saber acreditar: unas veces celebrando, que la alabanza essolicitadora del deseo; otras, dando buen nombre, que es un gran modo de sublimar, desmintiendosiempre la afectación. El destinar para solos los entendidos es picón general, porque todos se lopiensan, y cuando no, la privación espoleará el deseo. Nunca se han de acreditar de fáciles, ni decomunes, los asuntos, que más es vulgarizarlos que facilitarlos; todos pican en lo singular pormás apetecible, tanto al gusto como al ingenio.151. Pensar anticipado: hoy para mañana, y aun para muchos días. La mayor providenciaes tener horas de ella; para prevenidos no hay acasos, ni para apercibidos aprietos. No se ha deaguardar el discurrir para el ahogo, y ha de ir de antemano; prevenga con la madurez delreconsejo el punto más crudo. Es la almohada Sibila muda, y el dormir sobre los puntos vale másque el desvelarse debajo de ellos. Algunos obran y después piensan: aquello más es buscarexcusas que consecuencias. Otros, ni antes ni después. Toda la vida ha de ser pensar para acertarel rumbo: el reconsejo y providencia dan arbitrio de vivir anticipado.152. Nunca acompañarse con quien le pueda deslucir, tanto por más cuanto por menos.Lo que excede en perfección excede en estimación. Hará el otro el primer papel siempre, y él elsegundo; y si le alcanzare algo de aprecio, serán las sobras de aquel. Campea la luna, mientrasuna, entre las estrellas; pero en saliendo el sol, o no parece o desaparece. Nunca se arrime a quienle eclipse, sino a quien le realce. De esta suerte pudo parecer hermosa la discreta Fabula deMarcial, y lució entre la fealdad o el desaliño de sus doncellas. Tampoco ha de peligrar de mal delado, ni honrar a otros a costa de su crédito. Para hacerse, vaya con los eminentes; para hecho,entre los medianos.153. Huya de entrar a llenar grandes vacíos. Y, si se empeña, sea con seguridad delexceso. Es menester doblar el valor para igualar al del pasado. Así como es ardid, que el que sesigue sea tal que le haga deseado, así es sutileza que el que acabó no le eclipse. Es dificultosollenar un gran vacío, porque siempre lo pasado pareció mejor; y aun la igualdad no bastará,porque está en posesión de primero. Es, pues, necesario añadir prendas para echar a otro de suposesión en el mayor concepto.154. No ser fácil: ni en creer, ni en querer. Conócese la madurez en la espera de lacredulidad: es muy ordinario el mentir, sea extraordinario el creer. El que ligeramente se movióhállase después corrido; pero no se ha de dar a entender la duda de la fe ajena, que pasa dedescortesía a agravio, porque se le trata al que contesta de engañador o engañado. Y aun no es éseel mayor inconveniente, cuanto que el no creer es indicio del mentir; porque el mentiroso tienedos males, que ni cree ni es creído. La suspensión del juicio es cuerda en el que oye, y remítase defe al autor aquel que dice: "También es especie de imprudencia la facilidad en el querer"; que, sise miente con la palabra, también con las cosas, y es más pernicioso este engaño por la obra.155. Arte en el apasionarse. Si es posible, prevenga la prudente reflexión la vulgaridad delímpetu. No le será dificultoso al que fuere prudente. El primer paso del apasionarse es advertirque se apasiona, que es entrar con señorío del afecto, tanteando la necesidad hasta tal punto deenojo, y no más. Con esta superior refleja entre y salga en una ira. Sepa parar bien, y a su tiempo,que lo más dificultoso del correr está en el parar. Gran prueba de juicio conservarse cuerdo en lostrances de locura. Todo exceso de pasión degenera de lo racional; pero con esta magistralatención nunca atropellará la razón, ni pisará los términos de la sindéresis. Para saber hacer mal auna pasión es menester ir siempre con la rienda en la atención, y será el primer cuerdo a caballo, sino el último.156. Amigos de elección. Que lo han de ser a examen de la discreción y a prueba de lafortuna, graduados no sólo de la voluntad, sino del entendimiento. Y con ser el más importanteacierto del vivir, es el menos asistido del cuidado. Obra el entremetimiento en algunos, y el acasoen los más. Es definido uno por los amigos que tiene, que nunca el sabio concordó conignorantes; pero el gustar de uno no arguye intimidad, que puede proceder más del buen rato desu graciosidad que de la confianza de su capacidad. Hay amistades legítimas y otras adulterinas:éstas para la delectación, aquéllas para la fecundidad de aciertos. Hállanse pocos de la persona, ymuchos de la fortuna. Más aprovecha un buen entendimiento de un amigo que muchas buenasvoluntades de otros. Haya, pues, elección, y no suerte. Un sabio sabe excusar pesares, y el necioamigo los acarrea. Ni desearles mucha fortuna, si no los quiere perder.157. No engañarse en las personas, que es el peor y más fácil engaño. Más vale serengañado en el precio que en la mercadería; ni hay cosa que más necesite de mirarse por dentro.Hay diferencia entre el entender las cosas y conocer las personas; y es gran filosofía alcanzar losgenios y distinguir los humores de los hombres. Tanto es menester tener estudiados los sujetoscomo los libros.158. Saber usar de los amigos. Hay en esto su arte de discreción; unos son buenos para delejos, y otros para de cerca; y el que tal vez no fue bueno para la conversación lo es para lacorrespondencia. Purifica la distancia algunos defectos que eran intolerables a la presencia. Nosólo se ha de procurar en ellos conseguir el gusto, sino la utilidad, que ha de tener las trescalidades del bien, otros dicen las del ente: uno, bueno y verdadero, porque el amigo es todas lascosas. Son pocos para buenos, y el no saberlos elegir los hace menos. Saberlos conservar es másque el hacerlos amigos. Búsquense tales que hayan de durar, y aunque al principio sean nuevos,baste para satisfacción que podrán hacerse viejos. Absolutamente los mejores los muy salados,aunque se gaste una fanega en la experiencia. No hay desierto como vivir sin amigos. La amistadmultiplica los bienes y reparte los males, es único remedio contra la adversa fortuna y undesahogo del alma.159. Saber sufrir necios. Las sabios siempre fueron mal sufridos, que quien añade cienciaañade impaciencia. El mucho conocer es dificultoso de satisfacer. La mayor regla del vivir, segúnEpicteto, es el sufrir, y a esto redujo la mitad de la sabiduría. Si todas las necedades se han detolerar, mucha paciencia será menester. A veces sufrimos más de quien más dependemos, queimporta para el ejercicio del vencerse. Nace del sufrimiento la inestimable paz, que es la felicidadde la tierra. Y el que no se hallare con ánimo de sufrir apele al retiro de sí mismo, si es que aun así mismo se ha de poder tolerar.160. Hablar de atento: con los émulos, por cautela; con los demás, por decencia. Siemprehay tiempo para enviar la palabra, pero no para volverla. Hase de hablar como en testamento, quea menos palabras, menos pleitos. En lo que no importa se ha de ensayar uno para lo que importare.La arcanidad tiene visos de divinidad. El fácil a hablar cerca está de ser vencido y convencido.161. Conocer los defectos dulces. El hombre más perfecto no se escapa de algunos, y secasa o se amanceba con ellos. Haylos en el ingenio, y mayores en el mayor, o se advierten más.No porque no los conozca el mismo sujeto, sino porque los ama. Dos males juntos: apasionarse ypor vicios. Son lunares de la perfección, ofenden tanto a los de afuera cuanto a los mismos lessuenan bien. Aquí es el gallardo vencerse y dar esta felicidad a los demás realces; todos topan allí,y cuando avían de celebrar lo mucho bueno que admiran, se detienen donde reparan, afeandoaquello por desdoro de las demás prendas.162. Saber triunfar de la emulación y malevolencia. Poco es ya el desprecio, aunqueprudente; más es la galantería. No hay bastante aplauso a un decir bien del que dice mal. No hayvenganza más heroica que con méritos y prendas, que vencen y atormentan a la envidia. Cadafelicidad es un apretón de cordeles al mal afecto, y es un infierno del émulo la gloria del emulado.Este castigo se tiene por el mayor: haber veneno de la felicidad. No muere de una vez elenvidioso, sino tantas cuantas vive a voces de aplausos el envidiado, compitiendo la perenidad dela fama del uno con la penalidad del otro. Es inmortal este para sus glorias y aquel para sus penas.El clarín de la fama, que toca a inmortalidad al uno, publica muerte para el otro, sentenciándole alsuspendio de tan envidiosa suspensión.163. Nunca por la compasión del infeliz se ha de incurrir en la desgracia del afortunado.Es desventura para unos la que suele ser ventura para otros, que no fuera uno dichoso si no fueranmuchos otros desdichados. Es propio de infelices conseguir la gracia de las gentes, que quiererecompensar ésta con su favor inútil los disfavores de la fortuna; y viose tal vez que el que en laprosperidad fue aborrecido de todos, en la adversidad compadecido de todos: trocóse la venganzade ensalzado en compasión de caído. Pero el sagaz atienda al barajar de la suerte. Hay algunosque nunca van sino con los desdichados, y ladean hoy por infeliz al que huyeron ayer porafortunado. Arguye tal vez nobleza del natural, pero no sagacidad.164. Echar al aire algunas cosas. Para examinar la aceptación, un ver cómo se reciben, ymás las sospechosas de acierto y de agrado. Asegúrase el salir bien, y queda lugar o para elempeño o para el retiro. Tantéanse las voluntades de esta suerte, y sabe el atento dónde tiene lospies: prevención máxima del pedir, del querer y del gobernar.165. Hacer buena guerra. Puédenle obligar al cuerdo a hacerla, pero no mala. Cada uno hade obrar como quien es, no como le obligan. Es plausible la galantería en la emulación. Hase depelear no sólo para vencer en el poder, sino en el modo. Vencer a lo ruin no es victoria, sinorendimiento. Siempre fue superioridad la generosidad. El hombre de bien nunca se vale de armasvedadas, y sonlo las de la amistad acabada para el odio comenzado, que no se ha de valer de laconfianza para la venganza; todo lo que huele a traición infecciona el buen nombre. Enpersonajes obligados se extraña más cualquier átomo de bajeza; han de distar mucho la noblezade la vileza. Préciese de que si la galantería, la generosidad y la fidelidad se perdiesen en elmundo se avían de buscar en su pecho.166. Diferenciar el hombre de palabras del de obras. Es única precisión, así como la delamigo, de la persona, o del empleo, que son muy diferentes.Malo es, no teniendo palabra buena,no tener obra mala; peor, no teniendo palabra mala, no tener obra buena. Ya no se come depalabras, que son viento, ni se vive de cortesías, que es un cortés engaño. Cazar las aves con luz esel verdadero encandilar. Los desvanecidos se pagan del viento; las palabras han de ser prendas delas obras, y así han de tener el valor. Los árboles que no dan fruto, sino hojas, no suelen tenercorazón. Conviene conocerlos, unos para provecho, otros para sombra.167. Saberse ayudar. No hay mejor compañía en los grandes aprietos que un buencorazón; y, cuando flaqueare, se ha de suplir de las partes que le están cerca. Hácensele menoreslos afanes a quien se sabe valer. No se rinda a la fortuna, que se le acabará de hacer intolerable.Ayúdanse poco algunos en sus trabajos, y dóblanlos con no saberlos llevar. El que ya se conocesocorre con la consideración a su flaqueza, y el discreto de todo sale con victoria, hasta de lasestrellas.168. No dar en monstruo de la necedad. Sonlo todos los desvanecidos, presuntuosos,porfiados, caprichosos, persuadidos, extravagantes, figureros, graciosos, noveleros, paradojos,sectarios y todo género de hombres destemplados; monstruos todos de la impertinencia. Todamonstruosidad del ánimo es más deforme que la del cuerpo, porque desdice de la bellezasuperior. Pero )quién corregirá tanto desconcierto común? Donde falta la sindéresis, no quedalugar para la dirección, y la que había de ser observación refleja de la irrisión, es una malconcebida presunción de aplauso imaginado.169. Atención a no errar una, más que a acertar ciento. Nadie mira al sol resplandeciente,y todos eclipsado. No le contará la nota vulgar las que acertare, sino las que errare.Más conocidosson los malos para murmurados que los buenos para aplaudidos. Ni fueron conocidos muchoshasta que delinquieron, ni bastan todos los aciertos juntos a desmentir un solo y mínimo desdoro.Y desengáñese todo hombre, que le serán notadas todas las malas, pero ninguna buena, de lamalevolencia.170. Usar del retén en todas las cosas. Es asegurar la importancia. No todo el caudal se hade emplear, ni se han de sacar todas las fuerzas cada vez; aun en el saber ha de haber resguardo,que es un doblar las perfecciones. Siempre ha de haber a que apelar en un aprieto de salir mal;más obra el socorro que el acometimiento, porque es de valor y de crédito. El proceder de lacordura siempre fue al seguro. Y aun en este sentido es verdadera aquella paradoja picante: máses la mitad que el todo.171. No gastar el favor. Los amigos grandes son para las grandes ocasiones. No se ha deemplear la confianza mucha en cosas pocas, que sería desperdicio de la gracia. La sagrada áncorase reserva siempre para el último riesgo. Si en lo poco se abusa de lo mucho, )qué quedará paradespués? No hay cosa que más valga que los valedores, ni más preciosa hoy que el favor: hace ydeshace en el mundo hasta dar ingenio o quitarlo. A los sabios lo que les favorecieron naturalezay fama les envidió la fortuna.Más es saber conservar las personas y tenerlas que los haberes.172. No empeñarse con quien no tiene qué perder. Es reñir con desigualdad. Entra el otrocon desembarazo porque trae hasta la vergüenza perdida; remató con todo, no tiene más queperder, y así se arroja a toda impertinencia. Nunca se ha de exponer a tan cruel riesgo lainestimable reputación; costó muchos años de ganar, y viene a perderse en un punto de unpuntillo: hiela un desaire mucho lucido sudor. Al hombre de obligaciones hácele reparar el tenermucho que perder.Mirando por su crédito, mira por el contrario, y como se empeña con atención,procede con tal detención, que da tiempo a la prudencia para retirarse con tiempo y poner encobro el crédito. Ni con el vencimiento se llegará a ganar lo que se perdió ya con el exponerse aperder.173. No ser de vidrio en el trato. Y menos en la amistad. Quiebran algunos con granfacilidad, descubriendo la poca consistencia; llénanse a sí mismos de ofensión, a los demás deenfado. Muestran tener la condición más niña que las de los ojos, pues no permite ser tocada, nide burlas ni de veras. Oféndenla las motas, que no son menester ya notas. Han de ir con grandetiento los que los tratan, atendiendo siempre a sus delicadezas; guárdanles los aires, porque el másleve desaire les desazona. Son estos ordinariamente muy suyos, esclavos de su gusto, que por élatropellarán con todo, idólatras de su honrilla. La condición del amante tiene la mitad dediamante en el durar y en el resistir.174. No vivir a prisa. El saber repartir las cosas es saberlas gozar. A muchos les sobra lavida y se les acaba la felicidad. Malogran los contentos, que no los gozan, y querrían despuésvolver atrás, cuando se hallan tan adelante. Postillones del vivir, que a más del común correr deltiempo, añaden ellos su atropellamiento genial. Querrían devorar en un día lo que apenas podrándigerir en toda la vida. Viven adelantados en las felicidades, cómense los años por venir y, comovan con tanta prisa, acaban presto con todo. Aun en el querer saber ha de haber modo para nosaber las cosas mal sabidas. Son más los días que las dichas: en el gozar, a espacio; en el obrar, aprisa. Las hazañas bien están, hechas; los contentos, mal, acabados.175. Hombre sustancial. Y el que lo es no se paga de los que no lo son. Infeliz es laeminencia que no se funda en la sustancia. No todos los que lo parecen son hombres: haylos deembuste, que conciben de quimera y paren embelecos; y hay otros sus semejantes que los apoyany gustan más de lo incierto que promete un embuste, por ser mucho, que de lo cierto que asegurauna verdad, por ser poco. Al cabo, sus caprichos salen mal, porque no tienen fundamento deentereza. Sola la verdad puede dar reputación verdadera, y la sustancia entra en provecho. Unembeleco ha menester otros muchos, y así toda la fábrica es quimera, y como se funda en el airees preciso venir a tierra: nunca llega a viejo un desconcierto; el ver lo mucho que promete bastahacerlo sospechoso, así como lo que prueba demasiado es imposible.176. Saber, o escuchar a quien sabe. Sin entendimiento no se puede vivir, o propio, oprestado; pero hay muchos que ignoran que no saben y otros que piensan que saben, no sabiendo.Achaques de necedad son irremediables, que como los ignorantes no se conocen, tampoco buscanlo que les falta. Serían sabios algunos si no creyesen que lo son. Con esto, aunque son raros losoráculos de cordura, viven ociosos, porque nadie los consulta. No disminuye la grandeza nicontradice a la capacidad el aconsejarse. Antes, el aconsejarse bien la acredita. Debata en la razónpara que no le combata la desdicha.177. Excusar llanezas en el trato. Ni se han de usar, ni se han de permitir. El que se allanapierde luego la superioridad que le daba su entereza, y tras ella la estimación. Los astros, norozándose con nosotros, se conservan en su esplendor. La divinidad solicita decoro; todahumanidad facilita el desprecio. Las cosas humanas, cuanto se tienen más, se tienen en menos,porque con la comunicación se comunican las imperfecciones que se encubrían con el recato. Connadie es conveniente el allanarse: no con los mayores, por el peligro, ni con los inferiores, por laindecencia; menos con la villanía, que es atrevida por lo necio, y no reconociendo el favor que sele hace, presume obligación. La facilidad es ramo de vulgaridad.178. Creer al corazón. Y más cuando es de prueba. Nunca le desmienta, que suele serpronóstico de lo que más importa: oráculo casero. Perecieron muchos de lo que se temían; mas )de qué sirvió el temerlo sin el remediarlo? Tienen algunos muy leal el corazón, ventaja delsuperior natural, que siempre los previene, y toca a infelicidad para el remedio. No es cordurasalir a recibir los males, pero sí el salirles al encuentro para vencerlos.179. La retentiva es el sello de la capacidad. Pecho sin secreto es carta abierta. Donde hayfondo están los secretos profundos, que hay grandes espacios y ensenadas donde se hundenlascosas de monta. Procede de un gran señorío de sí, y el vencerse en esto es el verdadero triunfar. Atantos pagan pecho a cuantos se descubre. En la templanza interior consiste la salud de laprudencia. Los riesgos de la retentiva son la ajena tentativa: el contradecir para torcer; el tirarvarillas para hacer saltar aquí el atento más cerrado. Las cosas que se han de hacer no se han dedecir, y las que se han de decir no se han de hacer.180. Nunca regirse por lo que el enemigo había de hacer. El necio nunca hará lo que elcuerdo juzga, porque no alcanza lo que conviene; si es discreto, tampoco, porque querrádesmentirle el intento penetrado, y aun prevenido. Hanse de discurrir las materias por entrambaspartes, y revolverse por el uno y otro lado, disponiéndolas a dos vertientes. Son varios losdictámenes: esté atenta la indiferencia, no tanto para lo que será cuanto para lo que puede ser.181. Sin mentir, no decir todas las verdades. No hay cosa que requiera más tiento que laverdad, que es un sangrarse del corazón. Tanto es menester para saberla decir como para saberlacallar. Piérdese con sola una mentira todo el crédito de la entereza. Es tenido el engañado por faltoy el engañador por falso, que es peor. No todas las verdades se pueden decir: unas porque meimportan a mí, otras porque al otro.182. Un grano de audacia con todos es importante cordura. Hase de moderar el conceptode los otros para no concebir tan altamente de ellos que les tema; nunca rinda la imaginación alcorazón. Parecen mucho algunos hasta que se tratan, pero el comunicarlos más sirvió dedesengaño que de estimación. Ninguno excede los cortos límites de hombre. Todos tienen su sino, unos en el ingenio, otros en el genio. La dignidad da autoridad aparente, pocas veces laacompaña la personal, que suele vengar la suerte la superioridad del cargo en la inferioridad delos méritos. La imaginación se adelanta siempre y pinta las cosas mucho más de lo que son. Nosólo concibe lo que hay, sino lo que pudiera haber. Corríjala la razón, tan desengañada aexperiencias. Pero ni la necedad ha de ser atrevida ni la virtud temerosa. Y si a la simplicidad levalió la confianza, (cuánto más al valer y al saber!183. No aprender fuertemente. Todo necio es persuadido, y todo persuadido necio; ycuanto más erróneo su dictamen, es mayor su tenacidad. Aun en caso de evidencia, es ingenuidadel ceder, que no se ignora la razón que tuvo y se conoce la galantería que tiene. Más se pierde conel arrimamiento que se puede ganar con el vencimiento; no es defender la verdad, sino la grosería.Hay cabezas de hierro dificultosas de convencer, con extremo irremediable; cuando se junta locaprichoso con lo persuadido, cásanse indisolublemente con la necedad. El tesón ha de estar en lavoluntad, no en el juicio. Aunque hay casos de excepción, para no dejarse perder y ser vencidodos veces: una en el dictamen, otra en la ejecución.184. No ser ceremonial, que aun en un rey la afectación en esto fue solemnizada porsingularidad. Es enfadoso el puntoso, y hay naciones tocadas de esta delicadeza. El vestido de lanecedad se cose de estos puntos, idólatras de su honra, y que muestran que se funda sobre poco,pues se temen que todo la pueda ofender. Bueno es mirar por el respeto, pero no sea tenido porgran maestro de cumplimientos. Bien es verdad que el hombre sin ceremonias necesita deexcelentes virtudes. Ni se ha de afectar ni se ha de despreciar la cortesía. No muestra ser grande elque repara en puntillos.185. Nunca exponer el crédito a prueba de sola una vez, que, si no sale bien aquella, esirreparable el daño. Es muy contingente errar una, y más la primera. No siempre está uno deocasión, que por eso se dijo "estar de día". Afiance, pues, la segunda a la primera, si se errare; y sise acertare, será la primera desempeño de la segunda. Siempre ha de haber recurso a la mejoría, yapelación a más. Dependen las cosas de contingencias, y de muchas, y así es rara la felicidad delsalir bien.186. Conocer los defectos, por más autorizados que estén. No desconozca la entereza elvicio, aunque se revista de brocado; corónase tal vez de oro, pero no por eso puede disimular elyerro. No pierde la esclavitud de su vileza aunque se desmienta con la nobleza del sujeto; bienpueden estar los vicios realzados, pero no son realces. Ven algunos que aquel héroe tuvo aquelaccidente, pero no ven que no fue héroe por aquello. Es tan retórico el ejemplo superior, que aunlas fealdades persuade; hasta las del rostro afectó tal vez la lisonja, no advirtiendo que, si en lagrandeza se disimulan, en la bajeza se abominan.187. Todo lo favorable obrarlo por sí; todo lo odioso, por terceros. Con lo uno se conciliala afición, con lo otro se declina la malevolencia. Mayor gusto es hacer bien que recibirlo paragrandes hombres, que es felicidad de su generosidad. Pocas veces se da disgusto a otro sintomarlo, o por compasión o por repasión. Las causas superiores no obran sin el premio o elapremio. Influya inmediatamente el bien y mediatamente el mal. Tenga donde den los golpes deldescontento, que son el odio y la murmuración. Suele ser la rabia vulgar como la canina, que,desconociendo la causa de su daño, revuelve contra el instrumento, y aunque este no tenga laculpa principal, padece la pena de inmediato.188. Traer que alabar. Es crédito del gusto, que indica tenerlo hecho a lo muy bueno, yque se le debe la estimación de lo de acá. Quien supo conocer antes la perfección, sabrá estimarladespués. Da materia a la conversación y a la imitación, adelantando las plausibles noticias. Es unpolítico modo de vender la cortesía a las perfecciones presentes. Otros, al contrario, traen siempreque vituperar, haciendo lisonja a lo presente con el desprecio de lo ausente. Sáleles bien con lossuperficiales, que no advierten la treta del decir mucho mal de unos con otros. Hacen políticaalgunos de estimar más las medianías de hoy que los extremos de ayer. Conozca el atento estassutilezas del llegar, y no le cause desmayo la exageración del uno ni engreimiento la lisonja delotro; y entienda que del mismo modo proceden en las unas partes que en las otras: truecan lossentidos y ajustánse siempre al lugar en que se hallan.189. Valerse de la privación ajena. Que si llega a deseo, es el más eficaz torcedor. Dijeronser nada los filósofos, y ser el todo los políticos: estos la conocieron mejor. Hacen grada unos,para alcanzar sus fines, del deseo de los otros. Válense de la ocasión, y con la dificultad de laconsecución irrítanle el apetito. Prométense más del conato de la pasión que de la tibieza de laposesión; y al paso que crece la repugnancia, se apasiona más el deseo. Gran sutileza delconseguir el intento: conservar las dependencias.190. Hallar el consuelo en todo. Hasta de inútiles lo es el ser eternos. No hay afán sinconorte: los necios le tienen en ser venturosos, y también se dijo "Ventura de fea". Para vivirmucho es arbitrio valer poco; la vasija quebrantada es la que nunca se acaba de romper, queenfada con su durar. Parece que tiene envidia la fortuna a las personas más importantes, puesiguala la duración con la inutilidad de las unas y la importancia con la brevedad de las otras:faltarán cuantos importaren y permanecerá eterno el que es de ningún provecho, ya porque loparece, ya porque realmente es así. Al desdichado parece que se conciertan en olvidarle la suerte yla muerte.191. No pagarse de la mucha cortesía, que es especie de engaño. No necesitan algunospara hechizar de las yerbas de Tesalia, que con sólo el buen aire de una gorra encantan necios,digo desvanecidos. Hacen precio de la honra y pagan con el viento de unas buenas palabras.Quien lo promete todo, promete nada, y el prometer es desliz para necios. La cortesía verdadera esdeuda; la afectada, engaño, y más la desusada: no es decencia, sino dependencia. No hacen lareverencia a la persona, sino a la fortuna; y la lisonja, no a las prendas que reconoce, sino a lasutilidades que espera.192. Hombre de gran paz, hombre de mucha vida. Para vivir, dejar vivir. No sólo vivenlos pacíficos, sino que reinan. Hase de oír y ver, pero callar. El día sin pleito hace la nochesoñolienta. Vivir mucho y vivir con gusto es vivir por dos, y fruto de la paz. Todo lo tiene a quienno se le da nada de lo que no le importa. No hay mayor despropósito que tomarlo todo depropósito. Igual necedad que le pase el corazón a quien no le toca, y que no le entre de los dientesadentro a quien le importa.193. Atención al que entra con la ajena por salir con la suya. No hay reparo para laastucia como la advertencia. Al entendido, un buen entendedor. Hacen algunos ajeno el negociopropio, y sin la contracifra de intenciones se halla a cada paso empeñado uno en sacar del fuego elprovecho ajeno con daño de su mano.194. Concebir de sí y de sus cosas cuerdamente. Y más al comenzar a vivir. Concibentodos altamente de sí, y más los que menos son. Suéñase cada uno su fortuna y se imagina unprodigio. Empéñase desatinadamente la esperanza, y después nada cumple la experiencia; sirvede tormento a su imaginación vana el desengaño de la realidad verdadera. Corrija la cordurasemejantes desaciertos, y aunque puede desear lo mejor, siempre ha de esperar lo peor, para tomarcon ecuanimidad lo que viniere. Es destreza asestar algo más alto para ajustar el tiro, pero no tantoque sea desatino. Al comenzar los empleos, es precisa esta reformación de concepto, que sueledesatinar la presunción sin la experiencia. No hay medicina más universal para todas necedadesque el seso. Conozca cada uno la esfera de su actividad y estado, y podrá regular con la realidad elconcepto.195. Saber estimar. Ninguno hay que no pueda ser maestro de otro en algo, ni hay quienno exceda al que excede. Saber disfrutar a cada uno es útil saber. El sabio estima a todos porquereconoce lo bueno en cada uno y sabe lo que cuestan las cosas de hacerse bien. El necio despreciaa todos por ignorancia de lo bueno y por elección de lo peor.196. Conocer su estrella. Ninguno tan desvalido que no la tenga, y si es desdichado, es porno conocerla. Tienen unos cabida con príncipes y poderosos sin saber cómo ni por qué, sino quesu misma suerte les facilitó el favor; sólo queda para la industria el ayudarla. Otros se hallan conla gracia de los sabios. Fue alguno más acepto en una nación que en otra, y más bien visto en estaciudad que en aquella. Experiméntase también más dicha en un empleo y estado que en los otros,y todo esto en igualdad, y aun identidad, de méritos. Baraja como y cuando quiere la suerte.Conozca la suya cada uno, así como su Minerva, que va el perderse o el ganarse. Sépala seguir yayudar; no las trueque, que sería errar el norte a que le llama la vecina bocina.197. Nunca embarazarse con necios. Eslo el que no los conoce, y más el que, conocidos,no los descarta. Son peligrosos para el trato superficial y perniciosos para la confidencia; yaunque algún tiempo los contenga su recelo propio y el cuidado ajeno, al cabo hacen la necedad ola dicen; y si tardaron, fue para hacerla más solemne. Mal puede ayudar al crédito ajeno quien nole tiene propio. Son infelicísimos, que es el sobrehueso de la necedad, y se pegan una y otra. Solauna cosa tienen menos mala, y es que ya que a ellos los cuerdos no les son de algún provecho,ellos sí de mucho a los sabios, o por noticia o por escarmiento.198. Saberse trasplantar. Hay naciones que para valer se han de remudar, y más enpuestos grandes. Son las patrias madrastras de las mismas eminencias: reina en ellas la envidiacomo en tierra connatural, y más se acuerdan de las imperfecciones con que uno comenzó que dela grandeza a que ha llegado. Un alfiler pudo conseguir estimación, pasando de un mundo a otro,y un vidrio puso en desprecio al diamante porque se trasladó. Todo lo extraño es estimado, yaporque vino de lejos, ya porque se logra hecho y en su perfección. Sujetos vimos que ya fueron eldesprecio de su rincón, y hoy son la honra del mundo, siendo estimados de los propios y extraños:de los unos porque los miran de lejos, de los otros porque lejos. Nunca bien venerará la estatua enel ara el que la conoció tronco en el huerto.199. Saberse hacer lugar a lo cuerdo, no a lo entremetido. El verdadero camino para laestimación es el de los méritos, y si la industria se funda en el valor, es atajo para el alcanzar. Solala entereza, no basta; sola la solicitud, es indigna, que llegan tan enlodadas las cosas, que son ascode la reputación. Consiste en un medio de merecer y de saberse introducir.200. Tener que desear, para no ser felizmente desdichado. Respira el cuerpo y anhela elespíritu. Si todo fuere posesión, todo será desengaño y descontento. Aun en el entendimientosiempre ha de quedar qué saber, en que se cebe la curiosidad. La esperanza alienta: los hartazgosde felicidad son mortales. En el premiar es destreza nunca satisfacer. Si nada hay que desear, todoes de temer; dicha desdichada; donde acaba el deseo, comienza el temor.201. Son tontos todos los que lo parecen y la mitad de los que no lo parecen. Alzóse conel mundo la necedad, y si hay algo de sabiduría, es estulticia con la del cielo; pero el mayor necioes el que no se lo piensa y a todos los otros define. Para ser sabio no basta parecerlo, menosparecérselo: aquel sabe que piensa que no sabe, y aquel no ve que no ve que los otros ven. Conestar todo el mundo lleno de necios, ninguno hay que se lo piense, ni aun lo recele.202. Dichos y hechos hacen un varón consumado. Hase de hablar lo muy bueno y obrar lomuy honroso: la una es perfección de la cabeza, la otra del corazón, y entrambas nacen de lasuperioridad del ánimo. Las palabras son sombra de los hechos: son aquellas las hembras, estoslos varones. Más importa ser celebrado que ser celebrador. Es fácil el decir y difícil el obrar. Lashazañas son la sustancia del vivir, y las sentencias, el ornato. La eminencia en los hechos dura, enlos dichos pasa. Las acciones son el fruto de las atenciones: los unos sabios, los otros hazañosos.203. Conocer las eminencias de su siglo. No son muchas: una fénix en todo un mundo, unGran Capitán, un perfecto orador, un sabio en todo un siglo, un eminente rey en muchos. Lasmedianías son ordinarias en número y aprecio; las eminencias, raras en todo, porque pidencomplemento de perfección, y cuanto más sublime la categoría, más dificultoso el extremo.Muchos les tomaron los renombres de magnos a César y Alejandro, pero en vacío, que sin loshechos no es más la voz que un poco de aire: pocos Sénecas ha habido, y un solo Apeles celebróla fama.204. Lo fácil se ha de emprender como dificultoso, y lo dificultoso como fácil. Allí porquela confianza no descuide, aquí porque la desconfianza no desmaye. No es menester más para queno se haga la cosa que darla por hecha; y, al contrario, la diligencia allana la imposibilidad. Losgrandes empeños aun no se han de pensar, basta ofrecerse, porque la dificultad, advertida, noocasione el reparo.205. Saber jugar del desprecio. Es treta para alcanzar las cosas depreciarlas. No se hallancomúnmente cuando se buscan, y después, al descuido, se vienen a la mano. Como todas las deacá son sombra de las eternas, participan de la sombra aquella propiedad, huyen de quien lassigue y persiguen a quien las huye. Es también el desprecio la más política venganza. Únicamáxima de sabios: nunca defenderse con la pluma, que deja rastro, y viene a ser más gloria de laemulación que castigo del atrevimiento. Astucia de indignos: oponerse a grandes hombres paraser celebrados por indirecta, cuando no lo merecían de derecho; que no conociéramos a muchos sino hubieran hecho caso de ellos los excelentes contrarios. No hay venganza como el olvido, quees sepultarlos en el polvo de su nada. Presumen, temerarios, hacerse eternos pegando fuego a lasmaravillas del mundo y de los siglos. Arte de reformar la murmuración: no hacer caso;impugnarla causa perjuicio; y si crédito, descrédito. A la emulación, complacencia, que aunaquella sombra de desdoro deslustra, ya que no oscurece del todo la mayor perfección.206. Sépase que hay vulgo en todas partes: en la misma Corinto, en la familia más selecta.De las puertas adentro de su casa lo experimenta cada uno. Pero hay vulgo, y revulgo, que espeor: tiene el especial las mismas propiedades que el común, como los pedazos del quebradoespejo, y aun más perjudicial: habla a lo necio y censura a lo impertinente; gran discípulo de laignorancia, padrino de la necedad y aliado de la hablilla. No se ha de atender a lo que dice, ymenos a lo que siente. Importa conocerlo para librarse de él, o como parte, o como objeto. Quecualquiera necedad es vulgaridad, y el vulgo se compone de necios.207. Usar del reporte. Hase de estar más sobre el caso en los acasos. Son los ímpetus delas pasiones deslizaderos de la cordura, y allí es el riesgo de perderse. Adelántase uno más en uninstante de furor o contento que en muchas horas de indiferencia. Corre tal vez en breve rato paracorrerse después toda la vida. Traza la ajena astuta intención estas tentaciones de prudencia paradescubrir tierra, o ánimo. Válese de semejantes torcedores de secretos, que suelen apurar el mayorcaudal. Sea contraardid el reporte, y más en las prontitudes.Mucha reflexión es menester para queno se desboque una pasión, y gran cuerdo el que a caballo lo es. Va con tiento el que concibe elpeligro. Lo que parece ligera la palabra al que la arroja, le parece pesada al que la recibe y lapondera.208. No morir de achaque de necio. Comúnmente, los sabios mueren faltos de cordura; alcontrario, los necios, hartos de consejo. Morir de necio es morir de discurrir sobrado. Unosmueren porque sienten y otros viven porque no sienten. Y así, unos son necios porque no muerende sentimiento, y otros lo son porque mueren de él. Necio es el que muere de sobrado entendido.De suerte que unos mueren de entendedores y otros viven de no entendidos; pero, con morirmuchos de necios, pocos necios mueren.209. Librarse de las necedades comunes. Es cordura bien especial. Están muy validas porlo introducido, y algunos, que no se rindieron a la ignorancia particular, no supieron escaparse dela común. Vulgaridad es no estar contento ninguno con su suerte, aun la mayor, ni descontento desu ingenio, aunque el peor. Todos codician, con descontento de la propia, la felicidad ajena.También alaban los de hoy las cosas de ayer, y los de acá las de allende. Todo lo pasado parecemejor, y todo lo distante es más estimado. Tan necio es el que se ríe de todo como el que se pudrede todo.210. Saber jugar de la verdad. Es peligrosa, pero el hombre de bien no puede dejar dedecirla: ahí es menester el artificio. Los diestros médicos del ánimo inventaron el modo deendulzarla, que cuando toca en desengaño es la quinta esencia de lo amargo. El buen modo sevale aquí de su destreza: con una misma verdad lisonjea uno y aporrea otro. Hase de hablar a lospresentes en los pasados. Con el buen entendedor basta brujulear; y cuando nada bastare entra elcaso de enmudecer. Los príncipes no se han de curar con cosas amargas, para eso es el arte dedorar los desengaños.211. En el Cielo todo es contento, en el Infierno todo es pesar. En el mundo, como enmedio, uno y otro. Estamos entre dos extremos, y así se participa de entrambos. Altérnanse lassuertes: ni todo ha de ser felicidad, ni todo adversidad. Este mundo es un cero: a solas, vale nada;juntándolo con el Cielo, mucho. La indiferencia a su variedad es cordura, ni es de sabios lanovedad. Vase empeñando nuestra vida como en comedia, al fin viene a desenredarse. Atención,pues, al acabar bien.212. Reservarse siempre las últimas tretas del arte. Es de grandes maestros, que se valende su sutileza en el mismo enseñarla. Siempre ha de quedar superior, y siempre maestro. Hase deir con arte en comunicar el arte; nunca se ha de agotar la fuente del enseñar, así como ni la del dar.Con eso se conserva la reputación y la dependencia. En el agradar y en el enseñar se ha deobservar aquella gran lección de ir siempre cebando la admiración y adelantando la perfección. Elretén en todas las materias fue gran regla de vivir, de vencer, y más en los empleos más sublimes.213. Saber contradecir. Es gran treta del tentar, no para empeñarse, sino para empeñar. Esel único torcedor, el que hace saltar los afectos. Es un vomitivo para los secretos la tibieza en elcreer, llave del más cerrado pecho. Hácese con grande sutileza la tentativa doble de la voluntad ydel juicio. Un desprecio sagaz de la misteriosa palabra del otro da caza a los secretos másprofundos, y valos con suavidad bocadeando hasta traerlos a la lengua y a que den en las redes delartificioso engaño. La detención en el atento hace arrojarse a la del otro en el recato y descubre elajeno sentir, que de otro modo era el corazón inescrutable. Una duda afectada es la más sutilganzúa de la curiosidad para saber cuanto quisiere. Y aun para el aprender es treta del discípulocontradecir al maestro, que se empeña con más conato en la declaración y fundamento de laverdad; de suerte que la impugnación moderada da ocasión a la enseñanza cumplida.214. No hacer de una necedad dos. Es muy ordinario para remendar una cometer otrascuatro. Excusar una impertinencia con otra mayor es de casta de mentira, o esta lo es de necedad,que para sustentarse una necesita de muchas. Siempre del mal pleito fue peor el patrocinio; másmal que el mismo mal: no saberlo desmentir. Es pensión de las imperfecciones dar a censo otrasmuchas. En un descuido puede caer el mayor sabio, pero en dos no; y de paso, que no de asiento.215. Atención al que llega de segunda intención. Es ardid del hombre negociantedescuidar la voluntad para acometerla, que es vencida en siendo convencida. Disimulan el intentopara conseguirlo y pónese segundo para que en la ejecución sea primero: asegúrase el tiro en loinadvertido. Pero no duerma la atención cuando tan desvelada la intención, y si ésta se hacesegunda para el disimulo, aquella primera para el conocimiento. Advierta la cautela el artificiocon que llega, y nótele las puntas que va echando para venir a parar al punto de su pretensión.Propone uno y pretende otro, y revuelven con sutileza a dar en el blanco de su intención. Sepa,pues, lo que le concede, y tal vez convendrá dar a entender que ha entendido.216. Tener la declarativa. Es no sólo desembarazo, pero despejo en el concepto. Algunosconciben bien y paren mal, que sin la claridad no salen a luz los hijos del alma, los conceptos ydecretos. Tienen algunos la capacidad de aquellas vasijas que perciben mucho y comunican poco.Al contrario, otros dicen aún más de lo que sienten. Lo que es la resolución en la voluntad es laexplicación en el entendimiento: dos grandes eminencias. Los ingenios claros son plausibles, losconfusos fueron venerados por no entendidos, y tal vez conviene la oscuridad para no ser vulgar;pero )cómo harán concepto los demás de lo que les oyen, si no les corresponde concepto mental aellos de lo que dicen?217. No se ha de querer ni aborrecer para siempre. Confiar de los amigos hoy comoenemigos mañana, y los peores; y pues pasa en la realidad, pase en la prevención. No se han dedar armas a los tránsfugas de la amistad, que hacen con ellas la mayor guerra. Al contrario con losenemigos, siempre puerta abierta a la reconciliación, y sea la de la galantería: es la más segura.Atormentó alguna vez después la venganza de antes, y sirve de pesar el contento de la mala obraque se le hizo.218. Nunca obrar por tema, sino por atención. Toda tema es postema, gran hija de lapasión, la que nunca obró cosa a derechas. Hay algunos que todo lo reducen a guerrilla;bandoleros del trato, cuanto ejecutan querrían que fuese vencimiento, no saben procederpacíficamente. Estos para mandar y regir son perniciosos, porque hacen bando del gobierno, yenemigos de los que habían de hacer hijos. Todo lo quieren disponer con traza y conseguir comofruto de su artificio; pero, en descubriéndoles el paradojo humor, los demás luego se apuntan conellos, procúranles estorbar sus quimeras, y así nada consiguen. Llévanse muchos hartazgos deenfados, y todos les ayudan al disgusto. Estos tienen el dictamen leso, y tal vez dañado elcorazón. El modo de portarse con semejantes monstruos es huir a los antípodas, que mejor sellevará la barbaridad de aquellos que la fiereza de estos.219. No ser tenido por hombre de artificio. Aunque no se puede ya vivir sin él. Antesprudente que astuto. Es agradable a todos la lisura en el trato, pero no a todos por su casa. Lasinceridad no dé en el extremo de simplicidad; ni la sagacidad, de astucia. Sea antes venerado porsabio que temido por reflejo. Los sinceros son amados, pero engañados. El mayor artificio seaencubrirlo, que se tiene por engaño. Floreció en el siglo de oro la llaneza, en este de yerro lamalicia. El crédito de hombre que sabe lo que ha de hacer es honroso y causa confianza, pero elde artificioso es sofístico y engendra recelo.220. Cuando no puede uno vestirse la piel del león, vístase la de la vulpeja. Saber ceder altiempo es exceder. El que sale con su intento nunca pierde reputación. A falta de fuerza, destreza.Por un camino o por otro: o por el real del valor, o por el atajo del artificio. Más cosas ha obradola maña que la fuerza, y más veces vencieron los sabios a los valientes que al contrario. Cuandono se puede alcanzar la cosa, entra el desprecio.221. No ser ocasionado, ni para empeñarse, ni para empeñar. Hay tropiezos del decoro,tanto propio como ajeno, siempre a punto de necedad. Encuéntranse con gran facilidad y rompencon infelicidad. No lo hacen al día con cien enfados. Tienen el humor al repelo, y así contradicena cuantos y cuanto hay. Calzáronse el juicio al revés, y así todo lo reprueban. Pero los mayorestentadores de la cordura son los que nada hacen bien y de todo dicen mal, que hay muchosmonstruos en el extendido país de la impertinencia.222. Hombre detenido, evidencia de prudente. Es fiera la lengua, que si una vez se suelta,es muy dificultosa de poderse volver a encadenar. Es el pulso del alma por donde conocen lossabios su disposición. Aquí pulsan los atentos el movimiento del corazón. El mal es que el quehabía de serlo más, es menos reportado. Excúsase el sabio enfados y empeños, y muestra cuánseñor es de sí. Procede circunspecto, Jano en la equivalencia, Argos en la verificación. MejorMomo hubiera echado menos los ojos en las manos que la ventanilla en el pecho.223. No ser muy individuado, o por afectar, o por no advertir. Tienen algunos notableindividuación, con acciones de manía, que son más defectos que diferencias. Y así como algunosson muy conocidos por alguna singular fealdad en el rostro, así estos por algún exceso en elporte. No sirve el individuarse sino de nota, con una impertinente especialidad que conmuevealternativamente en unos la risa, en otros el enfado.224. Saber tomar las cosas. Nunca al repelo, aunque vengan. Todas tienen haz y envés. Lamejor y más favorable, si se toma por el corte, lastima. Al contrario, la más repugnante defiende,si por la empuñadura.Muchas fueron de pena que, si se consideraran las conveniencias, fueran decontento. En todo hay convenientes e inconvenientes: la destreza está en saber topar con lacomodidad. Hace muy diferentes visos una misma cosa si se mira a diferentes luces: mírese por lade la felicidad. No se han de trocar los frenos al bien y al mal. De aquí procede que algunos entodo hallan el contento, y otros el pesar. Gran reparo contra los reveses de la fortuna, y gran reglade vivir para todo tiempo y para todo empleo.225. Conocer su defecto rey. Ninguno vive sin él, contrapeso de la prenda relevante; y si lefavorece la inclinación, apodérase a lo tirano. Comience a hacerle la guerra, publicando el cuidadocontra él, y el primer paso sea el manifiesto, que en siendo conocido, será vencido, y más si elinteresado hace el concepto de él como los que notan. Para ser señor de sí es menester ir sobre sí.Rendido este cabo de imperfecciones, acabarán todas.226. Atención a obligar. Los más no hablan ni obran como quien son, sino como lesobligan. Para persuadir lo malo cualquiera sobra, porque lo malo es muy creído, aunque tal vezincreíble. Lo más y lo mejor que tenemos depende de respeto ajeno. Conténtanse algunos contener la razón de su parte; pero no basta, que es menester ayudarla con la diligencia. Cuesta aveces muy poco el obligar, y vale mucho. Con palabras se compran obras. No hay alhaja tan vilen esta gran casa del universo, que una vez al año no sea menester; y aunque valga poco, harágran falta. Cada uno habla del objeto según su afecto.227. No ser de primera impresión. Cásanse algunos con la primera información, de suerteque las demás son concubinas, y como se adelanta siempre la mentira, no queda lugar despuéspara la verdad. Ni la voluntad con el primer objeto, ni el entendimiento con la primera proposiciónse han de llenar, que es cortedad de fondo. Tienen algunos la capacidad de vasija nueva, que elprimer olor la ocupa, tanto del mal licor como del bueno. Cuando esta cortedad llega a conocida,es perniciosa, que da pie a la maliciosa industria. Previénense los malintencionados a teñir de sucolor la credulidad. Quede siempre lugar a la revista: guarde Alejandro la otra oreja para la otraparte. Quede lugar para la segunda y tercera información. Arguye incapacidad el impresionarse, yestá cerca del apasionarse.228. No tener voz de mala voz. Mucho menos tener tal opinión, que es tener fama decontrafamas. No sea ingenioso a costa ajena, que es más odioso que dificultoso. Vénganse todosde él, diciendo mal todos de él; y como es solo y ellos muchos, más presto será él vencido queconvencidos ellos. Lo malo nunca ha de contentar, pero ni comentarse. Es el murmurador parasiempre aborrecido, y aunque a veces personajes grandes atraviesen con él, será más por gusto desu fisga que por estimación de su cordura. Y el que dice mal siempre oye peor.229. Saber repartir su vida a lo discreto: no como se vienen las ocasiones, sino porprovidencia y delecto. Es penosa sin descansos, como jornada larga sin mesones. Hácela dichosala variedad erudita. Gástese la primera estancia del bello vivir en hablar con los muertos: nacemospara saber y sabernos, y los libros con fidelidad nos hacen personas. La segunda jornada seemplee con los vivos: ver y registrar todo lo bueno del mundo; no todas las cosas se hallan en unatierra; repartió los dotes el Padre universal, y a veces enriqueció más la fea. La tercera jornada seatoda para sí: última felicidad, el filosofar.230. Abrir los ojos con tiempo. No todos los que ven han abierto los ojos, ni todos los quemiran ven. Dar en la cuenta tarde no sirve de remedio, sino de pesar. Comienzan a ver algunoscuando no hay qué: deshicieron sus casas y sus cosas antes de hacerse ellos. Es dificultoso darentendimiento a quien no tiene voluntad, y más dar voluntad a quien no tiene entendimiento.Juegan con ellos los que les van alrededor como con ciegos, con risa de los demás. Y porque sonsordos para oír, no abren los ojos para ver. Pero no falta quien fomenta esta insensibilidad, queconsiste su ser en que ellos no sean. Infeliz caballo cuyo amo no tiene ojos: mal engordará.231. Nunca permitir a medio hacer las cosas. Gócense en su perfección. Todos losprincipios son informes, y queda después la imaginación de aquella deformidad: la memoria dehaberlo visto imperfecto no lo deja lograr acabado. Gozar de un golpe el objeto grande, aunqueembaraza el juicio de las partes, de por sí adecua el gusto. Antes de ser todo es nada, y en elcomenzar a ser se está aun muy dentro de su nada. El ver guisar el manjar más regalado sirveantes de asco que de apetito. Recátese, pues, todo gran maestro de que le vean sus obras enembrión. Aprenda de la naturaleza a no exponerlas hasta que puedan parecer.232. Tener un punto de negociante. No todo sea especulación, haya también acción. Losmuy sabios son fáciles de engañar, porque aunque saben lo extraordinario, ignoran lo ordinariodel vivir, que es más preciso. La contemplación de las cosas sublimes no les da lugar para lasmanuales; y como ignoran lo primero que habían de saber, y en que todos parten un cabello, o sonadmirados o son tenidos por ignorantes del vulgo superficial. Procure, pues, el varón sabio teneralgo de negociante, lo que baste para no ser engañado, y aun reído. Sea hombre de lo agible, queaunque no es lo superior, es lo más preciso del vivir. )De qué sirve el saber, si no es práctico? Yel saber vivir es hoy el verdadero saber.233. No errarle el golpe al gusto, que es hacer un pesar por un placer. Con lo que piensanobligar algunos, enfadan, por no comprehender los genios. Obras hay que para unos son lisonja ypara otros ofensa; y el que se creyó servicio fue agravio. Costó a veces más el dar disgusto quehubiera costado el hacer placer. Pierden el agradecimiento y el don porque perdieron el norte delagradar. Si no se sabe el genio ajeno, mal se le podrá satisfacer; de aquí es que algunos pensarondecir un elogio y dijeron un vituperio, que fue bien merecido castigo. Piensan otros entretener consu elocuencia y aporrean el alma con su locuacidad.234. Nunca fiar reputación sin prendas de honra ajena. Hase de ir a la parte del provechoen el silencio, del daño en la facilidad. En intereses de honra siempre ha de ser el trato decompañía, de suerte que la propia reputación haga cuidar de la ajena. Nunca se ha de fiar, pero sialguna vez, sea con tal arte, que pueda ceder la prudencia a la cautela. Sea el riesgo común yrecíproca la causa para que no se le convierta en testigo el que se reconoce partícipe.235. Saber pedir. No hay cosa más dificultosa para algunos ni más fácil para otros. Hayunos que no saben negar; con éstos no es menester ganzúa. Hay otros que el No es su primerapalabra a todas horas; con estos es menester la industria. Y con todos, la sazón: un coger losespíritus alegres, o por el pasto antecedente del cuerpo, o por el del ánimo. Si ya la atención delreflejo que atiende no previene la sutileza en el que intenta, los días del gozo son los del favor,que redunda del interior a lo exterior. No se ha de llegar cuando se ve negar a otro, que estáperdido el miedo al No. Sobre tristeza no hay buen lance. El obligar de antemano es cambiodonde no corresponde la villanía.236. Hacer obligación antes de lo que había de ser premio después. Es destreza degrandes políticos. Favores antes de méritos son prueba de hombres de obligación. El favor a síanticipado tiene dos eminencias: que con lo pronto del que da obliga más al que recibe. Un mismodon, si después es deuda, antes es empeño. Sutil modo de transformar obligaciones, que la quehabía de estar en el superior, para premiar, recae en el obligado, para satisfacer. Esto se entiendecon gente de obligaciones, que para hombres viles más sería poner freno que espuela, anticipandola paga del honor.237. Nunca partir secretos con mayores. Pensará partir peras y partirá piedras. Perecieronmuchos de confidentes. Son estos como cuchara de pan, que corre el mismo riesgo después. No esfavor del príncipe, sino pecho, el comunicarlo. Quiebran muchos el espejo porque les acuerda lafealdad. No puede ver al que le pudo ver, ni es bien visto el que vio mal. A ninguno se ha de tenermuy obligado, y al poderoso menos. Sea antes con beneficios hechos que con favores recibidos.Sobre todo, son peligrosas confianzas de amistad. El que comunicó sus secretos a otro hízoseesclavo de él, y en soberanos es violencia que no puede durar. Desean volver a redimir la libertadperdida, y para esto atropellarán con todo, hasta la razón. Los secretos, pues, ni oírlos, ni decirlos.238. Conocer la pieza que le falta. Fueran muchos muy personas si no les faltara un algo,sin el cual nunca llegan al colmo del perfecto ser. Nótase en algunos que pudieran ser mucho sirepararan en bien poco. Háceles falta la seriedad, con que deslucen grandes prendas; a otros, lasuavidad de la condición, que es falta que los familiares echan presto menos, y más en personas depuesto. En algunos se desea lo ejecutivo y en otros lo reportado. Todos estos desaires, si seadvirtiesen, se podrían suplir con facilidad, que el cuidado puede hacer de la costumbre segundanaturaleza.239. No ser reagudo: más importa prudencial. Saber más de lo que conviene es despuntar,porque las sutilezas comúnmente quiebran. Más segura es la verdad asentada. Bueno es tenerentendimiento, pero no bachillería. El mucho discurrir ramo es de cuestión. Mejor es un buenjuicio sustancial que no discurre más de lo que importa.240. Saber usar de la necedad. El mayor sabio juega tal vez de esta pieza, y hay talesocasiones, que el mejor saber consiste en mostrar no saber. No se ha de ignorar, pero sí afectarque se ignora. Con los necios poco importa ser sabio, y con los locos cuerdo: hásele de hablar acada uno en su lenguaje. No es necio el que afecta la necedad, sino el que la padece. La sencilla loes, que no la doble, que hasta esto llega el artificio. Para ser bienquisto, el único medio, vestirse lapiel del más simple de los brutos.241. Las burlas sufrirlas, pero no usarlas. Aquello es especie de galantería, esto deempeño. El que en la fiesta se desazona mucho tiene de bestia, y muestra más. Es gustosa la burla;sobrado saberla sufrir, es argumento de capacidad. Da pie el que se pica a que le repiquen. A lomejor se han de dejar, y lo más seguro es no levantarlas: las mayores veras nacieron siempre delas burlas. No hay cosa que pida más atención y destreza. Antes de comenzar se ha de saber hastaqué punto de sufrir llegará el genio del sujeto.242. Seguir los alcances. Todo se les va a algunos en comenzar, y nada acaban. Inventan,pero no prosiguen: inestabilidad de genio. Nunca consiguen alabanza, porque nada prosiguen;todo para en parar. Si bien nace en otros de impaciencia de ánimo, tacha de españoles, así como lapaciencia es ventaja de los belgas. Estos acaban las cosas, aquellos acaban con ellas: hasta vencerla dificultad sudan, y conténtanse con el vencer; no saben llevar al cabo la victoria; prueban quepueden, mas no quieren. Pero siempre es defecto, de imposibilidad o liviandad. Si la obra esbuena, )por qué no se acaba?; y si mala, )por qué se comenzó? Mate, pues, el sagaz la caza, no sele vaya todo en levantarla.243. No ser todo columbino. Altérnense la calidez de la serpiente con la candidez de lapaloma. No hay cosa más fácil que engañar a un hombre de bien. Cree mucho el que nuncamiente y confía mucho el que nunca engaña. No siempre procede de necio el ser engañado, quetal vez de bueno. Dos géneros de personas previenen mucho los daños: los escarmentados, que esmuy a su costa, y los astutos, que es muy a la ajena. Muéstrese tan extremada la sagacidad para elrecelo como la astucia para el enredo, y no quiera uno ser tan hombre de bien, que ocasione al otroel serlo de mal. Sea uno mixto de paloma y de serpiente; no monstruo, sino prodigio.244. Saber obligar. Transforman algunos el favor propio en ajeno, y parece, o dan aentender, que hacen merced cuando la reciben. Hay hombres tan advertidos, que honran pidiendo,y truecan el provecho suyo en honra del otro. De tal suerte trazan las cosas, que parezca que losotros les hacen servicio cuando les dan, trastrocando con extravagante política el orden delobligar. Por lo menos ponen en duda quién hace favor a quién. Compran a precio de alabanzas lomejor, y del mostrar gusto de una cosa hacen honra y lisonja. Empeñan la cortesía, haciendodeuda de lo que había de ser su agradecimiento. De esta suerte truecan la obligación de pasiva enactiva, mejores políticos que gramáticos. Gran sutileza esta, pero mayor lo sería el entendérsela,destrocando la necedad, volviéndoles su honra y cobrando cada uno su provecho.245. Discurrir tal vez a lo singular y fuera de lo común. Arguye superioridad de caudal.No ha de estimar al que nunca se le opone, que no es señal de amor que le tenga, sino del que él setiene. No se deje engañar de la lisonja pagándola, sino condenándola. También tenga por créditoel ser murmurado de algunos, y más de aquellos que de todos los buenos dicen mal. Pésele de quesus cosas agraden a todos, que es señal de no ser buenas, que es de pocos lo perfecto.246. Nunca dar satisfacción a quien no la pedía. Y aunque se pida, es especie de delito, sies sobrada. El excusarse antes de ocasión es culparse, y el sangrarse en salud es hacer del ojo almal, y a la malicia. La excusa anticipada despierta el recelo que dormía. Ni se ha de dar el cuerdopor entendido de la sospecha ajena, que es salir a buscar el agravio. Entonces la ha de procurardesmentir con la entereza de su proceder.247. Saber un poco más, y vivir un poco menos. Otros discurren al contrario. Más vale elbuen ocio que el negocio. No tenemos cosa nuestra sino el tiempo. )Dónde vive quien no tienelugar? Igual infelicidad es gastar la preciosa vida en tareas mecánicas que en demasía de lassublimes; ni se ha de cargar de ocupaciones, ni de envidia: es atropellar el vivir y ahogar elánimo. Algunos lo extienden al saber, pero no se vive si no se sabe.248. No se le lleve el último. Hay hombres de última información, que va por extremos laimpertinencia. Tienen el sentir y el querer de cera. El último sella y borra los demás. Estos nuncaestán ganados, porque con la misma facilidad se pierden. Cada uno los tiñe de su color. Son malospara confidentes, niños de toda la vida; y así, con variedad en los juicios y afectos, andanfluctuando, siempre cojos de voluntad y de juicio, inclinándose a una y a otra parte.249. No comenzar a vivir por donde se ha de acabar. Algunos toman el descanso alprincipio y dejan la fatiga para el fin. Primero ha de ser lo esencial, y después, si quedare lugar, loaccesorio. Quieren otros triunfar antes de pelear. Algunos comienzan a saber por lo que menosimporta, y los estudios de crédito y utilidad dejan para cuando se les acaba el vivir. No hacomenzado a hacer fortuna el otro cuando ya se desvanece. Es esencial el método para saber ypoder vivir.250. )Cuándo se ha de discurrir al revés? Cuando nos hablan a la malicia. Con algunostodo ha de ir al encontrado. El Sí es No y el No es Sí. El decir mal de una cosa se tiene porestimación de ella, que el que la quiere para sí la desacredita para los otros. No todo alabar esdecir bien, que algunos, por no alabar los buenos, alaban también los malos; y para quienninguno es malo, ninguno será bueno.251. Hanse de procurar los medios humanos como si no hubiese divinos, y los divinoscomo si no hubiese humanos. Regla de gran maestro; no hay que añadir comento.252. Ni todo suyo, ni todo ajeno: es una vulgar tiranía. Del quererse todo para sí se sigueluego querer todas las cosas para sí. No saben estos ceder en la más mínima, ni perder un puntode su comodidad. Obligan poco, fíanse en su fortuna, y suele falsearles el arrimo. Conviene talvez ser de otros para que los otros sean de él, y quien tiene empleo común ha de ser esclavocomún, o "renuncie el cargo con la carga", dirá la vieja a Adriano. Al contrario, otros todos sonajenos, que la necedad siempre va por demasías, y aquí infeliz: no tienen día, ni aun hora suya,con tal exceso de ajenos, que alguno fue llamado "el de todos". Aun en el entendimiento, que paratodos saben y para sí ignoran. Entienda el atento que nadie le busca a él, sino su interés en él, opor él.253. No allanarse sobrado en el concepto. Los más no estiman lo que entienden, y lo queno perciben lo veneran. Las cosas, para que se estimen, han de costar. Será celebrado cuando nofuere entendido. Siempre se ha de mostrar uno más sabio y prudente de lo que requiere aquel conquien trata para el concepto, pero con proporción, más que exceso. Y si bien con los entendidosvale mucho el seso en todo, para los más es necesario el remonte. No se les ha de dar lugar a lacensura, ocupándolos en el entender. Alaban muchos lo que, preguntados, no saben dar razón. )Por qué? Todo lo recóndito veneran por misterio y lo celebran porque oyen celebrarlo.254. No despreciar el mal por poco, que nunca viene uno solo. Andan encadenados, asícomo las felicidades. Van la dicha y la desdicha de ordinario adonde más hay; y es que todoshuyen del desdichado y se arriman al venturoso. Hasta las palomas, con toda su sencillez, acudenal homenaje más blanco. Todo le viene a faltar a un desdichado: él mismo a sí mismo, el discursoy el conorte. No se ha de despertar la desdicha cuando duerme. Poco es un deslizar, pero sígueseaquel fatal despeño, sin saber dónde se vendrá a parar, que así como ningún bien fue del todocumplido, así ningún mal del todo acabado. Para el que viene del cielo es la paciencia; para el quedel suelo, la prudencia.255. Saber hacer el bien: poco, y muchas veces. Nunca ha de exceder el empeño a laposibilidad. Quien da mucho, no da, sino que vende. No se ha de apurar el agradecimiento, que,en viéndose imposibilitado, quebrará la correspondencia. No es menester más para perder amuchos que obligarlos con demasía. Por no pagar se retiran, y dan en enemigos, de obligados. Elídolo nunca querría ver delante al escultor que lo labró; ni el empenado, su bienhechor al ojo.Gran sutileza del dar, que cueste poco y se desee mucho, para que se estime más.256. Ir siempre prevenido: contra los descorteses, porfiados, presumidos y todo género denecios. Encuéntranse muchos, y la cordura está en no encontrarse con ellos. Ármese cada día depropósitos al espejo de su atención, y así vencerá los lances de la necedad. Vaya sobre el caso, yno expondrá a vulgares contingencias su reputación: varón prevenido de cordura no serácombatido de impertinencia. Es dificultoso el rumbo del humano trato, por estar lleno de escollosdel descrédito; el desviarse es lo seguro, consultando a Ulises de astucia. Vale aquí mucho elartificioso desliz. Sobre todo, eche por la galantería, que es el único atajo de los empeños.257. Nunca llegar a rompimiento, que siempre sale de él descalabrada la reputación.Cualquiera vale para enemigo, no así para amigo. Pocos pueden hacer bien, y casi todos mal. Noanida segura el águila en el mismo seno de Júpiter el día que rompe con un escarabajo: con lazarpa del declarado irritan los disimulados el fuego, que estaban a la espera de la ocasión. De losamigos maleados salen los peores enemigos; cargan con defectos ajenos el propio en su afición.De los que miran, cada uno habla como siente y siente como desea, condenando todos, o en losprincipios, de falta de providencia, o en los fines, de espera; y siempre de cordura. Si fuereinevitable el desvío, sea excusable, antes con tibieza de favor que con violencia de furor. Y aquíviene bien aquello de una bella retirada.258. Buscar quien le ayude a llevar las infelicidades. Nunca será solo, y menos en losriesgos, que sería cargarse con todo el odio. Piensan algunos alzarse con toda la superintendencia,y álzanse con toda la murmuración. De esta suerte tendrá quien le excuse o quien le ayude a llevarel mal. No se atreven tan fácilmente a dos, ni la fortuna, ni la vulgaridad, y aun por eso el médicosagaz, ya que erró la cura, no yerra en buscar quien, a título de consulta, le ayude a llevar el ataúd:repártese el peso y el pesar, que la desdicha a solas se redobla para intolerable.259. Prevenir las injurias y hacer de ellas favores. Más sagacidad es evitarlas quevengarlas. Es gran destreza hacer confidente del que había de ser émulo, convertir en reparos desu reputación los que la amenazaban tiros. Mucho vale el saber obligar: quita el tiempo para elagravio el que lo ocupó con el agradecimiento. Y es saber vivir convertir en placeres los que avíande ser pesares. Hágase confidencia de la misma malevolencia.260. Ni será ni tendrá a ninguno todo por suyo. No son bastantes la sangre, ni la amistad,ni la obligación más apretante, que va grande diferencia de entregar el pecho o la voluntad. Lamayor unión admite excepción; ni por eso se ofenden las leyes de la fineza. Siempre se reservaalgún secreto para sí el amigo, y se recata en algo el mismo hijo de su padre; de unas cosas secelan con unos que comunican a otros, y al contrario, con que se viene uno a conceder todo ynegar todo, distinguiendo los términos de la correspondencia.261. No proseguir la necedad. Hacen algunos empeño del desacierto, y porquecomenzaron a errar, les parece que es constancia el proseguir. Acusan en el foro interno su yerro,y en el externo lo excusan, con que si cuando comenzaron la necedad fueron notados deinadvertidos, al proseguirla son confirmados en necios. Ni la promesa inconsiderada, ni laresolución errada inducen obligación. De esta suerte continúan algunos su primera grosería yllevan adelante su cortedad: quieren ser constantes impertinentes.262. Saber olvidar: más es dicha que arte. Las cosas que son más para olvidadas son lasmás acordadas. No sólo es villana la memoria para faltar cuando más fue menester, pero neciapara acudir cuando no convendría: en lo que ha de dar pena es prolija y en lo que había de dargusto es descuidada. Consiste a veces el remedio del mal en olvidarlo, y olvídase el remedio.Conviene, pues, hacerla a tan cómodas costumbres, porque basta a dar felicidad o infierno.Exceptúanse los satisfechos, que en el estado de su inocencia gozan de su simple felicidad.263. Muchas cosas de gusto no se han de poseer en propiedad. Más se goza de ellasajenas que propias. El primer día es lo bueno para su dueño, los demás para los extraños. Gózanselas cosas ajenas con doblada fruición, esto es, sin el riesgo del daño y con el gusto de la novedad.Sabe todo mejor a privación: hasta el agua ajena se miente néctar. El tener las cosas, a más de quedisminuye la fruición, aumenta el enfado tanto de prestarlas como de no prestarlas. No sirve sinode mantenerlas para otros, y son más los enemigos que se cobran que los agradecidos.264. No tenga días de descuido. Gusta la suerte de pegar una burla, y atropellará todas lascontingencias para coger desapercibido. Siempre han de estar a prueba el ingenio, la cordura y elvalor; hasta la belleza, porque el día de su confianza será el de su descrédito. Cuando más fuemenester el cuidado, faltó siempre, que el no pensar es la zancadilla del perecer. También sueleser estratagema de la ajena atención coger al descuido las perfecciones para el riguroso examendel apreciar. Sábense ya los días de la ostentación, y perdónalos la astucia, pero el día que menosse esperaba, ése escoge para la tentativa del valer.265. Saber empeñar los dependientes. Un empeño en su ocasión hizo personas a muchos,así como un ahogo saca nadadores. De esta suerte descubrieron muchos el valor, y aun el saber,que quedara sepultado en su encogimiento si no se hubiera ofrecido la ocasión. Son los aprietoslances de reputación, y puesto el noble en contingencias de honra, obra por mil. Supo coneminencia esta lección de empeñar la católica reina Isabela, así como todas las demás; y a estepolítico favor debió el Gran Capitán su renombre, y otros muchos su eterna fama: hizo grandeshombres con esta sutileza.266. No ser malo de puro bueno. Eslo el que nunca se enoja: tienen poco de personas losinsensibles. No nace siempre de indolencia, sino de incapacidad. Un sentimiento en su ocasión esacto personal. Búrlanse luego las aves de las apariencias de bultos. Alternar lo agrio con lo dulcees prueba de buen gusto: sola la dulzura es para niños y necios. Gran mal es perderse de purobueno en este sentido de insensibilidad.267. Palabras de seda, con suavidad de condición. Atraviesan el cuerpo las jaras, pero lasmalas palabras el alma. Una buena pasta hace que huela bien la boca. Gran sutileza del vivir,saber vender el aire. Lo más se paga con palabras, y bastan ellas a desempeñar una imposibilidad.Negóciase en el aire con el aire, y alienta mucho el aliento soberano. Siempre se ha de llevar laboca llena de azúcar para confitar palabras, que saben bien a los mismos enemigos. Es el únicomedio para ser amable el ser apacible.268. Haga al principio el cuerdo lo que el necio al fin. Lo mismo obra el uno que el otro;sólo se diferencian en los tiempos: aquél en su sazón y éste sin ella. El que se calzó al principio elentendimiento al revés, en todo lo demás prosigue de ese modo: lleva entre pies lo que había deponer sobre su cabeza; hace siniestra de la diestra, y así es tan zurdo en todo su proceder. Sólohay un buen caer en la cuenta. Hacen por fuerza lo que pudieran de grado; pero el discreto luegove lo que se ha de hacer, tarde o temprano, y ejecútalo con gusto y con reputación.269. Válgase de su novedad, que mientras fuere nuevo, será estimado. Aplace la novedad,por la variedad, universalmente; refréscase el gusto y estímase más una medianía flamante que unextremo acostumbrado. Rózanse las eminencias, y viénense a envejecer; y advierta que durarápoco esa gloria de novedad: a cuatro días le perderán el respeto. Sepa, pues, valerse de esasprimicias de la estimación y saque en la fuga del agradar todo lo que pudiera pretender; porque sise pasa el calor de lo reciente, resfriaráse la pasión, y trocarse ha el agrado de nuevo en enfado deacostumbrado, y crea que todo tuvo también su vez, y que pasó.270. No condenar solo lo que a muchos agrada. Algo hay bueno, pues satisface a tantos;y, aunque no se explica, se goza. La singularidad siempre es odiosa; y cuando errónea, ridícula;antes desacreditará su mal concepto que el objeto; quedarse ha solo con su mal gusto. Si no sabetopar con lo bueno, disimule su cortedad y no condene a bulto, que el mal gusto ordinariamentenace de la ignorancia. Lo que todos dicen, o es, o quiere ser.271. El que supiere poco, téngase siempre a lo más seguro. En toda profesión; que aunqueno le tengan por sutil, le tendrán por fundamental. El que sabe puede empeñarse y obrar defantasía; pero saber poco y arriesgarse es voluntario precipicio. Téngase siempre a la manoderecha, que no puede faltar lo asentado. A poco saber, camino real; y a toda ley, tanto del sabercomo del ignorar, es más cuerda la seguridad que la singularidad.272. Vender las cosas a precio de cortesía, que es obligar más. Nunca llegará el pedir delinteresado al dar del generoso obligado. La cortesía no da, sino que empeña, y es la galantería lamayor obligación. No hay cosa más cara para el hombre de bien que la que se le da: es venderlados veces, y a dos precios, del valor y de la cortesía. Verdad es que para el ruin es algarabía lagalantería, porque no entiende los términos del buen término.273. Comprehensión de los genios con quien trata: para conocer los intentos. Conocidabien la causa, se conoce el efecto, antes en ella y después en su motivo. El melancólico siempreagüera infelicidades, y el maldiciente culpas: todo lo peor se les ofrece, y no percibiendo el bienpresente, anuncian el posible mal. El apasionado siempre habla con otro lenguaje diferente de loque las cosas son; habla en él la pasión, no la razón. Y cada uno, según su afecto o su humor. Ytodos muy lejos de la verdad. Sepa descifrar un semblante y deletrear el alma en los señales.Conozca al que siempre ríe por falto, y al que nunca por falso. Recátese del preguntador, o porfácil, o por notante. Espere poco bueno del de mal gesto, que suelen vengarse de la naturalezaestos, y así como ella los honró poco a ellos, la honran poco a ella. Tanta suele ser la necedadcuanta fuere la hermosura.274. Tener la atractiva: que es un hechizo políticamente cortés. Sirva el garabato galantemás para atraer voluntades que utilidades, o para todo. No bastan méritos si no se valen delagrado, que es el que da la plausibilidad, el más práctico instrumento de la soberanía. Un caer enpicadura es suerte, pero socórrese del artificio, que donde hay gran natural asienta mejor loartificial. De aquí se origina la pía afición, hasta conseguir la gracia universal.275. Corriente, pero no indecente. No esté siempre de figura y de enfado; es ramo degalantería. Hase de ceder en algo al decoro para ganar la afición común. Alguna vez puede pasarpor donde los más; pero sin indecencia, que quien es tenido por necio en público no será tenidopor cuerdo en secreto. Más se pierde en un día genial que se ganó en toda la seriedad. Pero no seha de estar siempre de excepción: el ser singular es condenar a los otros; menos, afectarmelindres; déjense para su sexo: aun los espirituales son ridículos. Lo mejor de un hombre esparecerlo; que la mujer puede afectar con perfección lo varonil, y no al contrario.276. Saber renovar el genio con la naturaleza y con el arte. De siete en siete años dicenque se muda la condición: sea para mejorar y realzar el gusto. A los primeros siete entra la razón;entre después, a cada lustro, una nueva perfección. Observe esta variedad natural para ayudarla yesperar también de los otros la mejoría. De aquí es que muchos mudaron de porte, o con el estado,o con el empleo; y a veces no se advierte, hasta que se ve, el exceso de la mudanza. A los veinteaños será pavón; a los treinta, león; a los cuarenta, camello; a los cincuenta, serpiente; a lossesenta, perro; a los setenta, mona; y a los ochenta, nada.277. Hombre de ostentación. Es el lucimiento de las prendas. Hay vez para cada una:lógrese, que no será cada día el de su triunfo. Hay sujetos bizarros en quienes lo poco luce mucho,y lo mucho hasta admirar. Cuando la ostentativa se junta con la eminencia, pasa por prodigio. Haynaciones ostentosas, y la española lo es con superioridad. Fue la luz pronto lucimiento de todo locriado. Llena mucho el ostentar, suple mucho y da un segundo ser a todo, y más cuando larealidad se afianza. El cielo, que da la perfección, previene la ostentación, que cualquiera a solasfuera violenta. Es menester arte en el ostentar: aun lo muy excelente depende de circunstancias yno tiene siempre vez. Salió mal la ostentativa cuando le faltó su sazón. Ningún realce pide sermenos afectado, y perece siempre de este desaire, porque está muy al canto de la vanidad, y éstadel desprecio. Ha de ser muy templada porque no dé en vulgar, y con los cuerdos está algodesacreditada su demasía. Consiste a veces más en una elocuencia muda, en un mostrar laperfección al descuido; que el sabio disimulo es el más plausible alarde, porque aquella mismaprivación pica en lo más vivo a la curiosidad. Gran destreza suya no descubrir toda la perfecciónde una vez, sino por brújula irla pintando, y siempre adelantando; que un realce sea empeño deotro mayor, y el aplauso del primero, nueva expectación de los demás.278. Huir la nota en todo. Que en siendo notados, serán defectos los mismos realces. Naceesto de singularidad, que siempre fue censurada; quédase solo el singular. Aun lo lindo, sisobresale, es descrédito; en haciendo reparar, ofende, y mucho más singularidadesdesautorizadas. Pero en los mismos vicios quieren algunos ser conocidos, buscando novedad enla ruindad para conseguir tan infame fama. Hasta en lo entendido lo sobrado degenera enbachillería.279. No decir al contradecir. Es menester diferenciar cuándo procede de astucia ovulgaridad. No siempre es porfía, que tal vez es artificio. Atención, pues, a no empeñarse en la unani despeñarse en la otra. No hay cuidado más logrado que en espías, y contra la ganzúa de losánimos no hay mejor contratreta que el dejar por dentro la llave del recato.280. Hombre de ley. Está acabado el buen proceder, andan desmentidas las obligaciones,hay pocas correspondencias buenas: al mejor servicio, el peor galardón, a uso ya de todo elmundo. Hay naciones enteras proclives al maltrato: de unas se teme siempre la traición; de otras,la inconstancia; y de otras, el engaño. Sirva, pues, la mala correspondencia ajena, no para laimitación, sino para la cautela. Es el riesgo de desquiciar la entereza a vista del ruin proceder.Pero el varón de ley nunca se olvida de quién es por lo que los otros son.281. Gracia de los entendidos.Más se estima el tibio sí de un varón singular que todo unaplauso común, porque regüeldos de aristas no alientan. Los sabios hablan con el entendimiento,y así su alabanza causa una inmortal satisfacción. Redujo el juicioso Antígono todo el teatro de sufama a solo Zenón, y llamaba Platón toda su escuela a Aristóteles. Atienden algunos a sólo llenarel estómago, aunque sea de broza vulgar. Hasta los soberanos han menester a los que escriben, yteman más sus plumas que las feas los pinceles.282. Usar de la ausencia: o para el respeto, o para la estimación. Si la presencia disminuyela fama, la ausencia la aumenta. El que ausente fue tenido por león, presente fue ridículo parto delos montes. Deslústranse las prendas si se rozan, porque se ve antes la corteza del exterior que lamucha sustancia del ánimo. Adelántase más la imaginación que la vista, y el engaño, que entra deordinario por el oído, viene a salir por los ojos. El que se conserva en el centro de su opiniónconserva la reputación; que aun la fénix se vale del retiro para el decoro, y del deseo para elaprecio.283. Hombre de inventiva a lo cuerdo. Arguye exceso de ingenio, pero )cuál será sin elgrano de demencia? La inventiva es de ingeniosos; la buena elección, de prudentes. Es tambiénde gracia, y más rara, porque el elegir bien lo consiguieron muchos; el inventar bien, pocos, y losprimeros en excelencia y en tiempo. Es lisonjera la novedad, y si feliz, da dos realces a lo bueno.En los asuntos del juicio es peligrosa por lo paradojo; en los del ingenio, loable; y si acertadas,una y otra plausibles.284. No sea entremetido, y no será desairado. Estímese, si quisiere que le estimen. Seaantes avaro que pródigo de sí. Llegue deseado, y será bien recibido. Nunca venga sino llamado, nivaya sino embiado. El que se empeña por sí, si sale mal, se carga todo el odio sobre sí; y si salebien, no consigue el agradecimiento. Es el entremetido terrero de desprecios, y por lo mismo quese introduce con desvergüenza es tripulado en confusión.285. No perecer de desdicha ajena. Conozca al que está en el lodo, y note que le reclamarápara hacer consuelo del recíproco mal. Buscan quien les ayude a llevar la desdicha, y los que en laprosperidad le daban espaldas, ahora la mano. Es menester gran tiento con los que se ahogan paraacudir al remedio sin peligro.286. No dejarse obligar del todo, ni de todos, que sería ser esclavo y común. Nacieronunos más dichosos que otros, aquellos para hacer bien y estos para recibirle. Más preciosa es lalibertad que la dádiva, porque se pierde. Guste más que dependan de él muchos que no dependerél de uno. No tiene otra comodidad el mando sino el poder hacer más bien. Sobre todo, no tengapor favor la obligación en que se mete, y las más veces la diligenciará la astucia ajena paraprevenirle.287. Nunca obrar apasionado: todo lo errará. No obre por sí quien no está en sí, y lapasión siempre destierra la razón. Sustituya entonces un tercero prudente, que lo será, sidesapasionado: siempre ven más los que miran que los que juegan, porque no se apasionan. Enconociéndose alterado, toque a retirar la cordura, porque no acabe de encendérsele la sangre, quetodo lo ejecutará sangriento, y en poco rato dará materia para muchos días de confusión suya ymurmuración ajena.288. Vivir a la ocasión. El gobernar, el discurrir, todo ha de ser al caso. Querer cuando sepuede, que la sazón y el tiempo a nadie aguardan. No vaya por generalidades en el vivir, si ya nofuere en favor de la virtud, ni intime leyes precisas al querer, que habrá de beber mañana del aguaque desprecia hoy. Hay algunos tan paradojamente impertinentes, que pretenden que todas lascircunstancias del acierto se ajusten a su manía, y no al contrario. Mas el sabio sabe que el nortede la prudencia consiste en portarse a la ocasión.289. El mayor desdoro de un hombre: es dar muestras de que es hombre. Déjanle de tenerpor divino el día que le ven muy humano. La liviandad es el mayor contraste de la reputación. Asícomo el varón recatado es tenido por más que hombre, así el liviano por menos que hombre. Nohay vicio que más desautorice, porque la liviandad se opone frente a frente a la gravedad. Hombreliviano no puede ser de sustancia, y más si fuere anciano, donde la edad le obliga a la cordura. Ycon ser este desdoro tan de muchos, no le quita el estar singularmente desautorizado.290. Es felicidad juntar el aprecio con el afecto: no ser muy amado para conservar elrespeto.Más atrevido es el amor que el odio; afición y veneración no se juntan bien; y aunque, noha de ser uno muy temido ni muy querido. El amor introduce la llaneza, y al paso que ésta entra,sale la estimación. Sea amado antes apreciativamente que afectivamente, que es amor muy depersonas.291. Saber hacer la tentativa. Compita la atención del juicioso con la detención delrecatado: gran juicio se requiere para medir el ajeno. Más importa conocer los genios y laspropiedades de las personas que de las yerbas y piedras. Acción es esta de las más sutiles de lavida: por el sonido se conocen los metales y por el hablar las personas. Las palabras muestran laentereza, pero mucho más las obras. Aquí es menester el extravagante reparo, la observaciónprofunda, la sutil nota y la juiciosa crisis.292. Venza el natural las obligaciones del empleo, y no al contrario. Por grande que sea elpuesto, ha de mostrar que es mayor la persona. Un caudal con ensanches vase dilatando yostentando más con los empleos. Fácilmente le cogerán el corazón al que le tiene estrecho, y alcabo viene a quebrar con obligación y reputación. Preciábase el grande Augusto de ser mayorhombre que príncipe. Aquí vale la alteza de ánimo, y aun aprovecha la confianza cuerda de sí.293. De la madurez. Resplandece en el exterior, pero más en las costumbres. La gravedadmaterial hace precioso al oro, y la moral a la persona. Es el decoro de las prendas, causandoveneración. La compostura del hombre es la fachada del alma. No es necedad con poco meneo,como quiere la ligereza, sino una autoridad muy sosegada. Habla por sentencias, obra conaciertos. Supone un hombre muy hecho, porque tanto tiene de persona cuanto de madurez. Endejando de ser niño, comienza a ser grave y autorizado.294. Moderarse en el sentir. Cada uno hace concepto según su conveniencia, y abunda derazones en su aprehensión. Cede en los más el dictamen al afecto. Acontece el encontrarse doscontradictoriamente y cada uno presume de su parte la razón; mas ella, fiel, nunca supo hacer doscaras. Proceda el sabio con refleja en tan delicado punto; y así el recelo propio reformará lacalificación del proceder ajeno. Póngase tal vez de la otra parte; examínele al contrario losmotivos. Con esto, ni le condenará a él, ni se justificará a sí tan a lo desalumbrado.295. No hazañero, sino hazañoso. Hacen muy de los hacendados los que menos tienenpara qué. Todo lo hacen misterio, con mayor frialdad: camaleones del aplauso, dando a todoshartazgos de risa. Siempre fue enfadosa la vanidad, aquí reída: andan mendigando hazañas lashormiguillas del honor. Afecte menos sus mayores eminencias. Conténtese con hacer, y deje paraotros el decir. Dé las hazañas, no las venda; ni se han de alquilar plumas de oro para que escribanlodo, con asco de la cordura. Aspire antes a ser heroico que a sólo parecerlo.296. Varón de prendas, y majestuosas. Las primeras hacen los primeros hombres.Equivale una sola a toda una mediana pluralidad. Gustaba aquel que todas sus cosas fuesengrandes, hasta las usuales alhajas. (Cuánto mejor el varón grande debe procurar que las prendasde su ánimo lo sean! En Dios todo es infinito, todo inmenso; así en un héroe todo ha de ser grandey majestuoso, de suerte que todas sus acciones, y aun razones, vayan revestidas de unatrascendente grandiosa majestad.297. Obrar siempre como a vista. Aquel es varón remirado que mira que le miran o que lemirarán. Sabe que las paredes oyen y que lo mal hecho revienta por salir. Aun cuando solo, obracomo a vista de todo el mundo, porque sabe que todo se sabrá; ya mira como a testigos ahora a losque por la noticia lo serán después. No se recataba de que le podían registrar en su casa desde lasajenas el que deseaba que todo el mundo le viese.298. Tres cosas hacen un prodigio, y son el don máximo de la suma liberalidad: ingeniofecundo, juicio profundo y gusto relevantemente jocundo. Gran ventaja concebir bien, pero mayordiscurrir bien, entendimiento del bueno. El ingenio no ha de estar en el espinazo, que sería másser laborioso que agudo. Pensar bien es el fruto de la racionalidad. A los veinte años reina lavoluntad, a los treinta el ingenio, a los cuarenta el juicio. Hay entendimientos que arrojan de síluz, como los ojos del lince, y en la mayor oscuridad discurren más; haylos de ocasión, quesiempre topan con lo más a propósito. Ofrecéseles mucho y bien: felicísima fecundidad. Pero unbuen gusto sazona toda la vida.299. Dejar con hambre. Hase de dejar en los labios aun con el néctar. Es el deseo medidade la estimación; hasta la material sed es treta de buen gusto picarla, pero no acabarla. Lo bueno,si poco, dos veces bueno. Es grande la baja de la segunda vez: hartazgos de agrado sonpeligrosos, que ocasionan desprecio a la más eterna eminencia. Única regla de agradar: coger elapetito picado con el hambre con que quedó. Si se ha de irritar, sea antes por impaciencia deldeseo que por enfado de la fruición: gústase al doble de la felicidad penada.300. En una palabra, santo, que es decirlo todo de una vez. Es la virtud cadena de todaslas perfecciones, centro de las felicidades. Ella hace un sujeto prudente, atento, sagaz, cuerdo,sabio, valeroso, reportado, entero, feliz, plausible, verdadero y universal héroe. Tres eses hacendichoso: santo, sano y sabio. La virtud es el sol del mundo menor, y tiene por hemisferio la buenaconciencia; es tan hermosa, que se lleva la gracia de Dios y de las gentes. No hay cosa amablesino la virtud, ni aborrecible sino el vicio. La virtud es cosa de veras, todo lo demás de burlas. Lacapacidad y grandeza se ha de medir por la virtud, no por la fortuna. Ella sola se basta a sí misma.Vivo el hombre, le hace amable; y muerto, memorable.