Por suerte, la alineación circunstancial de los campos geomagnéticos la desvió hacia los polos terrestres, provocando vistosas auroras boreales. Sin embargo, los expertos declaran ser conscientes de que la amenaza sigue en pie, puesto que en los próximos años asistiremos al período de más intensa actividad solar que se recuerda, con miles de tormentas como ésta. Durante la última reunión de la Asociación Americana para el Avance de las Ciencias (AAAS) llegaron a una conclusión idéntica: la sociedad actual depende tan estrechamente de la red de satélites, telecomunicaciones y tecnología electrónica –muy vulnerables frente la radiación solar– que podría quedar colapsado ante semejante eventualidad. Éstos han advertido que el impacto podría afectar gravemente a la navegación aérea y a los ordenadores, bloqueando la actividad económica y provocando apagones masivos que tardarían mucho en repararse.«No es cuestión de si sucederá, sino de cuándo y de cómo será de intensa», comentó Jane Lubchenco, directora de la Administración Oceánica y Atmosférica norteamericana (NOAA). Con ella coinciden otras altas autoridades, como el consejero científico jefe del gobierno británico Sir John Beddington, advirtiendo que «la vulnerabilidad de nuestros sistemas se ha incrementado espectacularmente». Aunque se reconocen incapaces de predecir su llegada, todos la temen para 2012 o 2013.
http://vimeo.com/21819027Enrique de Vicente
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