martes, 6 de diciembre de 2011

Siddhartha






Esta novela alegórica fue escrita por Hermann Hesse en 1922, tras la I Guerra Mundial, pero tuvo que esperar más de veinte años desde su publicación para obtener el merecido reconocimiento. El éxito llegó a la novela como resultado de la obtención del Premio Nobel en 1946 y sobre todo por el interés mostrado por los jóvenes y adolescentes hacia nuevas corrientes de pensamiento y búsqueda del interior. Este poeta y escritor alemán, no excesivamente conocido, se convirtió tras su muerte en todo un símbolo del movimiento juvenil en contra de la guerra de Vietnam, del pacifismo y del movimiento hippie de los años 60, el llamado Flower Power.


La sinopsis del libro apenas dejar entrever la sencillez y la maestría con la que el autor nos describe el camino que conduce a la búsqueda de respuestas en esa profunda crisis existencial y espiritual que a casi todos nos llega alguna vez en la vida, aunque algunos no lo perciban así:

Esta novela, ambientada en la India tradicional, relata la vida de Siddhartha, un hombre para quien el camino de la verdad pasa por la renuncia y la comprensión de la unidad que subyace en todo lo existente. En sus páginas, el autor ofrece todas las opciones espirituales del hombre. Hermann Hesse buceó en el alma de Oriente a fin de aportar sus aspectos positivos a nuestra sociedad. Siddhartha es la obra más representativa de este proceso y ha ejercido una gran influencia en la cultura occidental del siglo XX.


Este libro es intimista y sorprendente, lleno de símbolos y referencias, y que requiere de una o varias lecturas que llevan de nuevo a descubrir ese mundo que todo llevamos en nuestro interior:


(…)¿Por qué justamente él, el Irreprochable, tenía que purificarse a diario de sus pecados, someterse a sus abluciones cotidianas sin interrupción ¿No estaba el Atman dentro de él? Y aquella fuente primordial ¿no fluía acaso en su propio corazón? ¡Había que encontrarla, descubrir ese manantial en el propio Yo y poseerlo! Todo lo demás no era sino búsqueda vana, extravío, confusión. (…)


(…)¿No era acaso el tiempo la sustancia de todo sufrimiento? ¿No era el tiempo la causa misma de todo temor y de toda tortura? ¿No se suprimiría acaso todo el mal, toda hostilidad del mundo en cuanto el tiempo fuera superado, en cuanto se aboliera la idea del tiempo? (…)



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