Pensar no es más que un minúsculo aspecto de la totalidad de la conciencia, la totalidad de lo que eres. Lo que está surgiendo ahora no es un nuevo sistema de creencias, una nueva religión, ideología espiritual o mitología. Estamos llegando al final no solo de las mitologías sino también de las ideologías y sistemas de creencias. El cambio va más allá del contenido de tu mente, más allá de tus pensamientos. De hecho, lo esencial de la nueva conciencia es la trascendencia del
pensamiento, la recién adquirida capacidad de elevarse por encima de los pensamientos, de hacer realidad una dimensión dentro de ti que es infinitamente más vasta que el pensamiento.
Entonces ya no derivas tu identidad, tu sentido de quién eres, del incesante flujo de pensamiento que en la vieja conciencia creías que eras tú. Qué liberación, darse cuenta de que no soy esa «voz en mi cabeza».Pero entonces ¿quién soy yo? El que ve eso. Laconciencia que es anterior al pensamiento, el espacio en el que tiene lugar el pensamiento (o la emoción, o lapercepción sensorial). La causa primaria de la infelicidad nunca es la situación, sino lo que piensas sobre ella.Sé consciente de los pensamientos que estás pensando. Sepáralos de la situación, que es siempre neutra,que siempre es como es. Por un lado está la situacióno el hecho, y por otro mis pensamientos acerca deello. En lugar de inventar historias, quédate con los hechos. Por ejemplo, «estoy en la ruina» es una historia. Te limita e impide que emprendas acciones efectivas. «Me quedan cincuenta céntimos en mi cuentabancaria» es un hecho. Enfrentarse a los hechos siempre da fuerza. Sé consciente de que lo que piensas, engran medida, genera las emociones que sientes. Observa la conexión entre tu pensamiento y tus emociones. En lugar de ser tus pensamientos y emociones, sé la conciencia que hay detrás de ellos. «La sabiduría de este mundo es necedad paraDios», dice la Biblia.¿Qué es la sabiduría de este mundo? El flujo de pensamiento y el significado quese define exclusivamente mediante el pensamiento.El pensamiento aísla una situación o un suceso y lollama bueno o malo, como si tuviera una existenciaseparada. A fuerza de fiarse en exceso del pensamiento, la realidad queda fragmentada. Esta fragmentación es una ilusión, pero parece muy real cuando estás atrapado en ella. Y sin embargo, el universo es untodo indivisible en el que todas las cosas están interconectadas, en el que nada existe aislado. La profunda interconexión de todas las cosas y todos los sucesos implica que las etiquetas mentales de «bueno» y«malo» son, en el fondo, ilusorias. Siempre implicanuna perspectiva limitada y por lo tanto solo son ciertas relativa y temporalmente. No existen sucesos casuales, no hay sucesos ni cosasque existan por y para sí mismos, aislados. Los átomos que componen tu cuerpo se forjaron dentro deestrellas, y las causas de todo suceso, incluso el más insignificante, son prácticamente infinitas y están conectadas con la totalidad de maneras incomprensibles.Si quisieras rastrear el origen o causa de cualquiersuceso, tendrías que remontarte hasta el principio mismo de la creación. El cosmos no es caótico. La misma palabra cosmos significa orden. Pero no se trata deun orden que la mente humana pueda llegar a comprender, aunque a veces pueda vislumbrarlo. Cuando nos adentramos en un bosque en el que noha habido interferencia humana, nuestra mente pensante solo ve desorden y caos a nuestro alrededor.Ni siquiera será capaz de diferenciar entre la vida(bueno) y la muerte (malo), ya que por todas partescrece nueva vida sobre la materia podrida y en descomposición. Solo si nos mantenemos suficientemente inmóviles por dentro y se reduce el ruido del pensamiento, podremos darnos cuenta de que ahí hayuna armonía oculta, algo sagrado, un orden superioren el que todo tiene su sitio perfecto y no podría sermás que lo que es y tal como es.La mente se siente más cómoda en un parque ajardinado, porque ha sido planificado mediante el pensamiento, no ha crecido orgánicamente. En él hay unorden que la mente puede entender. En el bosque hayun orden incomprensible que a la mente le parece uncaos. Está más allá de las categorías mentales de bueno y malo. No se puede comprender mediante el pensamiento, pero puedes sentirlo cuando te libras delpensamiento, te quedas quieto y alerta y no intentas entender ni explicar. Solo entonces puedes darte cuenta del carácter sagrado del bosque. Y en cuantosientes esa armonía oculta, ese carácter sagrado, tedas cuenta de que no estás separado de ello. Y cuando te das cuenta de eso, te conviertes en un participante consciente de todo ello. De este modo, la naturaleza puede ayudarte a volver a sintonizar con latotalidad de la vida. Esta es la realidad de la mayoría de las personas: encuanto perciben algo, su yo fantasma, el ego, le ponennombre, lo interpretan, lo comparan con alguna otracosa, les gusta o les disgusta, o dicen que es bueno omalo. Están aprisionados en formas de pensamiento,en la conciencia de los objetos.No despertarás espiritualmente hasta que cese lacompulsión inconsciente de poner nombres, o al menos hasta que te hagas consciente de ello y seas capazde observarlo mientras ocurre. Este constante ponernombres permite que el ego permanezca instaladocomo mente no observada. Cuando cesa, e incluso cuando solo eres consciente de que ocurre, hay espacio interior y ya no estás poseído por la mente. Elige un objeto que tengas cerca —una pluma, unasilla, una taza, una planta— y explóralo con la vista,es decir, míralo con gran interés, casi con curiosidad.Evita los objetos con fuertes asociaciones personalesque te recuerden el pasado: dónde lo compraste,quién te lo regaló, etc. Evita también todo lo que tenga escritura, como libros o botellas, ya que eso estimularía el pensamiento. Sin forzarte, relajado peroalerta, dedica toda tu atención al objeto, a todos sus detalles. Si surgen pensamientos, no te dejes arrastrarpor ellos. No son los pensamientos lo que te interesa,sino el acto mismo de la percepción. ¿Puedes separarel pensamiento de la percepción? ¿Puedes mirar sinque la voz en tu cabeza comente, saque conclusiones,compare o intente explicar algo? Al cabo de un parde minutos, deja que tu mirada vague por la habitación, o donde sea que estés, y que tu atención alertailumine cada cosa en que se pose.A continuación, escucha los sonidos que esténpresentes. Escúchalos del mismo modo en que hasmirado las cosas que hay a tu alrededor. Algunos sonidos son naturales —agua, viento, pájaros—y otrosson artificiales. Unos pueden ser agradables y otros desagradables. Pero no diferencies entre bueno y malo.Deja que cada sonido sea como es, sin interpretarlo. También aquí la clave es la atención relajada peroalerta.Cuando percibimos sin interpretar y sin aplicar etiquetas mentales, es decir, sin añadir pensamientos anuestras percepciones, podemos sentir la profunda interconexión que existe por debajo de nuestra percepción de cosas aparentemente separadas.Observa si puedes captar, es decir, percibir, la vozen la cabeza, tal vez en el momento preciso en que seestá quejando de algo, y reconocerla como lo quees: la voz del ego, nada más que una pauta mental condicionada, un pensamiento. Cada vez que notes esavoz, te darás cuenta también de que la voz no eres tú,que tú eres el que es consciente de ella.En realidad, tú eres la conciencia que es consciente de esa voz. En el fondo está la conciencia. En primer plano está la voz, el pensador. De este modovas librándote del ego, te liberas de la mente no observada. Ni los conceptos ni las fórmulas matemáticas pueden explicar el infinito. Ningún pensamiento puedeabarcar la inmensidad de la totalidad. La realidad esun todo unificado, pero el pensamiento lo divide enfragmentos. Esto da origen a equivocaciones fundamentales, como por ejemplo que existen cosas y sucesos separados, o que esto es la causa de aquello. Todo pensamiento implica un punto de vista, y todo puntode vista, por su propia naturaleza, implica limitación,lo que en último término significa que no es verdad,al menos no de modo absoluto. Solo el todo es verdad, pero el todo no se puede expresar con palabraso pensamientos. Visto sin las limitaciones del pensamiento, y por lo tanto incomprensible para la mente humana, todo está ocurriendo ahora. Todo lo que ha existido o existirá existe ahora, fuera del tiempo, quees un artefacto mental. Cuando dejas de cubrir el mundo de palabras y etiquetas, vuelve a tu vida un sentido de lo milagroso que se perdió hace mucho tiempo, cuando la humanidad, en lugar de utilizar el pensamiento, quedóposeída por el pensamiento. Vuelve a tu vida la profundidad. Las cosas recuperan su novedad, su frescura. Y el mayor milagro es experimentar tu ser esencialcomo algo anterior a todas las palabras, los pensamientos, las etiquetas mentales y las imágenes. Paraque esto ocurra, tienes que desenredar tu sentido del Yo, del Ser, de todas las cosas con las que se ha enredado, es decir, con las que se ha identificado. ¿Es posible prescindir de creer que deberías sabero necesitas saber quién eres? En otras palabras,¿puedes dejar de recurrir a definiciones conceptualesque te den una sensación de identidad? ¿puedes dejar de recurrir a definiciones conceptuales que te den una sensación de identidad? ¿Puedes dejar de recurrir al pensamiento para una identidad?Cuanto más mezclas tus pensamientos con tu identidad, más te desligas de la dimensión espiritual que hay dentro de ti.
Definirte mediante el pensamiento es limitarte. Cuando aceptas plenamente que no sabes, entras en un estado de paz y claridad que se acerca más a lo que verdaderamente eres de lo que el pensamiento podría acercarse jamás.
No busques la felicidad. Si la buscas, no la encontrarás, porque buscar es la antítesis de la felicidad. La felicidad es siempre evasiva, pero ahora es posible librarse de la infelicidad, afrontando lo que hay, en lugar de inventar historias acerca de ello. La infelicidad tapa tu estado natural de bienestar y paz interior, que es la fuente de la verdadera felicidad
Eckart tolle
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