El Yoga es un incesante proceso de empeño, aplicación y participación en el plan Divino. Este constante contacto y separación del Espíritu individual y el Ser Infinito es un proceso sin fin, de aproximación eterna del uno hacia la otro; y esto es posible, porque el hombre es un fragmento de la propia Divinidad –“Mamaivamsaha”- que ha sido individualizado para fines de manifestación. Todo esto constituye lo que se denomina “Lila” –el eterno juego de Brahman.
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