miércoles, 16 de noviembre de 2011
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS
Los conflictos son parte de nuestra vida y una gran fuente de aprendizaje. Tener
conflictos significa estar vivo, y lo saludable es aprender a manejarlos, principalmente
porque algunos son inevitables.
Lo que si es evitable son las consecuencias negativas de los mismos, todos tenemos
recursos internos e innatos que nos dotan de capacidad para abordarlos, ( el ser humano
sobrevive gracias a ellos) si bien es cierto que las estrategias útiles “ se aprenden “.
Si miras en tu entorno quizás veas que los adultos con los que has crecido tampoco
tienen estas habilidades siendo por eso probable que no hayas tenido un modelo
adecuado que te sirva. Las consecuencias de esto pueden ser: que no sepas abordar las
dificultades que surgen en las relaciones personales, y que debido a esto te de miedo dar
tus opiniones, evites discutir…, o por otro lado no sepas dar tu opinión sin imponerla…,
tengas dificultad para ceder y ponerte en el lugar del otro.. etc.
A nivel global las herramientas necesarias para afrontar las diferencias con los
otros serian : confianza en uno mismo y en los demás, lo que se traduce en creer que se
puede hacer algo y asertividad o lo que es lo mismo, conocimiento de las habilidades
sociales eficaces y adecuadas para cubrir tus necesidades desde el respeto hacia ti
mismo y hacia el otro.
Las emociones básicas que se experimentan cuando se vive un conflicto son la rabia, la
tristeza y el miedo. A veces de forma independiente y otras todas a la vez. El camino de
la resolución de conflictos no es otra cosa que la expresión adecuada de estas
emociones, la escucha de las de los demás y la búsqueda de alternativas válidas para los
miembros que experimentan el conflicto.
Pasos a seguir:
En primer lugar:
- Reconocer y aceptar las propias emociones
- Identificar y respetar las emociones de los demás.
Este punto nos llevaría a reflexionar sobre cual de mis necesidades no se han satisfecho
en una situación determinada y me ha llevado a experimentar tristeza, miedo o rabia.
Viendo a su vez que a los demás si se enfadan o duelen también les sucede lo mismo,
alguna de sus necesidades no se habrán cubierto: reconocimiento, atención, justicia...
etc El ser humano tenemos todos las mismas necesidades “ no lo olvides”
Segundo paso:
Identificar los pensamientos que genero ante los problemas, aquí nos podremos decantar
hacia dos vertientes:
- yo tengo la culpa
- la culpa la tiene el otro
Tercer paso:
Dejar de buscar culpables y describir :
- Expresar lo que yo he vivido
- Expresar como lo he interpretado
- Expresar como me he sentido
- Expresar que me hubiera gustado que pasara , proponiendo cambios para el futuro
Escuchar al otro:
- Lo que vivió
- Cómo lo interpretó, sus intenciones reales.
- Cómo se sintió.
- Que le hubiera gustado que sucediera , y sus propuestas para el futuro
Probablemente esto me ayude a ver aspectos que no veía desde mi posición y
postura y me ayuden a cambiar la interpretación de los hechos o por lo menos a ver
otras vertientes y con ello a cambiar mi emoción y mi comportamiento.
A la hora de hablar para resolver el conflicto ten encuentra lo siguiente:
- Cuida la comunicación no verbal: mira a los ojos cuando hables, muéstrate
próximo.
- Haz una petición no una exigencia a la hora de cubrir tus necesidades.. Piensa
que tienes respeto por el otro y empuja a la cooperación.
- Haz preguntas y sugerencias, no acusaciones. con esto solo se consiguen
actitudes de ataque y defensa que impiden llegar a soluciones.
- No adivines el pensamiento del otro. Pregúntale
- Habla de lo que el otro hizo, no de lo que es. El objetivo es cambiar conductas y
una etiqueta nunca lleva al cambio.
- Céntrate en el tema que se esté tratando durante la discusión. No saques a relucir
temas pasados.
- Plantea los problemas , no los acumules. El resentimiento te hará explotar en el
momento menos oportuno.
- Escucha al otro cuando habla, no lo interrumpas.
- Acepta las responsabilidades propias. No le eches toda la culpa al otro.
- Ofrece soluciones. Trata de llegar a un acuerdo.
- Haz ver al otro que lo has entendido, repitiéndole alguna frase del discurso que
refleje sus peticiones y sobre todo destaca aquello en lo que estéis de acuerdo o
penséis de la misma forma. Expresa también lo que te agrada del otro.
- Evita la crítica inadecuada, comentarios negativos, el sarcasmo o la ironía, esto
solo responde al deseo de castigar al otro o de humillarle, es una venganza, no
una búsqueda de soluciones.
- Pregunta al otro que puedes hacer para mejorar las cosas.
- Interésate por las actividades del otro.
- Busca un ambiente adecuado que facilite el hablar: tranquilidad, intimidad, y
que sean espacio neutral.
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