jueves, 24 de noviembre de 2011
Gonzalez Faus
Dice una conocida frase de los Padres de la Iglesia: “quien es muy rico es un ladrón o hijo de ladrón”, de ahi su enseñanza de que la limosna no es un acto de caridad sino de restitución: sólo hay caridad cuando se da no de lo que a uno le sobra sino de lo que podemos necesitar. La moral cristiana de la propiedad no es la del derecho romano ni la de ese “individualismo posesivo” de Locke, hoy tan de moda. Para el cristianismo, el derecho primario es que los bienes de la tierra están destinados a todos los seres humanos. Y la propiedad privada no es más que un derecho secundario, positivo, que sólo vige como medio de realización del anterior y en la medida en que ayude a cumplir ese destino universal; y que desaparece como derecho cuando impide el fin primario de los bienes de la tierra. De ahí se ha seguido siempre que todo aquel que posee claramente más de lo que necesita está poseyendo algo que no es suyo y está obligado a devolverlo.
http://www.youtube.com/watch?v=pUH0REl_8W8
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