martes, 25 de enero de 2011

El vacio

Karlfried Graf Dürckheim nos cuenta el siguiente relato. Varios gatos se enfrentan a una rata. Sólo es capaz de vencerla la gata que lucha en 5º lugar. Se trata de una gata de aspecto poco fiero y un poco desaliñado, y vieja. Las otras usaron la fuerza, la astucia, la agilidad, incluso poderes “mentales”, como el mostrarse conciliador, pero sólo esta última consiguió vencerla. ¿Cuál es el secreto de esta gata?

¿De dónde puede surgir una fuerza de actuación maravillosa? pregunta Dürckheim. Sólo si no se piensa en nada, si no haces nada, sino que te abandonas con tus movimientos a la vibración del Ser, no tendrás una forma que pueda atacarse y nada de la que existe sobre la tierra podrá aparecer como forma contraria; de este modo ya no existirá enemigo alguno que pueda resistirse… Lo importante es solamente esto: que no se halle en juego ni un atisbo de la consciencia del yo, si no todo estará perdido… Sólo si te encuentras en ese estado de ánimo libre de toda consciencia de yo, si actúas sin actuar, sin intenciones ni argucias, al unísono con la Gran Naturaleza, estarás en el camino verdadero… Ese camino es infinito, inagotable… Ese gato se había olvidado de sí mismo y de todo lo que le rodeaba. Se había convertido en “nada”, había alcanzado el mayor grado de la no intencionalidad (La gata prodigiosa y otros textos zen)


http://www.youtube.com/watch?v=cvYfJ_QjZFw

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