El movimiento Albigense, cuyos orígenes se remontan a finales del siglo X, era una religión solar que rechazaba el Antiguo Testamento judío y partía del maniqueísmo como expresión de la eterna lucha entre la luz y la oscuridad, representados por el Sol y la Luna. Las cruces gamadas, las célticas, y otros símbolos se extendieron como representantes del culto al astro rey. Pero había en los cátaros más características que siglos después adoptó el nazismo.
El sayal negro con toca persa –tan semejante al uniforme empleado por las SS–, su castidad, su rechazo al judaísmo, a la comunión y al bautismo cristiano –el nazismo pretendía con el tiempo sustituir a la religión cristiana– y su “pureza”, encarnada en una total ausencia de carne y alcohol –el propio Hitler acabó convirtiéndose en un vegetariano empedernido, alejado del tabaco y de bebidas que perturbasen su “equilibrio espiritual”–, sirvieron seguramente de inspiración a los nazis. Éstas y otras creencias influyeron en la gestación de órdenes paganas como los “Iluminados de Baviera” o “Thule”, que tanto fascinarían a Hitler y a los “coautores” del nazismo.
.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario