domingo, 22 de enero de 2012

VIVIENDA Y DECRECIMIENTO




El decrecimiento parte de la base de que si se quiere salvaguardar una vida digna en el planeta Tierra debemos cambiar nuestro modelo de desarrollo y de sociedad, pasando del crecimiento y del capitalismo a un nuevo modelo basado en la justicia social, el reparto del trabajo y una nueva consideración del mismo, la relocalización de la producción y la política, la disminución del consumo, la eficiencia energética, las energía renovables, la simplicidad, lo relacional frente a lo crematístico y las formas de democracia directa.
En lo referente a la vivienda, esta es un derecho y por tanto debe quedar fuera de la lógica del mercado. Así la política de las instituciones debe de una vez por todas enfocarse exclusivamente a garantizar este derecho y no a favorecer intereses privados y especulativos.
El dinero público se debe dedicar a la actividad pública. En este sentido es indispensable que las administraciones apuesten por la promoción directa de vivienda pública, garantizando así el aprovechamiento de los recursos públicos
y ahorrando intermediaciones lucrativas de promotoras privadas.
La gestión del suelo debe estar regulada por una ley que asegure el empleo del mismo en función de las necesidades sociales e impida actitudes especulativas por parte de los Ayuntamientos, que habitualmente lo emplean como vía de financiación.
El acceso a la vivienda de protección oficial no debe estar limitado por requisitos económicos, ya que estos excluyen a una parte importante de la sociedad.
Las instituciones deben garantizar una oferta suficiente y asequible de vivienda en alquiler social, como vía para garantizar el acceso universal a la vivienda.
Es obvio el derecho a un techo digno para todo ser humano. En ese sentido apoyan las acciones de los movimientos sociales y ciudadanos que reclaman cuestiones tales como:
- Penalización a la vivienda vacía previa definición jurídica y legal sobre lo qué debe ser considerado como vivienda vacía.
- Parar la vivienda de nueva construcción y usar el parque de vivienda vacía.
- Alquileres sociales.
- Ocupación.
- Lucha contra la especulación.
- Consideración de la vivienda como bien público.
- Denuncia de los desahucios ante la administración y las entidades bancaria.
- Dación en pago de la vivienda ante la imposibilidad de hacer frente a la hipoteca.
Pero además de todo ello, introducen, desde la perspectiva decrecentista algunos
que parecían haber caído en el olvido o no están lo suficientemente trabajados:
- La comunitarización de servicios en las viviendas (cocinas, lavadoras….) para el
ahorro y la eficiencia.
- La comunitarización de los saberes y de los cuidados (talleres en la comunidad
vecinal, guarderías, etc.)
- La bioconstrucción, la biorehabilitación y el uso de energías renovables y ciclos
energéticos circulares de manera aún más intensa.
- La idea del “rurbanismo”: que la separación entre lo urbano y lo rural se atenúe
para “contaminarse” mutuamente y hallar soluciones en ambos lugares (huertos
urbanos, acercar elementos culturales a zonas rurales, diseño urbano y rural….).
- La promoción de las ecoaldeas.
- Desmercantilización de la vivienda.
- La cooperación entre las personas en este ámbito: ejemplo las cooperativas de viviendas de cesión de uso, la desobediencia urbanística, …. Y, en concreto, la solicitud a los ayuntamientos de la municipalización de un porcentaje de suelo (un 20% por ejemplo) para ser destinado al modelo Andel (cooperativas de viviendas de cesión de uso) o similar como forma no especulativa y conforme a criterios económicos dignos de acceso a la vivienda

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