jueves, 9 de septiembre de 2010

Espiritualidad y ciencia






No somos seres humanos teniendo una experiencia espiritual, somos seres espirituales teniendo una experiencia humana. -Teilhard de Chardin.

El cientifico Stephen Hawking nos cuenta en su reciente libro que ha llegado a la conclusión de que Dios no existe y el universo o multiverso ha salido de la nada. No todos los cientificos ven contradicción entre ciencia y religión. Por ejemplo el pensamiento de Teilhard de Chardin está marcado por su visión de la evolución de la materia, a través de un calentamiento psíquico, a un estado espiritual de mayor conciencia y complejidad.
En la decada de los veinte Teilhard tuvo una experiencia mística en el desierto de Egipto, mientras estaba excavando los remanentes de creaturas antiquísimas dio la vuelta a una piedra, y del polvo que surgió vio una red luminosa conectando a todo los seres que estaban a su alrededor, que pulsaban de vida. Desde ese momento se puede decir que el sacerdote jesuita accedió a una cosmovision holográfica de la existencia.

Nadie puede negar que una red mundial de afiliaciones económicas y psíquicas se está tejiendo a una velocidad creciente, la cual envuelve y constantemente penetra con mayor profundidad dentro de nosotros. Cada día que pasa se vuelve un poco más imposible para nosotros pensar o actuar de otra forma que no sea colectivamente -Teilhard de Chardin.

Esta es la noosfera, la capa pensante que cubre al planeta y del cual los individuos somos como nueronas de un cerebro más complejo de interacción e interpenetración. Esta hermosa teoría recoge y eleva el inconsciente colectivo de Jung e inspira y se entrelaza con la teoría del campo morfogenético de información compartida entre las especies de Rupert Sheldrake o el Global Consciousness Project de la Universidad de Princeton. Para Teilhard de Chardin la evolución está regulada por un Punto Omega al final del tiempo, el cual es la manifestación y fusión de la humanidad con el Logos. Este punto de conciencia pura e hipercomplejidad irradía desde la eternidad, como una especie de monólito espiritual o un extraño atractor, las pautas de la evolución, magnetizando a la humanidad a fundirse con la divinidad. Por otra parte, en su controvertido libro The Physics of Immortality (La física de la inmortalidad), otro escritor Tipler afirma estar en disposición de probar la existencia de vida después de la muerte, debido a una inteligencia artificial que él denomina "Omega point" ('El punto Omega'), y que identifica con el Dios judeo-cristiano. Tipler argumenta que la evolución natural de las especies inteligentes dará como resultado el crecimiento exponencial del progreso científico, posibilitando un control absoluto sobre el universo, incluso a la mayor escala.

Tipler predice que este proceso debe culminar con una inteligencia artificial casi todopoderosa cuya velocidad de computación y capacidad de almacenamiento informático crecerán del mismo modo exponencialmente, y a un ritmo que impedirá el colapso del universo, proporcionando así un infinito "tiempo virtual", el cual será utilizado para desarrollar simulaciones informáticas de toda forma de vida inteligente que alguna vez haya existido en la historia del universo. Dicho ejercicio de realidad virtual es lo que Tipler denomina la resurrección de los muertos.

Tipler afirma basarse en principios generales, sin embargo una gran mayoría de sus colegas en física juzgan que su lógica carece de base, por lo que no toman en serio sus teorías. Para ellos, la teoría del Punto Omega supone una simple suposición científica, en particular en lo que se refiere a la singularidad del Big Crunch, así como al negar la posibilidad de otras singularidades en el universo.

En una reseña al libro de Tipler para la revista Nature, el matemático George Ellis expone las típicas objeciones que se hacen a Tipler, cuyo libro es una obra maestra de pseudociencia... el producto de una imaginación fértil y creativa que queda al margen de las normales restricciones propias de la disciplina filosófica y científica.

Lo novedoso de Teilhard de Chardin es amalgamar la ciencia con la religión, la biología evolutiva con la sed de trascender la materia y de una manera poética que antecede al sincretismo de espiritualidad cuántica de nuestro días. Esa es la liturgía cósmica, una pasión, donde el ser humano y el planeta entero se vuelven el Cristo Cósmico, la parusia o cosmogénesis rediviva. Todos en la misma nave Tierra.




Otras dimensiones

El Dr. Michio Kaku, profesor de física teórica en el CUNY Graduate Center y el
CCNY. Cuenta, Mi propia fascinación con las dimensiones superiores comenzó pronto durante miinfancia. En uno de mis más felices recuerdos de la infancia permanecía agachadojunto al estanque del Jardín del Te Japonés de San Francisco, contemplando hipnotizado las carpas de colores nadando suavemente bajo los nenúfares. En esos momentos de calma, me hacia una pregunta tonta que solo un niño podría hacerse : ¿ como ven las carpas en aquel estanque el mundo que les rodea ?. Habiendo pasando su vida entera dentro de aquel estanque, las carpas creerían que su universo consiste de agua y de nenúfares ; solo vagamente conscientes de la posibilidad que un mundo extraño existiese justo por encima de la superficie. Mi mundo escapaba a su comprensión. Me intrigaba que pudiese estar a solo unos centímetros de las carpas y que al mismo tiempo estuviésemos separados por un abismo. Concluí que si hubiese algún científico entre las carpas se mofaría de cualquier pez que propusiese que un mundo paralelo podría existir por encima de los nenúfares. Un mundo invisible más allá del estanque no tendría sentido para la ciencia. Una vez imaginé qué ocurriría si de repente agarrase una de las carpas científico y la sacase fuera del estanque. ¿ Que pensaría la carpa ? La sorprendida carpa científicocontaría una historia realmente increíble. Habiendo sido de alguna forma sacada fueradel universo (el estanque) adentro de un misterioso mundo vacuo, otra dimensión conluces cegadoras y objetos de extrañas formas como nunca ninguna carpa había visto con anterioridad. Lo más extraño de todo era la masiva criatura responsable de aquel atropello, que no se parecía en nada a un pez. Sorprendentemente, no tenía aletas ni nada parecido y sin embargo podía moverse sin ellas. ¡¡ Obviamente las leyes normales de la física no eran aplicables en aquel extraño mundo ! !
Durante años me imaginé que éramos como las carpas en aquel estanque, vivimos nuestras vidas felizmente, ignorando otros mundos que posiblemente coexisten con nosotros, riéndonos ante cualquier sugerencia de un mundo invisible.
Todo esto ha cambiado dramáticamente en los últimos años. La teoría de un espacio dimensional superior, antes relegado al ámbito de los charlatanes y los místicos, puede llegar a convertirse en la pieza central a la hora de descifrar el misterio del origen del universo. En el centro de esta revolución conceptual está la idea de que nuestro familiar universo tridimensional es demasiado pequeño para poder demostrar la miríada de fuerzas que gobiernan el universo. Para entender alguna de las inconcebibles nociones sobre dimensiones superiores,imagina un mundo de dos dimensiones, llamado Planolandia (Flatland en el originalcomo en la novela de Edwin A. Abbot) que se parece a un mundo que existe en latabla de una mesa. Si un habitante de Planolandia se pierde, podemos registrar rápidamente todo planolandia, mirando directamente dentro de las casas, edificios eincluso en los sitios más escondidos. Si un habitante de Planolandia se pone enfermo,podemos llegar a su interior para operar, sin llegar siquiera a cortar su piel. Si un habitante de Planolandia es encarcelado (un círculo que lo rodea) podemos simplemente levantarlo de Planolandia dentro de la tercera dimensión para volver a colocarlo en otra parte. Si metemos los dedos y los brazos en Planolandia , los habitantes de Planolandia solo verán círculos de carne a su alrededor, constantemente cambiando de forma fundiéndose con otros círculos. Y finalmente si traemos a unhabitante de Planolandia a nuestro mundo de tres dimensiones, solo vería secciones bidimensionales, una fantasmagoría de círculos, cuadrados, etc. cambiando de formaconstantemente y fundiéndose unos con otros.
En Los Hermanos Karamazov, Fyodor Dostoyevsky hace que su protagonista, Ivan Karamazov especule con la existencia de dimensiones superiores y geometrías noeuclidianas durante una discusión sobre la existencia de Dios. En la novela de H.G. Wells, "El Hombre Invisible", la fuente de la invisibilidad era su habilidad para manipular la cuarta dimensión. Oscar Wilde, en su novela "El Fantasma de Canterville" se refiere a la cuarta dimensión como el mundo donde habitan los fantasmas. La cuarta dimensión aparece también en las obras de Marcel Proust y Joseph Conrad ; inspiró algunas de las obras musicales de Alexander Scriabim, Edgar Varege y George Antheil. Fascinó a personalidades tan dispares como el psicólogo William James, la figura literaria Gertrude Stein o el revolucionario socialista Vladimir Lenin. Lenin incluso sostuvo una polémica sobre N dimensiones con el filósofo Ernst Mach en su Materialismo y Empiro-criticismo. Lenin alabó a Mach, quien propuso la muy útil e importante cuestión del espacio de N dimensiones como un espacio concebible, aunque luego le censurase al insistir que el Zar solo podía ser derrocado en la tercera dimensión.
La cuarta dimensión ha tenido un efecto considerable en la evolución del arte moderno.
La historiadora de arte, Linda Henderson comenta que la cuarta dimensión y la geometría no euclidiana surgen como uno de los temas más importantes, unificando gran parte del arte moderno. Los artistas han estado particularmente interesados en la cuarta dimensión por las posibilidades de descubrir nuevas leyes de perspectiva. En la Edad Media, el arte religioso se distinguía por su deliberada falta de perspectiva. Los siervos, campesinos y reyes eran representados como si fuesen planos, parecido a como los niños dibujan a las personas. Dado que Dios es omnipotente, pudiendo por lo tanto ver todas las partes del mundo por igual, el arte debía reflejar Su punto de vista, de manera que el mundo tenía que ser representado bidimensionalmente. El arte del Renacimiento fue una revuelta contra esta perspectiva en la que Dios era el centro de todo. Amplios paisajes, representaciones realistas y en tres dimensiones de las personas, vistas desde el punto de vista del ojo humano, con las líneas de la perspectiva fundiéndose en el horizonte. El arte del renacimiento reflejó la manera en que el ojo humano percibe el mundo desde el punto de vista singular del observador. En otras palabras, el arte del Renacimiento descubrió la tercera dimensión. Con el comienzo de la era de las máquinas y el capitalismo, el mundo artístico se revolvió contra el frío materialismo que parecía dominar a la sociedad industrial.



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