Nuestro cuerpo es como una habitación donde se halla la computadora de la Cuarta Dimensión. Uno de los elementos que programa esta computadora es el pensamiento.
La mentalidad produce ondas en el mundo de la Cuarta Dimensión, y estas ondas influencian la tercera dimensión, y terminan imprimiendo el resultado de nuestras vidas.
Lo que obtenemos impreso es producto del programa que hemos instalado. Por ejemplo, un programa que contenga melancolías y enfermedad, transmitirá programas de melancolía y enfermedades, tanto en nuestros cuerpos como en nuestras vidas, elementos que pertenecen a la
tercera dimensión. El pensamiento de melancolía y de ira hace funcionar automáticamente un programa que produce estrés y enfermedad.
Por el contrario, aquella persona que instala el programa de su mentalidad con pensamientos positivos, encarará circunstancias positivas en la tercera dimensión. El pensar en que soy sano, feliz, me siento bien, influencia la tercera dimensión y produce gozo, vitalidad y energía.
También es importante tener una mentalidad persuasiva. Esta consiste en el pensamiento positivo de confesar que sí se puede. No debemos permitir que nuestros labios confiesen: no se puede, no puedo, no sirvo, soy un fracaso.
También es importante tener una mentalidad persuasiva. Esta consiste en el pensamiento positivo de confesar que sí se puede. No debemos permitir que nuestros labios confiesen: no se puede, no puedo, no sirvo, soy un fracaso.
Una persona activa siempre dice: se puede. "Al que cree, todo es posible" (Marcos 9:23). Aquella persona que tiene una mentalidad activa se caracteriza por su convicción.
No piense que fracasará, sino piense que se puede, que usted puede, y que va a hacerlo; establezca metas y comience a trabajar. No deje de pensar en el éxito, y tenga en cuenta que "Siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse"
(Proverbios 24:16).
Debido a la caída, el pensamiento del hombre está lleno de elementos negativos.
Si no deshacemos la ira, la desesperanza y la frustración, estas seguirán creciendo incontrolablemente.
El pensamiento del hombre está compuesto por elementos negativos, debido a su propia naturaleza caída. Por esta razón, un pensamiento negativo atrae a otro pensamiento negativo en forma de cadena. La constitución del pensamiento del hombre contiene elementos negativos y destructivos, que son el odio, la ira, el terror, la ansiedad, la tristeza, la frustración, el pecado y las olas de lo mundano.
Debemos vencer el temor en cuanto a la ansiedad, el temor, la tristeza y la frustración del corazón, puesto que estas emociones reducen la esperanza y la vitalidad, y nos
hacen caer en un pozo de depresión.
No piense que fracasará, sino piense que se puede, que usted puede, y que va a hacerlo; establezca metas y comience a trabajar. No deje de pensar en el éxito, y tenga en cuenta que "Siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse"
(Proverbios 24:16).
Debido a la caída, el pensamiento del hombre está lleno de elementos negativos.
Si no deshacemos la ira, la desesperanza y la frustración, estas seguirán creciendo incontrolablemente.
El pensamiento del hombre está compuesto por elementos negativos, debido a su propia naturaleza caída. Por esta razón, un pensamiento negativo atrae a otro pensamiento negativo en forma de cadena. La constitución del pensamiento del hombre contiene elementos negativos y destructivos, que son el odio, la ira, el terror, la ansiedad, la tristeza, la frustración, el pecado y las olas de lo mundano.
Debemos vencer el temor en cuanto a la ansiedad, el temor, la tristeza y la frustración del corazón, puesto que estas emociones reducen la esperanza y la vitalidad, y nos
hacen caer en un pozo de depresión.
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